lunes, 6 de diciembre de 2010

MIRO SIN MIRAR

Observo a mi derredor;

no hay enemigo delante,

ni detrás:

es mi conciencia hostíl que me fatiga...


Tomo tu mano,

miro tus piernas

y tengo sed de tí;

soy el perseguido de mi mismo

que no descansa en paz

hasta estar en tu regaso...


Miro, lentamente miro;

observo con detenimiento:

el tiempo vuela,

corre de prisa,

¿alguien lo persigue?

Somos nosotros

que detonamos la paz

del mediodía por el infierno

de los amaneceres.

Me quedo con la noche;

reposo en tu mirada,

tocando tu piel

¡soy eterno!

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