lunes, 28 de febrero de 2011
viernes, 25 de febrero de 2011
miércoles, 23 de febrero de 2011
martes, 22 de febrero de 2011
lunes, 21 de febrero de 2011
domingo, 20 de febrero de 2011
HURGAR
La búsqueda comienza desde el momento mismo de la apertura de los ojos y la primera inhalación de oxígeno. Buscamos sin parar. Las remotas posibilidades de encontrar son aparentemente inescrutables, y eso nos permite continuar.
Afortunadamente es así. Con cada inicio del día la búsqueda retorna; parece un mecanismo pegado al movimiento solar, o al lunar. Como se quiera ver. Afortunadamente somos curiosos el verbo hurgar equivale a ser y estar en un sólo movimiento; la existencia humana es una hurganza sin hartazgo y equivale a un descubrimiento cotidiano de nosotros mismos.
Aprendamos a no cansarnos. La esperanza sin meta es añoranza. El ultraje no està en la contemplación sino en el abandono. Perdàmonos en la búsqueda sin fin. La Utopía siempre está adelante para no ser alcanzada.
Sea. En paz. Reflexionemos. Amemos a los demás; y comencemos por nosotros mismos...
DOS CUENTOS: Bertha y Roberto ...y...La Vida en Rosa
Bertha y Roberto
A poco tiempo, en una lejana ciudad del horizonte, surgió un deseo, convertido en mujer. Era bella a más no poder. Sus miradas insinuaban lascivia; todo su entorno se convertía en amor en su entorno. No sólo era deseo puro, sino mucho amor y buenos apremios.
A poco tiempo de su aparición llegaron los magos de la añoranza y la raptaron. Sólo se oían quejas y llantos en esa comarca, hasta que un príncipe rojo, pleno de erotismo, la hizo suya y la rescató de las garras de sus captores.
Muchos años pasaron de esa aventura y desventura. Surgieron los hijos, nacieron las plantas, se escribieron los libros y nunca más hubo silencio; la música llegó a ser la coronación del desvarío, el desvarío, lujuria y placer puro; y ambos elementos se convirtieron en sonatas y conciertos para los habitantes de la región.
Bertha era la mujer. Así se llamaba. Y todos los días se inscribían delante de ella paisajes nuevos para ser acariciados por su mirada. Roberto, que era su príncipe rojo, logró hacerla ver los más increíbles paisajes jamás presentados a ojo humano alguno, hasta que un día, por razones poco creíbles, los paisajes se refugiaron en un pasadizo secreto, lejos de la vista inquisitiva de Bertha y de Roberto, los que, ya sin paisajes, perdieron el gusto por el placer y la lujuria fue secuestrada por los malvados paisajes…
¿Irán a ver al médico nuestros personajes? ¿Se aliviarán algún día? ¿Tendrán, una vez más, ante sus ojos los paisajes, la lujuria y la alegría? Nadie puede saberlo. Sólo es cuestión de tiempo para lograr el final de esta historia. Una cosa es verdad: la literatura siempre miente, pero es verdadera.
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LA VIDA EN ROSA
Buena vida era la consigna. Acumular, tener, juntar, coleccionar, parecían los verbos más usuales en su existencia. Pero llegó la vejez. Y con la vejez, los años; y con ellos los males consecuentes: riñones adoloridos, dolores de espalda, de cabeza, de rodillas, de codos, en fin: una pésima digestión y el inmediato llamado a los médicos. Uno de ellos, finalmente el especialista en problemas propios de la edad le hizo saber que en realidad era un millonario coleccionista.
-Usted, le dijo, colecciona males. Le felicito.
Desapareció del panorama. Poco tiempo pasó para que llegaran, en ese orden: el funerario, los deudos, los herederos, el notario público y un moño rosa culminó esta historia, colocado en el pórtico de Samuel, el avaro, que me olvidaba decirles así se llamaba el hombre de esta tierna historia.
A P R E N D I E N D O
APRENDIENDO
Únicamente era de ese modo. No había vuelta de hoja. Sólo con la vida de por medio, puede aprenderse todo, dijo el viejo brujo de la tribu. Para que el maestro del pueblo completara, “la vida es la universidad más completa”.
Eso lo había escuchado desde pequeño. Repetido de una u otra manera. Todas las voces tiraban hacia una misma pista, la experiencia como posibilidad de hacerse de conocimientos útiles y comprobables.
Pero llegó el amor. Y con él, las sorpresas. Eso no lo enseñaba nadie; y sin embargo, era asimismo un tranvía lleno de aprendizajes. ¿pero a qué costa? Nadie lo sabía.
Hasta que Humberto cumplió catorce años y conoció a Hilda. Ninguno de los dos supo cómo fue todo pero se dio, sucedió, y cuando voltearon a verse: de sus ojos se despedía un brillo extraño, una sensación de sonrisas y deseos que no era factible ocultar. Sus rostros despedían un halo fácilmente reconocible para quienes ya habían vivido una experiencia semejante. Era el amor. Sin duda. Eso era. Y en torno de sus cabezas danzaba una fila de gnomos que pretendían experimentarlo todo.
Comenzaron por las manos. De ahí pasaron a los besos. Los toqueteos y el descubrimiento de sus cuerpos fueron ascendiendo hasta que en medio del fuego se dio el sexo.
Qué cosa más brillante. Sus cuerpos se juntaron hasta ser uno; y ya no hubo individualidad –no, por lo menos durante unos momentos. Con la llegada del orgasmo volvieron a ser dos, Hilda y Humberto, perfectamente reconocibles y distinguibles.
A partir de ese momento fueron comprobando que la enseñanza carecía de premisas. No al menos las que uno podría suponer con la utilización de la lógica. Ni ésta, ni el sentido común funcionaban en estos casos. La relación de pareja no responde a reglas, ni patrones de comportamiento. Es una caja de Pandora, que da saltos, brincos y sorpresas conforme avanza el tiempo.
Y es precisamente el tiempo, el campo de juego en donde desarrolla todo. Con la obsesión en todo caso de confirmar las obsesiones y decires escuchados desde la infancia: “la universidad de la vida es la más sabia de las instituciones inventadas por el hombre”.
sábado, 19 de febrero de 2011
MIRADAS
Veo tu cara
y tu rostro
dice miedo y deseo
al mismo tiempo.
Veo tus ojos
y en tu mirada
hay mensajes
llenos de amor...
y de rabia;
de angustia,
de deseo
y de desesperación.
Son miradas.
Me digo, sólo mirasdas.
¿Veo más allá?
No,
sólo miro en un plano
el del presente...
y debo ver
en vista periférica
el pasado y el presente.
Para poder entenderte,
amor...
jueves, 17 de febrero de 2011
DAME LA POSIBILIDAD
Dame la posibilidad de dibujar
tu rostro
con mis besos;
déjame pintar tu piel con mi tacto.
Quiero dibujar tus ojos azules
con mi cariño
y devoción.
Dame la posibilidad de verte
en mi pensamiento,
vive en mis sueños;
aparécete en mis pesadillas
y...sálvame...
Quiero ser el dibujante de tu cuerpo:
de tus manos,
tus piernas,
tus senos
y tu sexo.
Dame la posibilidad de serlo,
sólo por una eternidad
y ya...
SEÑORA ENLUNADA
En puertas canceladas
que conducen
a terrenos de luz
algodones de sombras
En ventanas abiertas
poseídas
por el don finito
terciopelos de nada
Por paredes y techos
escurriendo
más lenta que la fiebre
la señora de las lunas
apareceres de ausencia
dando tumbos
trastabilleo y malabar
inscribe señales
y cae al piso
Se arrastra por momentos
grita sospechas de presente
y descarga serpientes de pasado
para anunciar atardeceres
¿Se arrastra la dueña de la noche
o nosotros volcamos
nuestro vaso de ausencia
a tanto inventarnos eternos?
El augur se hace dueño
y posterga
puertas ventanas techos y paredes
para darnos
el suelo
e inscribir en las frentes
nuestro sino
Generaciones
se reúnen en asamblea de sangre
Se mezclan quienes fueron
con los que son
y escuchan a los negados
que no han podido estar
ni ser
a golpe de imposibles
El corazón se agota
y sueña que es palabra
su onirismo se inventa
en papel para cartas
La señora se enluna
cohabita
con paisajes y espejos
tejidos en hilo
de soñar
y convierte
allá
en sus terrenos
a la asamblea
en cosecha
y a las cartas
en epitafios mudos
Todos
solos
a fuerza
de estar juntos
crecemos
a la muerte
Salta el sapo cantor
y dicta:
No se puede creer
la muerte de los que
aman
tampoco es verdadera
la vida
de los que
no lo hacen
La cúpula del mundo
se vuelca
y grita oscuros
se renace instrumento musical
se entrega al gran sapo
La señora se oculta
lanza una gran sonrisa
que vuelve
montañas y horizonte
Todos
asamblea de nómadas
bebemos
y amamos
Para ir a la montaña
que se vuelve sonrisa
enlunación señora
huella en la sangre
marca del sueño
cosmos en otro cosmos
y gotas de mirada sin párpado
Amor, Amor, Amor
miércoles, 16 de febrero de 2011
martes, 15 de febrero de 2011
domingo, 13 de febrero de 2011
sábado, 12 de febrero de 2011
SEA
Vivir como si la primavera no llegara.
Amanecer como si fuera mediodía.
Oscurecer las telas del recuerdo
para estrellar el sol en los mejores días.
Presentir una luna horizontal
para ser el mar y acabar en tus playas.
Abrir honduras marinas.
Ocultarte, como una perla, hallazgo
en una primavera irrepetible,
por inexistente.
En ese amanecer del mediodía,
en esta oscuridad resplandeciente
del recuerdo de ti.
Guardarte,
siempreviva,
girasol,
flor-de-un-eterno-día.
Guarecerme de ti para restañar
las perennes heridas de la soledad
durante el recurrente mediodía
de nuestro precipicio.
Ya en el abismo de la eternidad
recular a la miseria humana,
a escondidas del ojo avizor
suspirar por la terrrenidad
hasta hartar la sinrazón
por esas dimensiones:
generar trastornos a mi nuevo ser.
Buscar otro estar
para soñar tu compañía perfecta,
armoniosa,
delirante;
peligrar acaso:
hilar confusiones
hasta la soberbia.
Pugna inacabada.
Fatal sino.
Llaga sin remedio.
Serenidad fatal.
Fatalidad sin paz:
esta cadena recurrente
por soñarnos felices;
verdad sin retorno:
gusto amargoso redivivo:
ser siempre inconformes.
Informes.
Sin forma final:
en tu amor haber logrado saber
algún día,
en la otredad,
que esa miel
me envenenó en su gozo:
delicado privilegio.
Misterio sin misterio.
Al fin: derrota de la hondura,
caricia de la eternidad,
vía de la pasión.
Perezco desde ahora,
aurora boreal de mi desventura innata.
En tu recuerdo de mí, soy,
ahí informe,
me acurruco,
me conformo,
me escondo.
LA LLAMA DEL AMOR
HERIR AL CIELO
MERCADO
Brincan, saltan, manotean
los olores y colores
en sus puestos:
Manzanas con un sonrojo
pudoroso,
por saberse
placentera promesa
sin recato;
advierten, brillosas,
el pecado bíblico
que guardan
cotidianamente
en sus entrañas;
limas y limones, impúdicos,
en su verdor
oscilan
entre continuar
su incestuosa
relación de verdes ácidos
o convertirse en jugo
que recuerda
filosófica
la bondad del amargor
y su frescura,
a fin de cuentas;
las cebollas anidan
su fortaleza hedórico-hedónica
y hace notar precavidas
que se trata de explotar, al infinito,
sus finas entretelas
para acelerar papilas
y pupilas.
Las calabazas, tontas,
guardan esencias tibetanas
y reconocen
su humildad franciscana
en su redondez
o elipsis
de jugos
y fibras
celestes por terrenales;
las papayas exageran,
desconocen que cada una
de sus mentiras
se convierte en esos planetas
negroides
que aparecen en las entrañas
del fruto
como camuflajes
de ese sexo femenino
goteante
de placeres abismales.
Los jitomates se angustian
de sabor
por saberse metáfora
hemofílica
y gustan de hacer parentela
con las manzanas, las ciruelas
y los tomates,
estos últimos la rama envidiosa
del árbol genealógico.
Mientras, en un rincón,
el taciturno papaloquelite
mueve su penacho
y lanza por el viento
ese olor
que le recuerda
insomnes noches prehispánicas
ausentes de luceros
impostores.
La toronja está a sus anchas,
con palidez europea
por tener la acidez
suficiente
para tratar con sus congéneres
jugosos;
a un lado,
un limón mira hacia arriba
con ojos verde impresión
por la toronjil estatura
que le enamora.
A VECES...A, B, C's...
1
Una oleada en la sangre
guiña desde muy lejos
que aquí todo es derrota
Se avecina la culpa
en las aristas del pasado
y no hay sitio al olvido
El tiempo se agazapa
tras la puerta sin llave
de la náusea y el fin
Y ¿a qué tanto reposo?
¿a dónde tanta prisa?
si nada se tropieza con algo
ni algo con la nada
que yace aquí
en cada uno
de nuestros corazones
2
Quietismo sin sosiego
el de tus brazos
o vértigo sin ruido
de nuestros desvaríos
A veces sólo a veces
sólo hay veces tan solo
sólo
a b c's
DIVINA ILUSIÓN
Ilusión,
yo te invoco,
con la frente en alto
y los ojos puestos en el umbral.
Ilusión,
eres divina,
como una diva;
lumbrera del espíritu...
llama eterna que llaman esperanza.
Ilusión,
te evoco:
como cuando era niño.
Me iluminas el rostro;
pintas de sonrisas
mi cara adusta...
Ilusión,
yo te invoco...
¡¡¡no me abandones!!!
No me dejes:
te lo ordeno.
viernes, 11 de febrero de 2011
miércoles, 9 de febrero de 2011
martes, 8 de febrero de 2011
lunes, 7 de febrero de 2011
domingo, 6 de febrero de 2011
miércoles, 2 de febrero de 2011
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