miércoles, 31 de agosto de 2011
OBSESIÓN POR LOS NÚMEROS
OBSESIÓN POR LOS NÚMEROS
Obsesión por los números;
la numeralia
como una manera
de dar vuelta a la vida:
para no mirarla
de frente,
cara a cara,
cifra a cifra...
con puntos y detalles...
Obsesión o nó,
los números tienen su lenguaje
que asfixia.
Juega a tomarnos
por el cuello,
aprieta hasta ahogarnos...
Los números tienen carácter
y espíritu;
saben de navegaciones,
de batallas,
de cruentas luchas
y de paz total:
como la paz
sepucral del cero...
LOS MUERTOS, VENUS Y OTRAS MINUCIAS
Sobrevivir, sentir las alas
de la permanencia.
Tener-tenerse
dar-darse;
sobrevivir, contar los siglos
como escamas
que nos subyacen.
Sobrevivir, matar a la muerte
cada año bisiesto.
Reconocerse dueño de su
propia montaña
y escalar la cumbre
cada primavera.
Los inviernos posarse
en el cariño
que se puede tener
a los que mueren
y cohabitar con
las desnudas musas
hasta saciar instintos
insaciables.
Desnudar a Venus
en la cueva de la imaginación
y en la roca de la creación
morder sus senos.
A propósito, 1981.
Universidad Autónoma del Estado de México.
Colección XXV Aniversario.
de la permanencia.
Tener-tenerse
dar-darse;
sobrevivir, contar los siglos
como escamas
que nos subyacen.
Sobrevivir, matar a la muerte
cada año bisiesto.
Reconocerse dueño de su
propia montaña
y escalar la cumbre
cada primavera.
Los inviernos posarse
en el cariño
que se puede tener
a los que mueren
y cohabitar con
las desnudas musas
hasta saciar instintos
insaciables.
Desnudar a Venus
en la cueva de la imaginación
y en la roca de la creación
morder sus senos.
A propósito, 1981.
Universidad Autónoma del Estado de México.
Colección XXV Aniversario.
Clionáutica: Gustavo, el malo; era muy malo...
Clionáutica: Gustavo, el malo; era muy malo...: Entre muchas otras linduras, nuestra clase política es ágrafa. No les gusta leer (aunque siempre presuman de que "están releyendo el Quijo...
martes, 30 de agosto de 2011
SOLEDAD
Enmedio
Exactamente en medio
en el ínterin
de una hoja y su tallo
TE ESCONDES
Tras el amor a la mujer amada
ME PERSIGUES
Sigues la legua de esta noche tan larga
que amanece con nada
y te escondes
te callas
me persigues
acosas
No obstante
y fuera poesía
salgo del cascarón
me envuelvo feto tuyo
y no salgo más
SOY TUYO
A propósito, 1981.
UAEM,
Colección XXV Aniversario.
Exactamente en medio
en el ínterin
de una hoja y su tallo
TE ESCONDES
Tras el amor a la mujer amada
ME PERSIGUES
Sigues la legua de esta noche tan larga
que amanece con nada
y te escondes
te callas
me persigues
acosas
No obstante
y fuera poesía
salgo del cascarón
me envuelvo feto tuyo
y no salgo más
SOY TUYO
A propósito, 1981.
UAEM,
Colección XXV Aniversario.
SAPIENCIA DEL PRESENTE
Hoy he querido subirme al otro piso;
descansar y pensar
hasta la saciedad.
Hoy he tomado el pulso a mis sentimientos,
he decidido decirme que me quiero.
Saciar mis apetitos de ego
por un rato
para eruptar después
en mis seres amados.
Hoy, hoy, hoy,
nunca mañana,
jamás dejar para después
lo que me puedo decir
hoy, fuerte y quedito...
en voz baja; casi al oído.
Hoy me he tomado el pulso.
Y descubro que me necesito.
Que quiero estar conmigo
por el resto del tiempo
de mi vida.
Sólo hoy,
nomás hoy...
ESCRITO ESTÁ
Hemos hablado de paz;
y sólo vemos guerras, hambre y violencia...
hablamos mucho de amor:
y no sabemos amar,
sino mentir
y joder al prójimo...
No queremos ensuciarnos las manos
y nos escurre, por los dedos,
el lodo y la sangre de nuestros hermanos...
Vámos a comprender
hasta que muramos...
No lo creo;
tampoco lo haremos...
La interogaciçon sigue en el viento...
como una flecha sin nido
ni destino
destinada a la nada
infinita
sin suerte
ni destino...
T I E M P O
Hoy he sentido el correr de los años
en tu mirada triste,
en la falta de brillo de tus ojos.
Hoy he visto caerse una montaña
sobre mis hombros,
como para hacer tropezar
cualquier plan inmediato.
Hoy he visto caer la tristeza
desde las nubes,
colarse por el horizonte,
habitar nuestros sueños...
Hoy, hoy, hoy:
esa palabra se cargó de contenido
en el rictus de tu mirada.
Y tu silencio,
aaaay tu silencio:
cayó cual pesada roca sobre mi mirada...
y profundizó el dolor de estos trágicos días
por los que cruza la patria.
El mundo es un pantano.
La tristeza habita los cinco continentes.
Sólo tus ojos claros si me miran
pueden cambiar las cosas
de golpe,
al instante;
pero tu voluntad se ha desatado,
ya no se dónde está,
la busco y no la encuentro...
Esta vorágine,
¿a dónde nos conduce?
en tu mirada triste,
en la falta de brillo de tus ojos.
Hoy he visto caerse una montaña
sobre mis hombros,
como para hacer tropezar
cualquier plan inmediato.
Hoy he visto caer la tristeza
desde las nubes,
colarse por el horizonte,
habitar nuestros sueños...
Hoy, hoy, hoy:
esa palabra se cargó de contenido
en el rictus de tu mirada.
Y tu silencio,
aaaay tu silencio:
cayó cual pesada roca sobre mi mirada...
y profundizó el dolor de estos trágicos días
por los que cruza la patria.
El mundo es un pantano.
La tristeza habita los cinco continentes.
Sólo tus ojos claros si me miran
pueden cambiar las cosas
de golpe,
al instante;
pero tu voluntad se ha desatado,
ya no se dónde está,
la busco y no la encuentro...
Esta vorágine,
¿a dónde nos conduce?
A U R O R A
Quise encontrar la Aurora
y me perdí en los cerros
en dirección contraria o en dirección opuesta
que no existen;
desde luego,
he quedado
más lleno
y más vacío
que de costumbre.
Me desnudé en el centro del Arcoiris
me bañé en los colores
a ritmo de ráfagas violentas de ametralladoras
Made in USA
vietnamitas,
vociferé entre el verde,
el amarillo
y el anaranjado
de los golpes de estado
y dictaduras de latinoamérica
y desperté
perdido entre los cerros
que son camino llano
sin dirección alguna.
Confidencial:
desde luego,
he quedado
más lleno
y más vacío
que de costumbre.
DEL LIBRO A propósito,
1981. UAEM.
Colección XXV Aniversario.
y me perdí en los cerros
en dirección contraria o en dirección opuesta
que no existen;
desde luego,
he quedado
más lleno
y más vacío
que de costumbre.
Me desnudé en el centro del Arcoiris
me bañé en los colores
a ritmo de ráfagas violentas de ametralladoras
Made in USA
vietnamitas,
vociferé entre el verde,
el amarillo
y el anaranjado
de los golpes de estado
y dictaduras de latinoamérica
y desperté
perdido entre los cerros
que son camino llano
sin dirección alguna.
Confidencial:
desde luego,
he quedado
más lleno
y más vacío
que de costumbre.
DEL LIBRO A propósito,
1981. UAEM.
Colección XXV Aniversario.
H A M B R E
Cuantas veces anduve
con los dedos del hambre...
...de puntillas...
reconocí en tus centros
el banquete
volé
palmípeda ave del deseo callado
me posé sobre el nido de tu sueño
y en tu onírica cara...
...me veía...
Cuantas veces anduve
con los huesos del tedio...
...de rodillas...
recosté
la retórica
difunto círculo que domina
para acallar las voces...
...la voz del hambre...
no bastan los fusiles
los decretos sellados
o la mentira güera
de un barato producto
Para volver silencio la poesía
faltaría que la muerte se muriera
que la sed
vomite de humedad
o que tu nombre
calle
y abandone
estas llanuras...
A propósito, 1981.
Universidad Autónoma del Estado de México.
pp. 19.
Primera edición.
Colección XXV Aniversario.
MORTAJA
Hemos de venir a menos,
cuando la montaña
deje que la alcancemos.
Mañana,
resulta un homenaje,
al apetito y la maña.
Sumemos.
Todo lo que hacemos aquì,
puede contar,
al momento en que
nos lleve el viento.
La mortaja prometida
es volver al viento.
El fuego habita
estancias de la
eternidad.
Pero la tierra es
pasajera:
volveremos al cielo,
que es de agua.
Compañeros peces,
hermanos acuàticos
de la eternidad.
(DEL LIBRO "VAIVÉN", 1998).
COSTRAS
SEÑORA ENLUNADA
En puertas canceladas
que conducen
a terrenos de luz
algodones de sombras
En ventanas abiertas
poseídas
por el don finito
terciopelos de nada
Por paredes y techos
escurriendo
más lenta que la fiebre
la señora de las lunas
apareceres de ausencia
dando tumbos
trastabilleo y malabar
inscribe señales
y cae al piso
Se arrastra por momentos
grita sospechas de presente
y descarga serpientes de pasado
para anunciar atardeceres
¿Se arrastra la dueña de la noche
o nosotros volcamos
nuestro vaso de ausencia
a tanto inventarnos eternos?
El augur se hace dueño
y posterga
puertas ventanas techos y paredes
para darnos
el suelo
e inscribir en las frentes
nuestro sino
Generaciones
se reúnen en asamblea de sangre
Se mezclan quienes fueron
con los que son
y escuchan a los negados
que no han podido estar
ni ser
a golpe de imposibles
El corazón se agota
y sueña que es palabra
su onirismo se inventa
en papel para cartas
La señora se enluna
cohabita
con paisajes y espejos
tejidos en hilo
de soñar
y convierte
allá
en sus terrenos
a la asamblea
en cosecha
y a las cartas
en epitafios mudos
Todos
solos
a fuerza
de estar juntos
crecemos
a la muerte
Salta el sapo cantor
y dicta:
No se puede creer
la muerte de los que
aman
tampoco es verdadera
la vida
de los que
no lo hacen
La cúpula del mundo
se vuelca
y grita oscuros
se renace instrumento musical
se entrega al gran sapo
La señora se oculta
lanza una gran sonrisa
que vuelve
montañas y horizonte
Todos
asamblea de nómadas
bebemos
y amamos
Para ir a la montaña
que se vuelve sonrisa
enlunación señora
huella en la sangre
marca del sueño
cosmos en otro cosmos
y gotas de mirada sin párpado
*Poema de 1968. Publicado en 1984, en el libro "Surco de palabras"
Colecciòn Becarios. Centro Toluqueño de Escritores.
LA NOCHE
Sobre la yema de los dedos
se sostiene la noche
aérea y enorme.
Carlos Pellicer
Pesada la tarea, cotidiana y doméstica,
llega a posarse en los hombros, la noche
simple y negra, ruda pero relajada;
no admite réplicas, es plena y nunca vana.
Tiene grises los ojos, las manos flacas,
la sonrisa tranquila, muy cansada la pose
y hay fuerza en su mirada, sutil y clara.
La noche espera todo, pero anida en nada;
clama por los finales, pide recuentos.
Asoma a hacer, cual flores, esperanzas,
promete amaneceres, carga placeres,
oculta impaciencias y nunca desespera.
Espacio palpitante, de una sed insaciable,
goza con el declive de los días y sus seres,
nunca se adelanta, puntual, fina, sencilla:
abre sus puertas para que todo quepa;
oculta crímenes, acosa a incansables;
no le teme a las predicciones y adelanta
finales indecisos o plenitudes invisibles.
Es la noche un trozo de silencios embozados,
un espacio para el ladrar de perros escondidos,
una casa en ruinas y un collar de horas, para
contar en sueños y abrazar en pesadillas.
se sostiene la noche
aérea y enorme.
Carlos Pellicer
Pesada la tarea, cotidiana y doméstica,
llega a posarse en los hombros, la noche
simple y negra, ruda pero relajada;
no admite réplicas, es plena y nunca vana.
Tiene grises los ojos, las manos flacas,
la sonrisa tranquila, muy cansada la pose
y hay fuerza en su mirada, sutil y clara.
La noche espera todo, pero anida en nada;
clama por los finales, pide recuentos.
Asoma a hacer, cual flores, esperanzas,
promete amaneceres, carga placeres,
oculta impaciencias y nunca desespera.
Espacio palpitante, de una sed insaciable,
goza con el declive de los días y sus seres,
nunca se adelanta, puntual, fina, sencilla:
abre sus puertas para que todo quepa;
oculta crímenes, acosa a incansables;
no le teme a las predicciones y adelanta
finales indecisos o plenitudes invisibles.
Es la noche un trozo de silencios embozados,
un espacio para el ladrar de perros escondidos,
una casa en ruinas y un collar de horas, para
contar en sueños y abrazar en pesadillas.
lunes, 29 de agosto de 2011
MOLESKINE ® 32: PERIODISMO CÍNICO
MOLESKINE ® 32: PERIODISMO CÍNICO: William Sanders Paley tuvo que abandonar San Francisco, e instalarse en New York, para gozar con la libertad de opinar lo que le venía en ...
domingo, 28 de agosto de 2011
OTRA FRONTERA
Siempre tras el cristal. A uno y otro lados. Todo ojos. Miràndolo todo, con la condena de ser sòlo testigo de los acontecimientos. Vivir para ver. Esperar si acaso la ruptura de la densa tela de la rutina. Estar en pos de la sorpresa y el sobresalto, buscar cubrirse -asì sea por unos instantes- de curiosidad.
El ojo alucinado por la vida, fidelidad letal a la observaciòn, eterna envidia por el cuerpo yerto. Ojos sin cuerpo, la mirada se goza en sì misma y alucina por ser la visiòn propia en lontananza.
El cristal no sucumbe ante el impacto; ser visto no es su misiòn, pero no importa, crece su curiosidad: sueña que mira. No evita, no obstante, las miradas ajenas. Ser visto tambièn es otro modo de confirmar la tarea que consiste en capturar imàgenes y reflejarlas con el sueño. Ganarle tiempo al tiempo: hartarse de imàgenes, contar en el proyecto las imàgenes pasadas. Todavìa màs: inventar las posibilidades futuras. El ojo crispa su visiòn, salta desde el altar del recuerdo y sucumbe al presente: una làgrima, tinta en sangre, hace chirriar los goznes del futuro. La pestaña se aleja, brinca y vuela; carece de sentido -piensa-: el espejo, aquèl ojo y este destiempo fatal.
Tras otros cristal inexistente un ojo irreal guiña. Es la nada, es la mortalidad absoluta; es la muerte con disfraces infinitos, son los mùltiples tonos del negro y el gris. Es la oquedad del frìo. Es la tapia altìsima de la soledad. Son tus ojos no vueltos a ser mirados. Es tu voz no recordada. Es una mujer en un lòbrego callejòn creyendo que carga al niño ya perdido. Es la fatalidad vestida de infortunio. Es el infortunio descarnado. Es el azar con sonrisa de enemigo. Es una roca helada que colocan ante mi tumba. Es la falta de datos en mis funerales. Es el oprobio con piel, huesos y sangre. Es el desdèn por la obscenidad de la noche.
Risas tras del brumoso andar de la luna. Narciso y la luna son humillados por el rìo y descubiertos en su fràgil relaciòn pasajera. Narciso es humilde por trece segundos y reconoce que amanece. La luna se escapa dejando algunos velos tras la bruma. Sabe llegar a ninguna parte. Altamar es la utopìa. Pero correr es su destino, su pasado se lo recuerda. De pronto, improviso, un cristal que se soñaba espejo cae al rìo, en una rama de un àrbol seco queda, pendiendo de un trozo de pàrpado, un ojo que dormita. Narciso es mortal: nadie llora: todos los àrboles del entorno desaparecen convertidos en un torrencial aguacero.
Los àrboles se arriman a la filosofìa para no percer. Una tìa se baña en el rìo. Canturrea mientras recoge sus ropajes de las ramas de un añoso ejemplar. Crece el susurro del viento. La tìa cesa en su canto. Dos mariposas sonrojadas acuden hacia el sol por no querer sacar su infancia a relucir. Trasluce sin embargo, en el rìo, luego del baño de aquella tìa: Heràclito de Efeso què hubiera deseado, con el amor que guarda de cuando niño, poderse bañar en aquellas aguas, las mismas: pero no es posible, todo mundo lo sabe.
Confundidos, el sueño y la vigilia se estremecen. No es posible meditar si hay temas prefigurados. El alcance màximo de nuestras eternidades es la nada. Un punto fijo en el espacio se pinta solo de blanco y llama que le sigamos. Mal harìamos en no dar crèdito a la ùnica invitaciòn que nos harà humanos. La posibilidad de la humanidad se renueva como flor exòtica cada trescientos apocalipsis.
El ojo alucinado por la vida, fidelidad letal a la observaciòn, eterna envidia por el cuerpo yerto. Ojos sin cuerpo, la mirada se goza en sì misma y alucina por ser la visiòn propia en lontananza.
El cristal no sucumbe ante el impacto; ser visto no es su misiòn, pero no importa, crece su curiosidad: sueña que mira. No evita, no obstante, las miradas ajenas. Ser visto tambièn es otro modo de confirmar la tarea que consiste en capturar imàgenes y reflejarlas con el sueño. Ganarle tiempo al tiempo: hartarse de imàgenes, contar en el proyecto las imàgenes pasadas. Todavìa màs: inventar las posibilidades futuras. El ojo crispa su visiòn, salta desde el altar del recuerdo y sucumbe al presente: una làgrima, tinta en sangre, hace chirriar los goznes del futuro. La pestaña se aleja, brinca y vuela; carece de sentido -piensa-: el espejo, aquèl ojo y este destiempo fatal.
Tras otros cristal inexistente un ojo irreal guiña. Es la nada, es la mortalidad absoluta; es la muerte con disfraces infinitos, son los mùltiples tonos del negro y el gris. Es la oquedad del frìo. Es la tapia altìsima de la soledad. Son tus ojos no vueltos a ser mirados. Es tu voz no recordada. Es una mujer en un lòbrego callejòn creyendo que carga al niño ya perdido. Es la fatalidad vestida de infortunio. Es el infortunio descarnado. Es el azar con sonrisa de enemigo. Es una roca helada que colocan ante mi tumba. Es la falta de datos en mis funerales. Es el oprobio con piel, huesos y sangre. Es el desdèn por la obscenidad de la noche.
Risas tras del brumoso andar de la luna. Narciso y la luna son humillados por el rìo y descubiertos en su fràgil relaciòn pasajera. Narciso es humilde por trece segundos y reconoce que amanece. La luna se escapa dejando algunos velos tras la bruma. Sabe llegar a ninguna parte. Altamar es la utopìa. Pero correr es su destino, su pasado se lo recuerda. De pronto, improviso, un cristal que se soñaba espejo cae al rìo, en una rama de un àrbol seco queda, pendiendo de un trozo de pàrpado, un ojo que dormita. Narciso es mortal: nadie llora: todos los àrboles del entorno desaparecen convertidos en un torrencial aguacero.
Los àrboles se arriman a la filosofìa para no percer. Una tìa se baña en el rìo. Canturrea mientras recoge sus ropajes de las ramas de un añoso ejemplar. Crece el susurro del viento. La tìa cesa en su canto. Dos mariposas sonrojadas acuden hacia el sol por no querer sacar su infancia a relucir. Trasluce sin embargo, en el rìo, luego del baño de aquella tìa: Heràclito de Efeso què hubiera deseado, con el amor que guarda de cuando niño, poderse bañar en aquellas aguas, las mismas: pero no es posible, todo mundo lo sabe.
Confundidos, el sueño y la vigilia se estremecen. No es posible meditar si hay temas prefigurados. El alcance màximo de nuestras eternidades es la nada. Un punto fijo en el espacio se pinta solo de blanco y llama que le sigamos. Mal harìamos en no dar crèdito a la ùnica invitaciòn que nos harà humanos. La posibilidad de la humanidad se renueva como flor exòtica cada trescientos apocalipsis.
ESTAR VIEJO
Comencé a estar viejo desde muy jóven
Gustaba de la vida
como un adolescente
o un viejo
con cualquier canto
lírico
Tan jóven abuelo
minuto enajenante de todos los poetas
como el perfume a nada de los hoteles
o tu aposento
sacro
ó
ilíaco
como tu alcoba fresa de tu sexo pistache
¿Recuerdas que a los "rolinstones"
los encontramos cerca:
unaesa mañana
cuando el departamento
y la libertad
aparte
yyoescuchoradiomil
de todas tus ideologías
y todas mis ideas
y todos los poemas
Para explicarte
para explicarme
cómo
bajaba a ti sin comprenderte
para entender tu sexo
porque
¿me comprendía?
A PROPÓSITO, 1981.
Universidad Autónoma del Estado de México.
Colección XXV Aniversario.
Gustaba de la vida
como un adolescente
o un viejo
con cualquier canto
lírico
Tan jóven abuelo
minuto enajenante de todos los poetas
como el perfume a nada de los hoteles
o tu aposento
sacro
ó
ilíaco
como tu alcoba fresa de tu sexo pistache
¿Recuerdas que a los "rolinstones"
los encontramos cerca:
unaesa mañana
cuando el departamento
y la libertad
aparte
yyoescuchoradiomil
de todas tus ideologías
y todas mis ideas
y todos los poemas
Para explicarte
para explicarme
cómo
bajaba a ti sin comprenderte
para entender tu sexo
porque
¿me comprendía?
A PROPÓSITO, 1981.
Universidad Autónoma del Estado de México.
Colección XXV Aniversario.
VAGA
Vaga con el sonido
con las luces del día
con todo aquello
que masticas
y deglutes
para cagar la vida:
¡¡¡vaga!!!
A propósito, 1981.
UAEM.
Colección XXV Aniversario.
con las luces del día
con todo aquello
que masticas
y deglutes
para cagar la vida:
¡¡¡vaga!!!
A propósito, 1981.
UAEM.
Colección XXV Aniversario.
Elocuencia y Timidez 2 ♥ Por Eileen Ovalle: Pintor de Versos!
Elocuencia y Timidez 2 ♥ Por Eileen Ovalle: Pintor de Versos!: Dedicado al gran poeta mexicano Benjamín Araujo Mondragón Y tú...poeta en medio exactamente de un suspiro …exhalas… y te bebes la poesía ...
sábado, 27 de agosto de 2011
DROGA DE AMOR
Eres una droga,
vida;
pero droga de sexo,
de cariño,
de dolor y de lágrimas.
Ya no te quiero,
amor;
pero te deseo.
Contra mi voluntad
voy a tí;
me tienes atrapado.
Juro no volver a verte:
pero lo primero que hago
es buscarte.
Estoy drogado.
Tú eres mi opio.
Mi marihuana.
Mi anfetamina.
Mi "polvito"...
por cierto,
¿en qué estábamos?
¿Nos echamos uno...?
vida;
pero droga de sexo,
de cariño,
de dolor y de lágrimas.
Ya no te quiero,
amor;
pero te deseo.
Contra mi voluntad
voy a tí;
me tienes atrapado.
Juro no volver a verte:
pero lo primero que hago
es buscarte.
Estoy drogado.
Tú eres mi opio.
Mi marihuana.
Mi anfetamina.
Mi "polvito"...
por cierto,
¿en qué estábamos?
¿Nos echamos uno...?
¡¡¡PATRIA!!!
Patria querida,
tus hijos te lloramos;
somos la cruz del himno...
y la mención de López Velarde
ya angustiado.
Sabemos que
debemos mejorar,
pero no lo hacemos;
queremos paz
y estamos ensangrentados,
olemos a cadáver
todos los días
del año.
Aprendemos a odiar
con las noticias.
Ayyy,
patria mía,
¿por qué Dios te ha abandonado?
¿No sabes orar?
¿Sabes reír...?
...tu llanto es como
un conjunto de campanas
de catedral
sonando a duelo.
Eres El Gólgota Nahuátl.
La indigestión
por el mestizaje;
la sapiencia
ancestral
que sabe a lágrimas.
tus hijos te lloramos;
somos la cruz del himno...
y la mención de López Velarde
ya angustiado.
Sabemos que
debemos mejorar,
pero no lo hacemos;
queremos paz
y estamos ensangrentados,
olemos a cadáver
todos los días
del año.
Aprendemos a odiar
con las noticias.
Ayyy,
patria mía,
¿por qué Dios te ha abandonado?
¿No sabes orar?
¿Sabes reír...?
...tu llanto es como
un conjunto de campanas
de catedral
sonando a duelo.
Eres El Gólgota Nahuátl.
La indigestión
por el mestizaje;
la sapiencia
ancestral
que sabe a lágrimas.
AMOR, AMOR, AMOR...
Dame un poco de luz;
con tus ojos encendidos.
Y dame cariño
con tu cuerpo
hecho braza.
Quiero tener aquí,
postrada a mis antojos:
mirando el horizonte
largo, ancho y ajeno
pero promisorio.
Y así iniciar
un año,
otro año,
otro año;
otro siglo
hasta hacernos eternos.
con tus ojos encendidos.
Y dame cariño
con tu cuerpo
hecho braza.
Quiero tener aquí,
postrada a mis antojos:
mirando el horizonte
largo, ancho y ajeno
pero promisorio.
Y así iniciar
un año,
otro año,
otro año;
otro siglo
hasta hacernos eternos.
Elocuencia y Timidez 2 ♥ Por Eileen Ovalle: Cupido...
Elocuencia y Timidez 2 ♥ Por Eileen Ovalle: Cupido...: Ha pensado en ti tantas veces... que los pastos crujieron a su paso y la hierba crecida, florecía Y emitió un suspiro quedo que el viento ...
Elocuencia y Timidez 2 ♥ Por Eileen Ovalle: Gitano
Elocuencia y Timidez 2 ♥ Por Eileen Ovalle: Gitano: Tu rostro bello …eterno… manto soberbio en tu latir del alma Y el grito de la vida …gitano… que cruzas montes y el desierto en calma Con ...
DE LA POETA EILEEN ODETH OVALLE PARA BENJAMÍN ARAUJO
PINTOR DE VERSOS
Y tú...poeta
en medio exactamente de un suspiro
…exhalas…
y te bebes la poesía entre los labios
con tu pluma que revienta en estrellas
y tu mano que acaricia auroras
con el tímido sentir de la poesía!
Después de consentir el alma
…te despliegas…
como un águila dorada que vuela
y remonta las montañas todas,
con tus ojos, de colibríes machos
que agitan sus alas vespertinas
Y sigues los pasos con tu pie descalzo
y aceleras la marcha al paraíso…
desdoblando serpentinas y magnolias
que suavemente guardaste en tu gaveta,
después de caer las cortinas de la tarde!
Ay del silencio que despierta ante tus ojos
que coquetos de alborotos, dibujan tus secretos
y se pintan de nostalgias entre versos…
los inquietos juramentos de tu pecho
que sostienes en tus dedos!
Y el pincel desnudo…se destila…
y sobre el lienzo tibio que te arropa
se escucha la canción que canta…
tu nombre que parece serenata
y alumbra en soledad callada
la luz de tu mirar…luz de tu alma!!
Eileen
Y tú...poeta
en medio exactamente de un suspiro
…exhalas…
y te bebes la poesía entre los labios
con tu pluma que revienta en estrellas
y tu mano que acaricia auroras
con el tímido sentir de la poesía!
Después de consentir el alma
…te despliegas…
como un águila dorada que vuela
y remonta las montañas todas,
con tus ojos, de colibríes machos
que agitan sus alas vespertinas
Y sigues los pasos con tu pie descalzo
y aceleras la marcha al paraíso…
desdoblando serpentinas y magnolias
que suavemente guardaste en tu gaveta,
después de caer las cortinas de la tarde!
Ay del silencio que despierta ante tus ojos
que coquetos de alborotos, dibujan tus secretos
y se pintan de nostalgias entre versos…
los inquietos juramentos de tu pecho
que sostienes en tus dedos!
Y el pincel desnudo…se destila…
y sobre el lienzo tibio que te arropa
se escucha la canción que canta…
tu nombre que parece serenata
y alumbra en soledad callada
la luz de tu mirar…luz de tu alma!!
Eileen
viernes, 26 de agosto de 2011
MIRO SIN MIRAR
Observo a mi derredor;
no hay enemigo delante,
ni detrás:
es mi conciencia hostíl que me fatiga...
Tomo tu mano,
miro tus piernas
y tengo sed de tí;
soy el perseguido de mi mismo
que no descansa en paz
hasta estar en tu regaso...
Miro, lentamente miro;
observo con detenimiento:
el tiempo vuela,
corre de prisa,
¿alguien lo persigue?
Somos nosotros
que detonamos la paz
del mediodía por el infierno
de los amaneceres.
Me quedo con la noche;
reposo en tu mirada,
tocando tu piel
¡soy eterno!
no hay enemigo delante,
ni detrás:
es mi conciencia hostíl que me fatiga...
Tomo tu mano,
miro tus piernas
y tengo sed de tí;
soy el perseguido de mi mismo
que no descansa en paz
hasta estar en tu regaso...
Miro, lentamente miro;
observo con detenimiento:
el tiempo vuela,
corre de prisa,
¿alguien lo persigue?
Somos nosotros
que detonamos la paz
del mediodía por el infierno
de los amaneceres.
Me quedo con la noche;
reposo en tu mirada,
tocando tu piel
¡soy eterno!
jueves, 25 de agosto de 2011
DAME MÁS
Dame más
Quiero tenerte aquí en mi cama,
rendida a mis placeres
prohibidos.
Urgarte con mis manos,
mis labios,
todo el cuerpo
hasta que seas
parte de mi cerebro
y mis entrañas.
Tomarme todo el tiempo del mundo
para postrarme ante tu desnudez
pálida e insigne
como una bandera
en patria recientemente liberada.
Tenerte aquí,
en la cama,
para gozar de todos tus placeres
extraños,
siempre nuevos;
pero redivivos
todos los días.
Tú,
mujer,
la siempre-viva.
miércoles, 24 de agosto de 2011
S O L E D A D
.Enmedio
Exactamente en medio
en el ínterin
de una hoja y su tallo
TE ESCONDES
Tras el amor a la mujer amada
ME PERSIGUES
Sigues la legua de esta noche tan larga
que amanece con nada
y te escondes
te callas
me persigues
acosas
No obstante
y fuera poesía
salgo del cascarón
me envuelvo feto tuyo
y no salgo más
SOY TUYO
A propósito, 1981.
UAEM,
Colección XXV Aniversario.
martes, 23 de agosto de 2011
TÚ
Las mañanas son densas, sombrías,
retardanzas de ayer;
fríos amaneceres oscuros, lóbregos;
como un paso de danza malaprehendido
mal representado nunca conseguido.
Pese a todo las mañanas son deseadas,
esperadas con temblor en los ojos
y en la esperanza.
Nunca más a la noche:
dicta la mañana
cuando aparece en el horizonte
y clama al desierto de lo no sucedido.
Pareciera reclamar más luz,
mucha luz,
montañas de asombro por el deslumbre
convertido en gozo.
Bienvenida la espera.
La mecánica espera, bienvenida.
La dicha es mucha y corroe por el silencio
y la oscuridad.
Salta las paredes de la inmensidad;
para prometer eternidades alcanzables,
a la mano:
vertidas en enormes velos de misterio y gozo;
frondosas,
juegan a apoderarse de todo
hasta corromper las ausencias,
llenar los vacíos y ser,
escurrimiento existencial,
miel en los recuerdos:
ser, a cántaros, a toneladas,
ser hasta ocuparlo todo.
Dame la luz del alba
para pronunciar tus recuerdos,
tus mejores recuerdos…
y los míos.
Un manojo único de gozo,
de dicha restringida
pero cierta;
más cierta que la luz,
la luz del alba de tu nombre,
de tus ojos,
tus pechos,
tus caderas…
toda tú.
retardanzas de ayer;
fríos amaneceres oscuros, lóbregos;
como un paso de danza malaprehendido
mal representado nunca conseguido.
Pese a todo las mañanas son deseadas,
esperadas con temblor en los ojos
y en la esperanza.
Nunca más a la noche:
dicta la mañana
cuando aparece en el horizonte
y clama al desierto de lo no sucedido.
Pareciera reclamar más luz,
mucha luz,
montañas de asombro por el deslumbre
convertido en gozo.
Bienvenida la espera.
La mecánica espera, bienvenida.
La dicha es mucha y corroe por el silencio
y la oscuridad.
Salta las paredes de la inmensidad;
para prometer eternidades alcanzables,
a la mano:
vertidas en enormes velos de misterio y gozo;
frondosas,
juegan a apoderarse de todo
hasta corromper las ausencias,
llenar los vacíos y ser,
escurrimiento existencial,
miel en los recuerdos:
ser, a cántaros, a toneladas,
ser hasta ocuparlo todo.
Dame la luz del alba
para pronunciar tus recuerdos,
tus mejores recuerdos…
y los míos.
Un manojo único de gozo,
de dicha restringida
pero cierta;
más cierta que la luz,
la luz del alba de tu nombre,
de tus ojos,
tus pechos,
tus caderas…
toda tú.
lunes, 22 de agosto de 2011
Más de Narcisa Castro
Esta madrugada ha muerto nuestra amiga y gran poeta en plena juventud: Narcisa Castro a sus escasos 31 años, con unos cuatro poemarios publicados y mucha poesía que iremos a rescatar de sus archivos para publicarle. Su poemario más emblemático es LOS CANTOS DE LILITH. Un gran logro haber publicado un bellísimo poemario con la Editorial de la Universidad de Costa Rica,LA ÚLTIMA HORA DE LA DISTANCIA poemas que tuve el gusto de revisarle y tallerearle personalmente. Este poema lo ha circulado entre los amigos de la poesía trascendentalista el compañero Gerardo Madrigal. A Narcisa, además de sus poemas, le sobrevive un niño de 7 años. Espero disfruten su poesía.
Descanse en Paz Narcisa, tu poesía siempre será parte de nuestraLuz
de Narcisa Castro, el Viernes, 11 de febrero de 2011 a las 0:30
Oda a Prometeo
Yo te conjuro todos los días de lluvia,
la canción malgastada del silencio
tus sencillos deseos de regresar a las calles
justo cuando a la izquierda del mundo
caen tus ojos.
Tú, con esa gloria tan parca:
cruzar las ciudades
como un vagabundo cualquiera,
acomodarte la corbata
caminar erguido y tan orgulloso
de toda la miseria.
Yo conjuro
que tus lágrimas se rompan en los bares,
que tu madre se muera y no regrese nunca
que te ataquen tus dragones
y camines en mis huellas.
Yo con mis sombras te conjuro
para que tu monstruo sea el grillete,
el ancla y la piedra
donde los buitres que dejaste en mí
jamás terminen de matarte.
DEL LIBRO ASMODEO ENTRE LAS FALDAS DE LA NOCHE
Descanse en Paz Narcisa, tu poesía siempre será parte de nuestraLuz
de Narcisa Castro, el Viernes, 11 de febrero de 2011 a las 0:30
Oda a Prometeo
Yo te conjuro todos los días de lluvia,
la canción malgastada del silencio
tus sencillos deseos de regresar a las calles
justo cuando a la izquierda del mundo
caen tus ojos.
Tú, con esa gloria tan parca:
cruzar las ciudades
como un vagabundo cualquiera,
acomodarte la corbata
caminar erguido y tan orgulloso
de toda la miseria.
Yo conjuro
que tus lágrimas se rompan en los bares,
que tu madre se muera y no regrese nunca
que te ataquen tus dragones
y camines en mis huellas.
Yo con mis sombras te conjuro
para que tu monstruo sea el grillete,
el ancla y la piedra
donde los buitres que dejaste en mí
jamás terminen de matarte.
DEL LIBRO ASMODEO ENTRE LAS FALDAS DE LA NOCHE
HOMENAJE
.Nada es cierto
Ni estos caminos vencidos
de mi boca,
ni el estallido sonámbulo
de tantas casas
siempre arrinconadas
en el viejo delantal de la distancia.
Y tampoco el poema
ni sus espejismos demasiado rotos
contra cada horizonte.
Así mi padre mira
con su último huracán
de soledades,
ahorcado
en estas palabras que comprende a tientas.
No,no hay nada más oscuro
que esta luz
con todas sus entorpecidas alturas
arrodillándome.
Mentira, vos sabés
que todo brilla desnudo
entre la misma sonrisa de sombras de la tarde,
todo,
hasta el silencio más exacto
que tropieza herido con mis versos.
Y tampoco el poema
con su intención de calcinarse
insolente.
Aquí, en los últimos vagones
de este abandono
que no, que nunca me olvida.
Autora: Narcisa Castro
Del libro LA ÚLTIMA HORA DE LA DISTANCIA
Editorial Universidad de Costa Rica
El 19 de agosto en la madrugada ha muerto nuestra amiga y gran poeta costarricense Narcisa Castro, a los 31 años de edad; le sobreviven cuatro poemarios publicados, cientos de poemas inéditos y un niño de siete años. Por eso comparto en un blog este poema. También está entre sus libros LOS CANTOS DE LILITH, sencillamente maravilloso. >Al regresar esta noche de la vela, cinco poetas amigos nos hemos comprometido en publicar su obra inédita fundamental y además en divulgar su obra ya publicada. También el poeta Albán ha compartido un poema que en esa misma fecha ha escrito como homenaje a la amiga. Y que comparto en esta misma instancia, ahora, con todos ustedes.
------------
NARCISA CASTRO
Pocas muertes serán
tan interminables como la tuya.
Has muerto sentenciada por la vida.
Todo el polvo esperaba que cayera
Tu sombra de poeta sin orillas.
Luchaste contra todas las sentencias:
la del canto hiriendo en tus heridas,
el ser mujer y amar lo inevitable,
y el poema que Dios
escribió en tu dolor eternamente.
Menuda de silencios como el viento,
con un rictus de niña acongojada,
luchando contra las invencibles
lejanías del hombre.
Y al fin llegó la deseada
y temida transparencia,
y te arrastró hasta el fondo de ti misma
con un golpe de muerte sin raíces.
Ahora todo acabó…
Ay, pero todo empieza
en tus altos poemas
que sí serán tu vida,
más allá del dolor
que aquí culmina…
Laureano Albán
19 de agosto 2011
pOR ÚLTIMO, COMPARTO un poema de mi autoría, homanaje que le hice en vida a esta querida amiga, que nos dejó un poco más solos, hace apenas un día.
A UNA MUJER POEMA
A Narcisa Castro
Yo no sé si la amé,
si la dañé crisálida o la inventé belleza”.
Jorge Charpantier
Es difícil que las mareas
te digan en sueños mis palabras,
avatares dormidos,
ciénagas desterradas con destellos.
Es difícil no amar tu nocturnidad,
aún en las orillas de las madrugadas
que imagino y reconstruyo
por tan solo un indicio.
Soy el mismo truhán que te amó en silencio
un treinta y uno de enero
con tu madre a las espaldas,
con los poemas de púlpito
buscando a tientas el oído atento,
menesterosos.
El mismo inventando transparencias
que la piel incita.
Por eso sangrar de sólo un dedo
o de toda el alma
es lo mismo.
Yo te convoco
para que aparezcas, ataviada,
recóndita o frutal.
Soy el más cobarde de todos tus amantes
y por eso dejo a los amigos
que te busquen hasta herirte o coronarte.
Hoy ante el fuego que vestigian
tus ojos
no me atrevo
a promulgar mi sed
de centinela enamorado.
Por eso
te doy mis manos sin espadas,
dóytelas sin venenos, sin pantanos,
con magnolias el cuello te rodeo,
te doy el abrazo suave en la jornada,
el consuelo ante la muerte inhóspita,
y recibo tu voz de fragua
ardiendo en los metales, las almohadas,
hasta doblar la noche, sola,
desde el dolor más hondo que te hizo
humanamente azul y posesiva.
Azul, azul como la punta de toda llama
inmolada en el amor.
Autor Ronald Bonilla
Del libro LA CIEGA CERTEZA
Ediciones Perspectiva Trascendentalista
Círculo de Poetas Costarricenses, 2005
Nota: este poema fue escrito en el 2002, había conocido a Narcisa en un recital el día de la poesía nacional, 31 de enero, cuando había publicado su primer poemario, su madre le acompañaba, era una chica de 20 años. Nos hicimos amigos y fuimos un grupo de poetas a departir en un bar restaurante, ya sin la mamá.- Ella se apegó a mí como a un padre ante tantos buitres viejos y jóvenes que la quisieron conquistar. De ahí nació nuestra amistad, pocos días después su madre murió por la diabetes descuidada. Ella también padecía la diabetes a, o juvenil. Ante esa muerte, me buscó pues se sentía sola y yo la llevé a los talleres del Círculo de Poetas Costarricenses. También hizo gran amistad con Jorge Charpentier, viejo poeta que moriría por esos años, y se emparejó con el poeta costarricense Cristian Alfredo Solera, con quien tuvo a su hijo Cristian y con quien vivió una tórrida relación de amor y desamor, de encuentros y separaciones. Publicó Vestigios del Fuego, poemario en que le ayudó Jorge y también se lo prologó. Luego con los poemas que llevaba a nuestros talleres escribió LA ÚLTIMA HORA DE LA DISTANCIA, publicada en la Editorial de la Universidad de Costa Rica en el 2006, prologado por Cristian Alfredo y Julieta Dobles. También publicó en forma artesanal con nuestras Ediciones Perspectiva Trascendentalista y prologado por Laureano Albán LOS CANTOS DE LILITH, del que dice este fundador del Movimiento, quien al igual que Charpentier, es Premio Magón de Cultura:
“… es un gran libro testimonial del drama ancestral de la mujer como madre y amante, sin superficialismos de género, basado en la mítica figura de la paradójica Lilith, el cual, en mi concepto, la convierten en una de las más grandes poetas que yo haya leido. Tenía muchos parecidos con Eunice: marginada, frágil, bella y acosada por el machismo, y sobre todo genio, mucho genio creativo. No se lo perdonaron y fue ninguneada, como Eunice, por la mediocracia de nuestra literatura”…
Entre sus títulos inéditos están: De fantasmas y otras ausencias, el cual tallerió conmigo en muchas oportunidades, 2004, y para el que le escribí un prólogo que espero se conserve. De dioses y otras equivocaciones, Todavía es el olvido, Borrador de azahares, Las estaciones del amante, y Tormenta donde ya no estarás. Y hoy sabemos de ASMODEO ENTRE LAS FALDAS DE LA NOCHE, del cual compartimos el poema ODA A PROMETEO. Como ven, era una poeta muy prolífica.
Así que mi poema recoge entonces la mención a Vestigios del Fuego y alude a la vida azaroza que había iniciado con nuestro amigo y compañero Cristian A. Solera, y no puedo negar que aunque abrí el paso para este romance, en muchas ocasiones me sentí atraído y estimulado por su bella amistad. En esa época, no conocía a mi Lucía, quien luego fue también su amiga.
Ayer murió en total desamparo en la madrugada en un cuarto de hospital, se la llevó el cáncer incisivo y la quimioterapia que le destruyó el riñon. Fue a acompañar a su madre, a su amigo Jorge, pero no nos dejó. Sigue entre nosotros con sus poemas nostálgicos, tiernos o brutales.
“Creo que su recuerdo de seguro se agigantará con el tiempo, Como en el caso de Bécquer, que murió casi desconocido, y solo unos pocos amigos asistieron a su sepelio. En este caso estoy totalmente seguro que será igual... igual... igual...”- culmina su nota compartida a los amigos el poeta Albán.
Ni estos caminos vencidos
de mi boca,
ni el estallido sonámbulo
de tantas casas
siempre arrinconadas
en el viejo delantal de la distancia.
Y tampoco el poema
ni sus espejismos demasiado rotos
contra cada horizonte.
Así mi padre mira
con su último huracán
de soledades,
ahorcado
en estas palabras que comprende a tientas.
No,no hay nada más oscuro
que esta luz
con todas sus entorpecidas alturas
arrodillándome.
Mentira, vos sabés
que todo brilla desnudo
entre la misma sonrisa de sombras de la tarde,
todo,
hasta el silencio más exacto
que tropieza herido con mis versos.
Y tampoco el poema
con su intención de calcinarse
insolente.
Aquí, en los últimos vagones
de este abandono
que no, que nunca me olvida.
Autora: Narcisa Castro
Del libro LA ÚLTIMA HORA DE LA DISTANCIA
Editorial Universidad de Costa Rica
El 19 de agosto en la madrugada ha muerto nuestra amiga y gran poeta costarricense Narcisa Castro, a los 31 años de edad; le sobreviven cuatro poemarios publicados, cientos de poemas inéditos y un niño de siete años. Por eso comparto en un blog este poema. También está entre sus libros LOS CANTOS DE LILITH, sencillamente maravilloso. >Al regresar esta noche de la vela, cinco poetas amigos nos hemos comprometido en publicar su obra inédita fundamental y además en divulgar su obra ya publicada. También el poeta Albán ha compartido un poema que en esa misma fecha ha escrito como homenaje a la amiga. Y que comparto en esta misma instancia, ahora, con todos ustedes.
------------
NARCISA CASTRO
Pocas muertes serán
tan interminables como la tuya.
Has muerto sentenciada por la vida.
Todo el polvo esperaba que cayera
Tu sombra de poeta sin orillas.
Luchaste contra todas las sentencias:
la del canto hiriendo en tus heridas,
el ser mujer y amar lo inevitable,
y el poema que Dios
escribió en tu dolor eternamente.
Menuda de silencios como el viento,
con un rictus de niña acongojada,
luchando contra las invencibles
lejanías del hombre.
Y al fin llegó la deseada
y temida transparencia,
y te arrastró hasta el fondo de ti misma
con un golpe de muerte sin raíces.
Ahora todo acabó…
Ay, pero todo empieza
en tus altos poemas
que sí serán tu vida,
más allá del dolor
que aquí culmina…
Laureano Albán
19 de agosto 2011
pOR ÚLTIMO, COMPARTO un poema de mi autoría, homanaje que le hice en vida a esta querida amiga, que nos dejó un poco más solos, hace apenas un día.
A UNA MUJER POEMA
A Narcisa Castro
Yo no sé si la amé,
si la dañé crisálida o la inventé belleza”.
Jorge Charpantier
Es difícil que las mareas
te digan en sueños mis palabras,
avatares dormidos,
ciénagas desterradas con destellos.
Es difícil no amar tu nocturnidad,
aún en las orillas de las madrugadas
que imagino y reconstruyo
por tan solo un indicio.
Soy el mismo truhán que te amó en silencio
un treinta y uno de enero
con tu madre a las espaldas,
con los poemas de púlpito
buscando a tientas el oído atento,
menesterosos.
El mismo inventando transparencias
que la piel incita.
Por eso sangrar de sólo un dedo
o de toda el alma
es lo mismo.
Yo te convoco
para que aparezcas, ataviada,
recóndita o frutal.
Soy el más cobarde de todos tus amantes
y por eso dejo a los amigos
que te busquen hasta herirte o coronarte.
Hoy ante el fuego que vestigian
tus ojos
no me atrevo
a promulgar mi sed
de centinela enamorado.
Por eso
te doy mis manos sin espadas,
dóytelas sin venenos, sin pantanos,
con magnolias el cuello te rodeo,
te doy el abrazo suave en la jornada,
el consuelo ante la muerte inhóspita,
y recibo tu voz de fragua
ardiendo en los metales, las almohadas,
hasta doblar la noche, sola,
desde el dolor más hondo que te hizo
humanamente azul y posesiva.
Azul, azul como la punta de toda llama
inmolada en el amor.
Autor Ronald Bonilla
Del libro LA CIEGA CERTEZA
Ediciones Perspectiva Trascendentalista
Círculo de Poetas Costarricenses, 2005
Nota: este poema fue escrito en el 2002, había conocido a Narcisa en un recital el día de la poesía nacional, 31 de enero, cuando había publicado su primer poemario, su madre le acompañaba, era una chica de 20 años. Nos hicimos amigos y fuimos un grupo de poetas a departir en un bar restaurante, ya sin la mamá.- Ella se apegó a mí como a un padre ante tantos buitres viejos y jóvenes que la quisieron conquistar. De ahí nació nuestra amistad, pocos días después su madre murió por la diabetes descuidada. Ella también padecía la diabetes a, o juvenil. Ante esa muerte, me buscó pues se sentía sola y yo la llevé a los talleres del Círculo de Poetas Costarricenses. También hizo gran amistad con Jorge Charpentier, viejo poeta que moriría por esos años, y se emparejó con el poeta costarricense Cristian Alfredo Solera, con quien tuvo a su hijo Cristian y con quien vivió una tórrida relación de amor y desamor, de encuentros y separaciones. Publicó Vestigios del Fuego, poemario en que le ayudó Jorge y también se lo prologó. Luego con los poemas que llevaba a nuestros talleres escribió LA ÚLTIMA HORA DE LA DISTANCIA, publicada en la Editorial de la Universidad de Costa Rica en el 2006, prologado por Cristian Alfredo y Julieta Dobles. También publicó en forma artesanal con nuestras Ediciones Perspectiva Trascendentalista y prologado por Laureano Albán LOS CANTOS DE LILITH, del que dice este fundador del Movimiento, quien al igual que Charpentier, es Premio Magón de Cultura:
“… es un gran libro testimonial del drama ancestral de la mujer como madre y amante, sin superficialismos de género, basado en la mítica figura de la paradójica Lilith, el cual, en mi concepto, la convierten en una de las más grandes poetas que yo haya leido. Tenía muchos parecidos con Eunice: marginada, frágil, bella y acosada por el machismo, y sobre todo genio, mucho genio creativo. No se lo perdonaron y fue ninguneada, como Eunice, por la mediocracia de nuestra literatura”…
Entre sus títulos inéditos están: De fantasmas y otras ausencias, el cual tallerió conmigo en muchas oportunidades, 2004, y para el que le escribí un prólogo que espero se conserve. De dioses y otras equivocaciones, Todavía es el olvido, Borrador de azahares, Las estaciones del amante, y Tormenta donde ya no estarás. Y hoy sabemos de ASMODEO ENTRE LAS FALDAS DE LA NOCHE, del cual compartimos el poema ODA A PROMETEO. Como ven, era una poeta muy prolífica.
Así que mi poema recoge entonces la mención a Vestigios del Fuego y alude a la vida azaroza que había iniciado con nuestro amigo y compañero Cristian A. Solera, y no puedo negar que aunque abrí el paso para este romance, en muchas ocasiones me sentí atraído y estimulado por su bella amistad. En esa época, no conocía a mi Lucía, quien luego fue también su amiga.
Ayer murió en total desamparo en la madrugada en un cuarto de hospital, se la llevó el cáncer incisivo y la quimioterapia que le destruyó el riñon. Fue a acompañar a su madre, a su amigo Jorge, pero no nos dejó. Sigue entre nosotros con sus poemas nostálgicos, tiernos o brutales.
“Creo que su recuerdo de seguro se agigantará con el tiempo, Como en el caso de Bécquer, que murió casi desconocido, y solo unos pocos amigos asistieron a su sepelio. En este caso estoy totalmente seguro que será igual... igual... igual...”- culmina su nota compartida a los amigos el poeta Albán.
SAPIENCIA DEL PRESENTE
Hoy he querido subirme al otro piso;
descansar y pensar
hasta la saciedad.
Hoy he tomado el pulso a mis sentimientos,
he decidido decirme que me quiero.
Saciar mis apetitos de ego
por un rato
para eruptar después
en mis seres amados.
Hoy, hoy, hoy,
nunca mañana,
jamás dejar para después
lo que me puedo decir
hoy, fuerte y quedito...
en voz baja; casi al oído.
Hoy me he tomado el pulso.
Y descubro que me necesito.
Que quiero estar conmigo
por el resto del tiempo
de mi vida.
Sólo hoy,
nomás hoy...
PENTÁLOGO
uno
Si tú quisieras emitir un juicio
si propusieras a tus elementos conjugarse
si permitieras que se interpretaran
si tú quisieras fallar sobre lo dado
si pudieras temer a tu silencio
dos
Deja ya
para mañana
para un otro día
aquella desgastada manera
de simplificarlo todo
tres
Opera
haz uso de tu mimetismo
confúndeme
créame complejo-de-culpa
dame por fin
el arma que
te-mate-me-mate-nos-mate
cuatro
Estoy segura de la vida
me dijiste firmemente un día
y al siguiente
no acudiste a la cita
cinco
Me gustas cuando callas
porque estás más presente
*A propósito, 1981.
Universidad Autónoma del Estado de México.
Primera edición.
Colección XXV Aniversario.
Toluca, México.
MÉXICO.
m o m e n t o s
El cenit de nuestros juicios
particulares sobre lo que no conocemos
habrá de perseguirnos por leguas
y leguas; hasta que con un rato
de esperanzas veamos el silencio
alumbrar sobre nuestras cabezas.
A tanto mirar el mañana
podremos oscurecer
el pasado; para no recordar
ni saber si ya fuimos
al monte de los desvaríos.
OTOÑO
Otoño llega
como precursor
del final de año;
anticipo de las fiestas
que son añoranza
y espera...
fruto del final
que ya todos conocemos,
pero procuramos
evadir
con nuestro lenguaje
de circunloquios.
Los otoños siempre me han entristecido
porque me llevan a recordar
lo que me falta:
las ausencias imperdonables...
el fin del sol en canìcula;
presagio del frìo mortuorio
que ya llega...
Los otoños me entristecen
porque se parecen
mucho
a tus ojos azules
ya sin brillo...
SUBIR
Cuando camino, tropiezo;
vuelvo a intentar caminar,
y caigo;
lo intento, lo intento, lo intento,
pero algo indefinido me detiene:
algo pasa,
me digo,
algo serio sucede...
¿será que apenas tengo
seis meses de nacido?
Sólo que sea por eso...
vuelvo a intentar caminar,
y caigo;
lo intento, lo intento, lo intento,
pero algo indefinido me detiene:
algo pasa,
me digo,
algo serio sucede...
¿será que apenas tengo
seis meses de nacido?
Sólo que sea por eso...
sábado, 20 de agosto de 2011
CANTOS GUERRERENSES
A machetazos llegamos
caminando aquel sendero;
nos quedamos sin cabeza,
los sesos se nos salieron
Vimos que el río, brinco y brinco,
arrastraba muerto y muerto,
mientras infeliz el monte
lloraba llantos de seda,
de seda que nunca sirve
para cubrir la sesera,
de seda que queda asqueada
si para vestir la invitan;
la carne blanca por fuera,
que guillotinara todas
las cabezas...
la carne
-perfume-
puro,
pero,
por fuera, por fuera,
que llenó el río, brinco y brinco,
de hermanos que se murieron
para dejar mi tristeza
en el monte que lloraba
llantos ácidos de seda.
Del libro A propósito, 1981.
caminando aquel sendero;
nos quedamos sin cabeza,
los sesos se nos salieron
Vimos que el río, brinco y brinco,
arrastraba muerto y muerto,
mientras infeliz el monte
lloraba llantos de seda,
de seda que nunca sirve
para cubrir la sesera,
de seda que queda asqueada
si para vestir la invitan;
la carne blanca por fuera,
que guillotinara todas
las cabezas...
la carne
-perfume-
puro,
pero,
por fuera, por fuera,
que llenó el río, brinco y brinco,
de hermanos que se murieron
para dejar mi tristeza
en el monte que lloraba
llantos ácidos de seda.
Del libro A propósito, 1981.
jueves, 18 de agosto de 2011
T I E M P O
Hoy he sentido el correr de los años
en tu mirada triste,
en la falta de brillo de tus ojos.
Hoy he visto caerse una montaña
sobre mis hombros,
como para hacer tropezar
cualquier plan inmediato.
Hoy he visto caer la tristeza
desde las nubes,
colarse por el horizonte,
habitar nuestros sueños...
Hoy, hoy, hoy:
esa palabra se cargó de contenido
en el rictus de tu mirada.
Y tu silencio,
aaaay tu silencio:
cayó cual pesada roca sobre mi mirada...
y profundizó el dolor de estos trágicos días
por los que cruza la patria.
El mundo es un pantano.
La tristeza habita los cinco continentes.
Sólo tus ojos claros si me miran
pueden cambiar las cosas
de golpe,
al instante;
pero tu voluntad se ha desatado,
ya no se dónde está,
la busco y no la encuentro...
Esta vorágine,
¿a dónde nos conduce?
en tu mirada triste,
en la falta de brillo de tus ojos.
Hoy he visto caerse una montaña
sobre mis hombros,
como para hacer tropezar
cualquier plan inmediato.
Hoy he visto caer la tristeza
desde las nubes,
colarse por el horizonte,
habitar nuestros sueños...
Hoy, hoy, hoy:
esa palabra se cargó de contenido
en el rictus de tu mirada.
Y tu silencio,
aaaay tu silencio:
cayó cual pesada roca sobre mi mirada...
y profundizó el dolor de estos trágicos días
por los que cruza la patria.
El mundo es un pantano.
La tristeza habita los cinco continentes.
Sólo tus ojos claros si me miran
pueden cambiar las cosas
de golpe,
al instante;
pero tu voluntad se ha desatado,
ya no se dónde está,
la busco y no la encuentro...
Esta vorágine,
¿a dónde nos conduce?
A 30 AÑOS DE DISTANCIA...*
*En mayo de 1981, apareció mi primer libro "A propósito", editado por la Universidad Autónoma del Estado de México. De modo que el pasado mayo cumplió 30 años esta criautirita, mi primer hijo. Con tal motivo lo he querido celebrar con ustedes, mis colegas, amigos y compañeros de andanzas en este barco que es la COMUNIDAD DE ESCRITORES Y POETAS..., reproduciendo el prólogo citado:
_________________________________________________________________________________
A MANERA DE PRÓLOGO, O
DE LA FE POLÍTICA EN LA POESÍA
A propósito de la aparición del primer libro en que reúne su poesía Benjamín Araujo me he puesto a revisar algunas notas y reflexiones -reencuentros y desconsideraciones- que en otra ocasión y en otro espacio había esbozado acerca de la naturaleza estética o literaria de la palabra de este joven poeta del Estado de México.
Retomo aquí la proposición anterior; entre los jóvenes que en la Entidad sienten hoy el vértigo de los abismos del verbo e inician una intrépida ascención para la conquista del aire desde las abruptas malezas y los montes inciertos de la poesía de hoy en día en el idioma, es Benjamín Araujo el que más ha reflexionado sobre la condición social y política del oficio del poeta.
Respecto a su propia obra afirma con claridad: "Si aceptamos que la poesía es un acto político, no obstante no podremos calificarla en la misma dimensión de los hechos políticos propiamente dichos, dado que antes de ser política es literatura. Y si el autor cree que debe tener una actitud política conciente y definida en su obra, ello de nada le servirá si, antes, no ha aclarado su compromiso con la palabra". Aclarado es una palabra muy nítida, muy reveladora. Luego "aclara" que ese compromiso se ejerce -y ejercita- en el diálogo del hombre con el hombre, en las palabras que decimos todos los días. La palabra más poética será entonces aquella que nos revele -íntegro- el milagro disperso de los instantes comunes.
El poeta llega a descubrir una norma de acción para toda obra literaria "comprometida": "Quien desde la poesía quiera ser revolucionario deberá primero no traicionar a la palabra". Y concluye: "la literatura en este 1980, desde Toluca como parte del capitalismo dependiente mexicano, deberá estar del lado de las fuerzas del mañana. Del lado de la clase productora, de la clase trabajadora".
A la luz de esta Poética hemos leído en las páginas de creación de Benjamín Araujo la verdad de sus convicciones ideológicas y estéticas. En ellas el credo político coincide con la fe poética. Como en el caso de Efraín Huerta, el poeta asume la libertad expresiva como un desarrollo de la lealtad a las propias convicciones. La pasión política y la sensualidad amorosa encuentran, juntas, la conciencia de una realidad abierta a la experiencia popular latinoamericana. El poeta afirma con su obra, su participación en la historia cotidiana del pueblo. Y lo que existe del pueblo en la poesía es lo que tiene de universalidad y permanencia.
En algunos poemas de este libro, pongamos por caso el titulado "Sonia", hay un humor político de fuerte tensión e intención sarcástica, una ironía amarga, una suerte de crueldad impugnativa que culmina de un modo "fieramente humano": "Haremos con el pelo de la madre de Nixon/ una cuerda tan larga/ que abarcará lo largo del Río Bravo/ y haremos conjuros con su sangre/ para impedir marínes/ Finalmente/ haré la coladera/ para tomar café/ cuando Sonia/ me engañe".
En otros textos parecen también la ternura y la violencia del sentimiento amoroso, la rebeldía y las incitaciones de una inteligencia poética que cuestiona el mundo que vivimos. En el poema "El ricón las tiene" este joven poeta se enfrenta al problema estético y social de la poesía contemporánea; cuestiona el poder del lenguaje para expresar la realidad y la historia cotidiana de la sociedad actual. Advierte que "nos han abandonado las palabras bellas". Pero sabe que "el contacto/ se da en una nueva dimensión/ sólo en tanto las palabras bellas/ cachondas/ salen de su rincón/ y nos llevan..."
Valen como testimonios poético-políticos de certera realización formal los poemas "Trinidad humana" y "No, Patria". En este libro hay epigramas, poemínimos, decretos, imágenes y "noticias"... el testimonio de los días que ha vivido el poeta (que hemos vivido todos).
Este libro demanda nuestra participación conciente en el proceso de cambio de sistema político-social que viven hoy los pueblos latinoamericanos. Claro está que su acción se da en el lenguaje. Pero el uso o de la palabra es un acto político. La rebeldía o revuelta verbal propone agitar, remover; reunir instinto, sentido, significado y destino sociales. Su función consiste en denunciar y en detonar el idioma enmascarado de la sociedad democrático-burguesa. Asimismo el vocabulario oficialista, la palabra automática, la escritura inerte -embalsamada-, el discurso circular y vacío; la frase hecha serpiente que se muerde los lugares comunes; es el mismo lenguaje que -intencionado, delirante, gozable- nos devuelven Ionesco, Arrabal o Jorge Díaz. No hay absurdo en el arte sino en la sociedad que refleja. La poesía construye una imagen realista, coherente, del mundo...y el poder invencible de las sentencias del pueblo (véase "Trinidad humana", "Déjame descorrerte la piel", "Voz a dos voces", "No, Patria" y "Cuatro cantos mágicos para invocar el cambio").
Benjamín Araujo como poeta se sitúa entre la forma y las tentaciones de la cotidianidad poética latinoamericana; antes que la novedad de la tradición, la tradición de la novedad y el cambio. Es la suya una poesía "personal" y a la vez colectiva, abierta; una especie de biografía "distanciada" para alcanzar -brechtiana o benedetianamente- "los poemas de otros". Sus signos permanentes son el humor, la violencia y la ternura, el asedio crítico del amor, la fe política, la pasión por la palabra, la impugnación a la sociedad burguesa occidental, el sarcasmo, la ironía soterrada y oscura -y la voz del testimonio.
Creo que el oficio de la poesía consiste en afirmar la vida como el único bien: en entrañarle verdad y significado. Y quieo decir que la obra poética de Benjamín Araujo está en marcha, hace camino al andar, crece al ritmo de su paso. En hora buena.
Raúl Cáceres Carenzo.
Toluca, febrero de 1981.
_________________________________________________________________________________
A MANERA DE PRÓLOGO, O
DE LA FE POLÍTICA EN LA POESÍA
A propósito de la aparición del primer libro en que reúne su poesía Benjamín Araujo me he puesto a revisar algunas notas y reflexiones -reencuentros y desconsideraciones- que en otra ocasión y en otro espacio había esbozado acerca de la naturaleza estética o literaria de la palabra de este joven poeta del Estado de México.
Retomo aquí la proposición anterior; entre los jóvenes que en la Entidad sienten hoy el vértigo de los abismos del verbo e inician una intrépida ascención para la conquista del aire desde las abruptas malezas y los montes inciertos de la poesía de hoy en día en el idioma, es Benjamín Araujo el que más ha reflexionado sobre la condición social y política del oficio del poeta.
Respecto a su propia obra afirma con claridad: "Si aceptamos que la poesía es un acto político, no obstante no podremos calificarla en la misma dimensión de los hechos políticos propiamente dichos, dado que antes de ser política es literatura. Y si el autor cree que debe tener una actitud política conciente y definida en su obra, ello de nada le servirá si, antes, no ha aclarado su compromiso con la palabra". Aclarado es una palabra muy nítida, muy reveladora. Luego "aclara" que ese compromiso se ejerce -y ejercita- en el diálogo del hombre con el hombre, en las palabras que decimos todos los días. La palabra más poética será entonces aquella que nos revele -íntegro- el milagro disperso de los instantes comunes.
El poeta llega a descubrir una norma de acción para toda obra literaria "comprometida": "Quien desde la poesía quiera ser revolucionario deberá primero no traicionar a la palabra". Y concluye: "la literatura en este 1980, desde Toluca como parte del capitalismo dependiente mexicano, deberá estar del lado de las fuerzas del mañana. Del lado de la clase productora, de la clase trabajadora".
A la luz de esta Poética hemos leído en las páginas de creación de Benjamín Araujo la verdad de sus convicciones ideológicas y estéticas. En ellas el credo político coincide con la fe poética. Como en el caso de Efraín Huerta, el poeta asume la libertad expresiva como un desarrollo de la lealtad a las propias convicciones. La pasión política y la sensualidad amorosa encuentran, juntas, la conciencia de una realidad abierta a la experiencia popular latinoamericana. El poeta afirma con su obra, su participación en la historia cotidiana del pueblo. Y lo que existe del pueblo en la poesía es lo que tiene de universalidad y permanencia.
En algunos poemas de este libro, pongamos por caso el titulado "Sonia", hay un humor político de fuerte tensión e intención sarcástica, una ironía amarga, una suerte de crueldad impugnativa que culmina de un modo "fieramente humano": "Haremos con el pelo de la madre de Nixon/ una cuerda tan larga/ que abarcará lo largo del Río Bravo/ y haremos conjuros con su sangre/ para impedir marínes/ Finalmente/ haré la coladera/ para tomar café/ cuando Sonia/ me engañe".
En otros textos parecen también la ternura y la violencia del sentimiento amoroso, la rebeldía y las incitaciones de una inteligencia poética que cuestiona el mundo que vivimos. En el poema "El ricón las tiene" este joven poeta se enfrenta al problema estético y social de la poesía contemporánea; cuestiona el poder del lenguaje para expresar la realidad y la historia cotidiana de la sociedad actual. Advierte que "nos han abandonado las palabras bellas". Pero sabe que "el contacto/ se da en una nueva dimensión/ sólo en tanto las palabras bellas/ cachondas/ salen de su rincón/ y nos llevan..."
Valen como testimonios poético-políticos de certera realización formal los poemas "Trinidad humana" y "No, Patria". En este libro hay epigramas, poemínimos, decretos, imágenes y "noticias"... el testimonio de los días que ha vivido el poeta (que hemos vivido todos).
Este libro demanda nuestra participación conciente en el proceso de cambio de sistema político-social que viven hoy los pueblos latinoamericanos. Claro está que su acción se da en el lenguaje. Pero el uso o de la palabra es un acto político. La rebeldía o revuelta verbal propone agitar, remover; reunir instinto, sentido, significado y destino sociales. Su función consiste en denunciar y en detonar el idioma enmascarado de la sociedad democrático-burguesa. Asimismo el vocabulario oficialista, la palabra automática, la escritura inerte -embalsamada-, el discurso circular y vacío; la frase hecha serpiente que se muerde los lugares comunes; es el mismo lenguaje que -intencionado, delirante, gozable- nos devuelven Ionesco, Arrabal o Jorge Díaz. No hay absurdo en el arte sino en la sociedad que refleja. La poesía construye una imagen realista, coherente, del mundo...y el poder invencible de las sentencias del pueblo (véase "Trinidad humana", "Déjame descorrerte la piel", "Voz a dos voces", "No, Patria" y "Cuatro cantos mágicos para invocar el cambio").
Benjamín Araujo como poeta se sitúa entre la forma y las tentaciones de la cotidianidad poética latinoamericana; antes que la novedad de la tradición, la tradición de la novedad y el cambio. Es la suya una poesía "personal" y a la vez colectiva, abierta; una especie de biografía "distanciada" para alcanzar -brechtiana o benedetianamente- "los poemas de otros". Sus signos permanentes son el humor, la violencia y la ternura, el asedio crítico del amor, la fe política, la pasión por la palabra, la impugnación a la sociedad burguesa occidental, el sarcasmo, la ironía soterrada y oscura -y la voz del testimonio.
Creo que el oficio de la poesía consiste en afirmar la vida como el único bien: en entrañarle verdad y significado. Y quieo decir que la obra poética de Benjamín Araujo está en marcha, hace camino al andar, crece al ritmo de su paso. En hora buena.
Raúl Cáceres Carenzo.
Toluca, febrero de 1981.
miércoles, 17 de agosto de 2011
C O N V I T E D E L M A R
El mar que hace un trabajo lento y lento
forjando en la caverna de mi pecho
el puño airado de mi corazón.
XAVIER VILLAURRUTIA
UNO
Las cuerdas de las olas
son amargos recuerdos
que saltan a la frente
de la playa amnésica.
No recordar jamás
pide el mar
no intentar la muerte
en la playa
sino mar adentro
en la aventura
y una vez
culminada
la tarea del marino
mar adentro se escucha:
no recordar jamás
DOS
La mano adelantada
la brisa cuello indaga
inquiere el mar
la playa hace palabras con el viento
contesta
vaivén
otra vez: la mano adelantada
TRES
Las olas cachondeos frondosos
de una sirena
oculta en archipiélagos
Cuando las olas levantan
con el viento:
un jadeo interminable
Neptuno hace suya a la sirena
Llega la luna
y en los corrillos
infantiles cantan:
la mar estaba serena
serena estaba la mar
CUATRO
Inagotable recuerdo primario
del mar venimos
de ahí de ahí de ahí
siglo tras siglo
ola tras ola
del mar llegamos
hemos perdido
ese lugar
lo denuncian
día con día
las olas
cuando pisan la playa
CINCO
Los marineros a la mar se hicieron
dejaron sus recuerdos
cual tortugas marinas
sembrados en las playas
fueron tejiendo nuevo sabor
a la aventura de la vida
cansados de andar sobre las aguas
quisieron recuperar lo memorioso
y se inventaron otras vidas
para al fin
nuevos
limpios
hacerse de recuerdos
recién desenterrados
de otros marineros
que a la mar se hicieron
dejaron sus recuerdos
cual tortugas maternas
sembrados en las playas
a donde hoy
llegaron otros marineros
que ufanos
estrenan
memorias
ajenas
SEIS
En el mar se conoce quién es quién
pues el mar se parece a los espejos
que reflejan historia y pensamientos
SIETE
Jugar el juego del mar
es desabrocharse la camisa
y entregar un fardo
acumulado desde niño
para iniciar recuento
Jugar el juego del mar
es olvidarlo todo
agotado de recordar
lo ajeno
Jugar el juego del mar
es arriesgarlo todo
ni ganador ni perdedor existen
ni el ser supremo habita
las profundidades del océano
como nos lo han querido
hacer creer
desde moluscos
Jugar el juego del mar
es recordarlo todo
atenerse a una dimensión
nueva y pavorosa
donde reúnes a los elementos
El mar es aire
el mar es tierra
el mar es fuego
el amor es agua
y se escapa por entre los dedos
Amor es aire y tierra
es fuego y agua
en pareja de soledad:
el mar es el
"amor en cuerpo mío de hombre
y en cuerpo de mujer..."
Mar
paraje de angustia
marea de silencio
y letanía de muerte:
el mar es el mar
pese a que al mar
le pese
ola tras ola
DEL LIBRO Surco de palabras (1984)
I D E N T I D A D
...Imposible identidad
de un nueve con otro nueve...
PEDRO SALINAS
Que las naves que nos llevan son las mismas,
sì lo dudes.
Que las mañanas son frescas, como siempre,
dalo por cierto y mentira.
Que el paìs que nos tocò resulta grande,
dependerà lo que enseguida me digas.
Sòlo puedo estar seguro
de la inmensa incertidumbre
que promueve la certeza de no ser fuego,
ni alumbre;
de parecer agua clara y terminar
pleno en lodo;
de hurgar en la tierra madre y encontrar
el vacìo y el abandono;
o de gozar siendo aire
para luego de soplidos
y rugidos somnolientos
no ser viento sino roca.
La piedra del desaliento.
Ùnicamente esa fe puedo en mi mano contar:
la del fuego que en mi pecho se tropieza
y se sofoca y apaga con el agua
y esta tierra que nos quieren transformar
con esos vientos
de allende el norte:
de dònde viene ese canto de sirenas
que trae las alforjas llenas
de agridulce incertidumbre
que supone el fuego piedra,
el agua temblor de hielo,
la tierra grande espejismo
y el viento historia contada
a infantes dememoriados
en el traspatio...
(DEL LIBRO Vaivén, 1998).
P R I N C I P I O S
Desde la luz del alba de los tiempos
mi soledad se oculta en el silencio.
Tanta promesa advierto en el paisaje
que a la carne y la piel hace testigos.
Nada puede ofrendarse desde el caos
sino la filiaciòn del mar,
la traiciòn del desierto,
la selva como abrigo,
la desnudez del viento
y las montañas todas para orar.
No se ora en el litigio del hermano,
ni se apetece al caos con la mirada.
Sòlo valen los cantos cuando se ama;
la eternidad de verme en esos ojos,
la suavidad del tacto en esos muslos,
el cuerpo en paz sin guerra en otros cuerpos.
Este volàtil disco en que viajamos
desconoce la pobreza de huesos
que cargamos, cargamos y un dìa
hemos de abandonar en sitio yermo.
Esta nave intranquila que creemos
haber creado y nos criò
padece sin saber lo que somos,
y hacemos, en este caminar
de luna llena en noches incansables
en que las pieles arden
y se ofrendan
mientras dejamos
que el paisaje se caiga de nostalgia
y la lluvia
busque comprenderle en sus cuitas
y amarle y escucharle.
...
(Fragmento; DEL LIBRO "APETENCIAS", 1999).
martes, 16 de agosto de 2011
LA NOCHE
Sobre la yema de los dedos
se sostiene la noche
aérea y enorme.
Carlos Pellicer
Pesada la tarea, cotidiana y doméstica,
llega a posarse en los hombros, la noche
simple y negra, ruda pero relajada;
no admite réplicas, es plena y nunca vana.
Tiene grises los ojos, las manos flacas,
la sonrisa tranquila, muy cansada la pose
y hay fuerza en su mirada, sutil y clara.
La noche espera todo, pero anida en nada;
clama por los finales, pide recuentos.
Asoma a hacer, cual flores, esperanzas,
promete amaneceres, carga placeres,
oculta impaciencias y nunca desespera.
Espacio palpitante, de una sed insaciable,
goza con el declive de los días y sus seres,
nunca se adelanta, puntual, fina, sencilla:
abre sus puertas para que todo quepa;
oculta crímenes, acosa a incansables;
no le teme a las predicciones y adelanta
finales indecisos o plenitudes invisibles.
Es la noche un trozo de silencios embozados,
un espacio para el ladrar de perros escondidos,
una casa en ruinas y un collar de horas, para
contar en sueños y abrazar en pesadillas.
se sostiene la noche
aérea y enorme.
Carlos Pellicer
Pesada la tarea, cotidiana y doméstica,
llega a posarse en los hombros, la noche
simple y negra, ruda pero relajada;
no admite réplicas, es plena y nunca vana.
Tiene grises los ojos, las manos flacas,
la sonrisa tranquila, muy cansada la pose
y hay fuerza en su mirada, sutil y clara.
La noche espera todo, pero anida en nada;
clama por los finales, pide recuentos.
Asoma a hacer, cual flores, esperanzas,
promete amaneceres, carga placeres,
oculta impaciencias y nunca desespera.
Espacio palpitante, de una sed insaciable,
goza con el declive de los días y sus seres,
nunca se adelanta, puntual, fina, sencilla:
abre sus puertas para que todo quepa;
oculta crímenes, acosa a incansables;
no le teme a las predicciones y adelanta
finales indecisos o plenitudes invisibles.
Es la noche un trozo de silencios embozados,
un espacio para el ladrar de perros escondidos,
una casa en ruinas y un collar de horas, para
contar en sueños y abrazar en pesadillas.
IDENTIDAD
...Imposible identidad
de un nueve con otro nueve...>
PEDRO SALINAS
Que las naves que nos llevan son las mismas,
sì lo dudes.
Que las mañanas son frescas, como siempre,
dalo por cierto y mentira.
Que el paìs que nos tocò resulta grande,
dependerà lo que enseguida me digas.
Sòlo puedo estar seguro
de la inmensa incertidumbre
que promueve la certeza de no ser fuego,
ni alumbre;
de parecer agua clara y terminar
pleno en lodo;
de hurgar en la tierra madre y encontrar
el vacìo y el abandono;
o de gozar siendo aire
para luego de soplidos
y rugidos somnolientos
no ser viento sino roca.
La piedra del desaliento.
Ùnicamente esa fe puedo en mi mano contar:
la del fuego que en mi pecho se tropieza
y se sofoca y apaga con el agua
y esta tierra que nos quieren transformar
con esos vientos
de allende el norte:
de dònde viene ese canto de sirenas
que trae las alforjas llenas
de agridulce incertidumbre
que supone el fuego piedra,
el agua temblor de hielo,
la tierra grande espejismo
y el viento historia contada
a infantes dememoriados
en el traspatio...
Del libro "Vaivén" (1998)
de un nueve con otro nueve...>
PEDRO SALINAS
Que las naves que nos llevan son las mismas,
sì lo dudes.
Que las mañanas son frescas, como siempre,
dalo por cierto y mentira.
Que el paìs que nos tocò resulta grande,
dependerà lo que enseguida me digas.
Sòlo puedo estar seguro
de la inmensa incertidumbre
que promueve la certeza de no ser fuego,
ni alumbre;
de parecer agua clara y terminar
pleno en lodo;
de hurgar en la tierra madre y encontrar
el vacìo y el abandono;
o de gozar siendo aire
para luego de soplidos
y rugidos somnolientos
no ser viento sino roca.
La piedra del desaliento.
Ùnicamente esa fe puedo en mi mano contar:
la del fuego que en mi pecho se tropieza
y se sofoca y apaga con el agua
y esta tierra que nos quieren transformar
con esos vientos
de allende el norte:
de dònde viene ese canto de sirenas
que trae las alforjas llenas
de agridulce incertidumbre
que supone el fuego piedra,
el agua temblor de hielo,
la tierra grande espejismo
y el viento historia contada
a infantes dememoriados
en el traspatio...
Del libro "Vaivén" (1998)
Reseña del libro "Será mi asilo el mar..."
“Serà mi asilo el mar. Biografìa de Josè Marìa Heredia y Heredia. 1803-1839”
La segunda ediciòn de Serà mi asilo el mar, de Benjamìn Araujo, con algunas correcciones y agregados, tiene la fortuna de aparecer en el Bicentenario del natalicio de Josè Marìa Heredia y Heredia (1803-1839), poeta fundamentalmente pero asimismo destacado ensayista, traductor, narrador, periodista, abogado y precursor de Josè Martì en la lucha por la independencia de Cuba, su patria natal.
Desde su primera estancia en Mèxico (1819-1821), y aùn antes, Heredia dio muestras de su extrema precocidad. No es casual que haya sido iniciador del romanticismo en Ibero Amèrica; en buena medida lo explica su formaciòn, a cargo de sus padres Josè Francisco de Heredia y Mieses y Marìa de las Mercedes Heredia y Campusano, queincluyò la lectura de los clàsicos y la pluralidad lingûÌstica.
Revitalizar la vida de un hombre probo como Heredia y Heredia, humanista y liberal de amplios vuelos, en estos momentos de confusiòn ètica, parece oportuno y necesario, amèn de que, como director del Instituto Literario, por lo que viviò en Toluca, y diputado del Estado de Mèxico, participò intensamente en la vida colectiva regional y, por ende, forma parte de nuestra identidad.
Esta obra se suma al alto nùmero de biografìas y estudios sobre Josè Marìa Heredia y Heredia y su obra que, pese a su cantidad (y la brevedad de la vida de Josè Marìa), no lo agotan como apasionante tema. Destacan, entre otros autores que lo han abordado: Nicolàs Rangel, Rafael Estenger, Andrès Bello, Elìas Zerolo, Enrique Josè Varona y Pera, Enrique Piñeiro y Barrio, Arturo Arnaiz y Freg, Antonio Canovas del Castillo, Josè Marìa Chacòn y Calvo, Emilio Valdès y de la Torre, Francisco Gonzàlez del Valle, Manuel Garcìa Garòfalo Mesa, Gustavo G. Velàzquez, Manuel Villanova, Nestor Ponce de Leòn, Inocente Peñaloza, Antonio de la Peña y Reyes, Raimundo Lazo, Marcelino Menèndez y Pelayo, Josè Yurrieta Valdès y Alejandro Gonzàlez Acosta.
De libro (segunda edición, 2004) de Benjamin Araujo Mondragon
La segunda ediciòn de Serà mi asilo el mar, de Benjamìn Araujo, con algunas correcciones y agregados, tiene la fortuna de aparecer en el Bicentenario del natalicio de Josè Marìa Heredia y Heredia (1803-1839), poeta fundamentalmente pero asimismo destacado ensayista, traductor, narrador, periodista, abogado y precursor de Josè Martì en la lucha por la independencia de Cuba, su patria natal.
Desde su primera estancia en Mèxico (1819-1821), y aùn antes, Heredia dio muestras de su extrema precocidad. No es casual que haya sido iniciador del romanticismo en Ibero Amèrica; en buena medida lo explica su formaciòn, a cargo de sus padres Josè Francisco de Heredia y Mieses y Marìa de las Mercedes Heredia y Campusano, queincluyò la lectura de los clàsicos y la pluralidad lingûÌstica.
Revitalizar la vida de un hombre probo como Heredia y Heredia, humanista y liberal de amplios vuelos, en estos momentos de confusiòn ètica, parece oportuno y necesario, amèn de que, como director del Instituto Literario, por lo que viviò en Toluca, y diputado del Estado de Mèxico, participò intensamente en la vida colectiva regional y, por ende, forma parte de nuestra identidad.
Esta obra se suma al alto nùmero de biografìas y estudios sobre Josè Marìa Heredia y Heredia y su obra que, pese a su cantidad (y la brevedad de la vida de Josè Marìa), no lo agotan como apasionante tema. Destacan, entre otros autores que lo han abordado: Nicolàs Rangel, Rafael Estenger, Andrès Bello, Elìas Zerolo, Enrique Josè Varona y Pera, Enrique Piñeiro y Barrio, Arturo Arnaiz y Freg, Antonio Canovas del Castillo, Josè Marìa Chacòn y Calvo, Emilio Valdès y de la Torre, Francisco Gonzàlez del Valle, Manuel Garcìa Garòfalo Mesa, Gustavo G. Velàzquez, Manuel Villanova, Nestor Ponce de Leòn, Inocente Peñaloza, Antonio de la Peña y Reyes, Raimundo Lazo, Marcelino Menèndez y Pelayo, Josè Yurrieta Valdès y Alejandro Gonzàlez Acosta.
De libro (segunda edición, 2004) de Benjamin Araujo Mondragon
UNA LITERATURA ENTRE LA FATALIDAD Y EL DRAMA EXISTENCIAL
Recordar a Raúl Rodríguez Cetina (1953-2009) es entrar a la dimensión de la fatalidad, sin ánimo de intentar colocarse en ese ángulo o perspectiva, queramos que no. Se trató de un hombre signado por el dedo del drama existencial. Y decir eso no sólo hace referencia a su persona, sino también a su obra. Vida y obra pocas veces hacen tan hondo doble carril, como en este caso; paralelismo sin igual que parece signado por el mal fario. Conocí a este yucateco, por otro yucateco, también de nombre Raúl, Cáceres Carenzo; y casi de inmediato nos hicimos amigos. Asi fuí conociendo su novelística que, poco a poco, ocupó un lugar importante en la literatura mexicana contemporánea, como bien da cuenta de ello, por ejemplo, John Stubbs Brushwood (1920-2007), en sus estudios sobre la nueva novelística mexicana de los últimos años del siglo XX, especialmente en su libro “La novela hispanoamericana del siglo XX”.
Prácticamente leí todos sus libros. Todos con el dramatismo de su vida personal. Y los leí todos, desde “El desconocido”, pasando por “Alejamiento”, “Flashback”, “Fallaste, corazón”, “Lupe, la canalla”, “Ya viví, ¿ahora qué hago? Corazón de acero”, “Bellas en su abandono”; sólo en el caso de este último libro, citado así por avatares de la memoria, narraciones cortas (cuentos o biografías); pero las demás, novelas, todas, todas, dedicadas una a una por el puño del autor y con la doble dedicatoria a mi persona y a Emiret, mi compañera (por quien siempre tuvo una manifiesta admiración: “¡Cómo te pareces a, Claudia Sheffer”, le decía. Todas sus novelas eran autobiográficas según lo constaté y comprobé en múltiples charlas con Rodríguez Cetina; y su libro de cuentos, más dedicado a su otra afición, la admiración del mundo femenino y sus íconos. Insisto que me hice lector de la obra de RRC, a excepción de “El pasado me condena”, título que festejó conmigo cuando, vía telefónica me dio la noticia de su aparición, en coedición entre el Ayuntamiento de Mérida y Plaza & Valdés, y que me prometió, para lo cual me solicitó por enésima ocasión mi dirección: “pues te la voy a hacer llegar; con otro ejemplar para Cáceres, pues ya ves que él no tiene dirección”, me dijo. Insisto en que sus novelas, desde la primera hasta la última, son libros sacados de sus vivencias personales, desgarradoras, las más de las veces; libros fatales, desde el primero de ellos, hasta el último –“este es más autobiográfico que los demás”, según palabras del propio Raúl.
En “El desconocido” que salió a luz en 1978, por parte de una editora del sureste mexicano, Duncan editores, y reimpreso por Plaza y Valdés apenas en 2008 (y de algún modo reescrito por RRC), se dibuja la sombría semblanza de un niño que es violado por un hombre mayor y empujado por esa experiencia a la prostitución, en Mérida. Es evidente que se trata de una desgarradora confesión del autor sobre su propia experiencia con la doble moral meridana. Eso lo llevó a ser catalogado como parte importante de la literatura gay de nuestro país, al lado de autores tan importantes como Luis Zapata, Alberto Dallal, José Ceballos Maldonado, Miguel Barbachano Ponce y otros, según estudiosos del fenómeno como José Joaquín Blanco, Rodrigo Laguarda y Héctor Carrillo.
“Flashback” (1982), es la segunda de sus obras, en ella se da subrrayadamente cuenta del espíritu contestastario, inconforme, incómodo, siempre enemigo del establecimiento, de RRC.
En “Alejamiento”, que me parece su mejor obra y acaso la única con la que guardó cierto distanciamiento, aparecida en 1987, se cuenta la vida de una poeta suicida. Es acaso la obra más poética de Rodríguez Cetina pues logra convertir la desdicha en un lago de tranquilidad que acaso nos dice en el entrelineado del apego enfermizo de Raúl por el suicidio. Obsesión que lo llevó en más de una ocasión a intentar fugarse por la llamada “puerta falsa”. Era un caso absoluto de depresivo obseso.
Todas sus obras, como lo relatan en muchos de los casos los títulos mismos, están emparentadas con el cine. Al que RRC tenía un especial afecto y afición. Incluso su ritmo narrativo es, declaradamente, cinematográfico como lo reconocieron importantes críticos literarios nacionales, como Héctor Manjarrez, Sara Sefcofich, Vittoria Borsó, René Avilés Fabila, Margo Glantz, Juan Domingo Argûelles e Ignacio Trejo Fuentes, éste último acaso la última persona con quien Rodríguez Cetina bebió unos tragos, según me lo confesó en la última llamada telefónica que yo le hice, pocos días antes de su trágico fallecimiento a causa de un infarto al miocardio, según lo reza el parte médico oficial, fruto de la autopsia que le practicaran luego de haber muerto como un perro callejero, solo y su alma, hasta que los vecinos, extrañados por su ausencia, pero más que nada por el nauseabundo olor que se desprendía de su vivienda, iluminada desde hacía algunos días, dieron parte a la autoridad que descubrió el cadáver de varios días, según lo consignó, en nota periodística de Milenio, el propio Nacho Trejo el lunes 29 de noviembre. De acuerdo con lo indagado: el suceso, la muerte, ocurrió entre el 20 y el 22 de noviembre, aunque el hallazgo se dió hasta el 25 del mismo mes.
“Fallaste corazón” (1990), es la cuarta de sus novelas, con la que conquistó un buen número de lectores y críticas muy favorables. Sigue la brecha trágica; la brecha cetiniana.
“Lupe, la canalla” (1996) es una novela divertida, con fuertes tintes tragicómicos, pues parte de una relación heterosexual de Rodríguez Cetina con una admiradora que, a final de cuentas, llegó a convertirse en su mecenas y después en una auténtica carga existencial, para Raúl. Los que estuvimos cercanos al autor logramos conocer a esta mujer que iba a convertirse en personaje de una de sus obras más discutidas, y acaso menos logradas de este narrador mexicano.
Con “Ya viví, ¿ahora qué hago...”, se rompe una larga cadena de infertilidad que padeció Raúl por años, tantos que el libro aparece hasta, 2004, Acaso explicada por un proceso muy acelerado de deterioro personal, en la salud física, en el ánimo y en la salud mental de este hombre que parece desprendido de las páginas más desdichadas de la literatura mexicana. Y es precisamente su salud personal, el relato central de la novela, el deterioro físico, que en realidad llevó a Raúl a estar internado en un centro hospitalario por más de tres meses, fue el leit motiv de la narración angustiante, desgarradora; la tristeza y la soledad como núcleo de este relato.
La narrativa de Rodríguez Cetina constituye un aporte en el sinuoso y arduo camino en la lucha contra los clichés, el machismo y la deformación ideológica de amplios sectores de la sociedad mexicana. Podría decirse, sin exagerar, que RRC fue siempre un bastión de la lucha contra el provincianismo más chato. Además de militar siempre, con claridad, en el espectro más lúcido y menos discutido de la izquierda nacional. En reiteradas ocasiones escuché de su voz las quejas, sombrías siempre, por la situación económica, política y social de nuestro país. Sin perder por cierto una mínima esperanza que asomaba como una rendija de luz en su expresión porque las cosas cambiaran para mejorar.
No puede soslayarse, desde luego, por aparecer esta nota en las páginas de “La Colmena”, su participación en esta revista de la Universidad Autónoma del Estado de México. Fueron cuatro las aportaciones de Raúl Rodríguez Cetina para esta importante publicación del panorama cultural de la entidad y la nación. 1994, 1995, 1996 y 1997, en ese órden riguroso fueron los años en que RRC aportó sus artículos. La primera aportación de Raúl para “La Colmena” fue una traducción y notas a la misma de un artículo de Isadora Duncan, “Reflexiones después de Moscú” (No. 4, p.p. 25); después vinieron, ahora sí, aportaciones propias: “Antonieta Rivas Mercado, una mujer que puso condiciones al destino” (No. 7, p.p. 4), “Una escritora bella en su abandono” (No. 11, p.p. 14) y “Sensatez y sensibilidad de Charlotte Bronte” (No. 14/15).
Antonio Marquet, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana –UAM-, habla de la obra de Rodríguez Cetina para emparentarla, “por su carácter urbano”, con las tareas periodísticas, más que literarias, que hiciera David García Salinas en los Populibros La Prensa; y lo coloca, ahora sí desde la perspectiva de la literatura con autores como Carlo Coccioli y Salvador Novo, sus predecesores en la mal llamada “novela gay” de la literatura mexicana, en el siglo XX.
También tuvo este autor que se nos ha ido con el año, una larga carrera periodística. Fue del periodismo que Raúl logró sobrevivir siempre, aún en los peores momentos de su perenne crisis económica personal. Fue jefe de redacción de “Primera plana”, colaborador de “El Día”, “El Universal” y “Por esto!”. Y esporádico escriba para otras publicaciones del país y el extranjero.
No debe olvidarse sus tareas de traductor para una empresa privada, ligada a la aviación, en alguna época inicial de su estadía en el Distrito Federal, del que logró hacerse un verdadero “chilango”, pues cuando volvía de Mérida, me contaba que extrañaba “esta pinche ciudad a la que odio pero de la cual no puedo deshacerme ni en sueños”.
Descanse en paz Raúl Rodríguez Cetina. Ya leeremos su último libro, “El pasado me condena” y, si siguen abiertas las puertas de “La Colmena”, aquí mismo lo comentaremos. Cabe decir, como última acotación, que de acuerdo con informes extraoficiales, Plaza y Valdés publicará póstumamente “Turbulencias”.*
Prácticamente leí todos sus libros. Todos con el dramatismo de su vida personal. Y los leí todos, desde “El desconocido”, pasando por “Alejamiento”, “Flashback”, “Fallaste, corazón”, “Lupe, la canalla”, “Ya viví, ¿ahora qué hago? Corazón de acero”, “Bellas en su abandono”; sólo en el caso de este último libro, citado así por avatares de la memoria, narraciones cortas (cuentos o biografías); pero las demás, novelas, todas, todas, dedicadas una a una por el puño del autor y con la doble dedicatoria a mi persona y a Emiret, mi compañera (por quien siempre tuvo una manifiesta admiración: “¡Cómo te pareces a, Claudia Sheffer”, le decía. Todas sus novelas eran autobiográficas según lo constaté y comprobé en múltiples charlas con Rodríguez Cetina; y su libro de cuentos, más dedicado a su otra afición, la admiración del mundo femenino y sus íconos. Insisto que me hice lector de la obra de RRC, a excepción de “El pasado me condena”, título que festejó conmigo cuando, vía telefónica me dio la noticia de su aparición, en coedición entre el Ayuntamiento de Mérida y Plaza & Valdés, y que me prometió, para lo cual me solicitó por enésima ocasión mi dirección: “pues te la voy a hacer llegar; con otro ejemplar para Cáceres, pues ya ves que él no tiene dirección”, me dijo. Insisto en que sus novelas, desde la primera hasta la última, son libros sacados de sus vivencias personales, desgarradoras, las más de las veces; libros fatales, desde el primero de ellos, hasta el último –“este es más autobiográfico que los demás”, según palabras del propio Raúl.
En “El desconocido” que salió a luz en 1978, por parte de una editora del sureste mexicano, Duncan editores, y reimpreso por Plaza y Valdés apenas en 2008 (y de algún modo reescrito por RRC), se dibuja la sombría semblanza de un niño que es violado por un hombre mayor y empujado por esa experiencia a la prostitución, en Mérida. Es evidente que se trata de una desgarradora confesión del autor sobre su propia experiencia con la doble moral meridana. Eso lo llevó a ser catalogado como parte importante de la literatura gay de nuestro país, al lado de autores tan importantes como Luis Zapata, Alberto Dallal, José Ceballos Maldonado, Miguel Barbachano Ponce y otros, según estudiosos del fenómeno como José Joaquín Blanco, Rodrigo Laguarda y Héctor Carrillo.
“Flashback” (1982), es la segunda de sus obras, en ella se da subrrayadamente cuenta del espíritu contestastario, inconforme, incómodo, siempre enemigo del establecimiento, de RRC.
En “Alejamiento”, que me parece su mejor obra y acaso la única con la que guardó cierto distanciamiento, aparecida en 1987, se cuenta la vida de una poeta suicida. Es acaso la obra más poética de Rodríguez Cetina pues logra convertir la desdicha en un lago de tranquilidad que acaso nos dice en el entrelineado del apego enfermizo de Raúl por el suicidio. Obsesión que lo llevó en más de una ocasión a intentar fugarse por la llamada “puerta falsa”. Era un caso absoluto de depresivo obseso.
Todas sus obras, como lo relatan en muchos de los casos los títulos mismos, están emparentadas con el cine. Al que RRC tenía un especial afecto y afición. Incluso su ritmo narrativo es, declaradamente, cinematográfico como lo reconocieron importantes críticos literarios nacionales, como Héctor Manjarrez, Sara Sefcofich, Vittoria Borsó, René Avilés Fabila, Margo Glantz, Juan Domingo Argûelles e Ignacio Trejo Fuentes, éste último acaso la última persona con quien Rodríguez Cetina bebió unos tragos, según me lo confesó en la última llamada telefónica que yo le hice, pocos días antes de su trágico fallecimiento a causa de un infarto al miocardio, según lo reza el parte médico oficial, fruto de la autopsia que le practicaran luego de haber muerto como un perro callejero, solo y su alma, hasta que los vecinos, extrañados por su ausencia, pero más que nada por el nauseabundo olor que se desprendía de su vivienda, iluminada desde hacía algunos días, dieron parte a la autoridad que descubrió el cadáver de varios días, según lo consignó, en nota periodística de Milenio, el propio Nacho Trejo el lunes 29 de noviembre. De acuerdo con lo indagado: el suceso, la muerte, ocurrió entre el 20 y el 22 de noviembre, aunque el hallazgo se dió hasta el 25 del mismo mes.
“Fallaste corazón” (1990), es la cuarta de sus novelas, con la que conquistó un buen número de lectores y críticas muy favorables. Sigue la brecha trágica; la brecha cetiniana.
“Lupe, la canalla” (1996) es una novela divertida, con fuertes tintes tragicómicos, pues parte de una relación heterosexual de Rodríguez Cetina con una admiradora que, a final de cuentas, llegó a convertirse en su mecenas y después en una auténtica carga existencial, para Raúl. Los que estuvimos cercanos al autor logramos conocer a esta mujer que iba a convertirse en personaje de una de sus obras más discutidas, y acaso menos logradas de este narrador mexicano.
Con “Ya viví, ¿ahora qué hago...”, se rompe una larga cadena de infertilidad que padeció Raúl por años, tantos que el libro aparece hasta, 2004, Acaso explicada por un proceso muy acelerado de deterioro personal, en la salud física, en el ánimo y en la salud mental de este hombre que parece desprendido de las páginas más desdichadas de la literatura mexicana. Y es precisamente su salud personal, el relato central de la novela, el deterioro físico, que en realidad llevó a Raúl a estar internado en un centro hospitalario por más de tres meses, fue el leit motiv de la narración angustiante, desgarradora; la tristeza y la soledad como núcleo de este relato.
La narrativa de Rodríguez Cetina constituye un aporte en el sinuoso y arduo camino en la lucha contra los clichés, el machismo y la deformación ideológica de amplios sectores de la sociedad mexicana. Podría decirse, sin exagerar, que RRC fue siempre un bastión de la lucha contra el provincianismo más chato. Además de militar siempre, con claridad, en el espectro más lúcido y menos discutido de la izquierda nacional. En reiteradas ocasiones escuché de su voz las quejas, sombrías siempre, por la situación económica, política y social de nuestro país. Sin perder por cierto una mínima esperanza que asomaba como una rendija de luz en su expresión porque las cosas cambiaran para mejorar.
No puede soslayarse, desde luego, por aparecer esta nota en las páginas de “La Colmena”, su participación en esta revista de la Universidad Autónoma del Estado de México. Fueron cuatro las aportaciones de Raúl Rodríguez Cetina para esta importante publicación del panorama cultural de la entidad y la nación. 1994, 1995, 1996 y 1997, en ese órden riguroso fueron los años en que RRC aportó sus artículos. La primera aportación de Raúl para “La Colmena” fue una traducción y notas a la misma de un artículo de Isadora Duncan, “Reflexiones después de Moscú” (No. 4, p.p. 25); después vinieron, ahora sí, aportaciones propias: “Antonieta Rivas Mercado, una mujer que puso condiciones al destino” (No. 7, p.p. 4), “Una escritora bella en su abandono” (No. 11, p.p. 14) y “Sensatez y sensibilidad de Charlotte Bronte” (No. 14/15).
Antonio Marquet, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana –UAM-, habla de la obra de Rodríguez Cetina para emparentarla, “por su carácter urbano”, con las tareas periodísticas, más que literarias, que hiciera David García Salinas en los Populibros La Prensa; y lo coloca, ahora sí desde la perspectiva de la literatura con autores como Carlo Coccioli y Salvador Novo, sus predecesores en la mal llamada “novela gay” de la literatura mexicana, en el siglo XX.
También tuvo este autor que se nos ha ido con el año, una larga carrera periodística. Fue del periodismo que Raúl logró sobrevivir siempre, aún en los peores momentos de su perenne crisis económica personal. Fue jefe de redacción de “Primera plana”, colaborador de “El Día”, “El Universal” y “Por esto!”. Y esporádico escriba para otras publicaciones del país y el extranjero.
No debe olvidarse sus tareas de traductor para una empresa privada, ligada a la aviación, en alguna época inicial de su estadía en el Distrito Federal, del que logró hacerse un verdadero “chilango”, pues cuando volvía de Mérida, me contaba que extrañaba “esta pinche ciudad a la que odio pero de la cual no puedo deshacerme ni en sueños”.
Descanse en paz Raúl Rodríguez Cetina. Ya leeremos su último libro, “El pasado me condena” y, si siguen abiertas las puertas de “La Colmena”, aquí mismo lo comentaremos. Cabe decir, como última acotación, que de acuerdo con informes extraoficiales, Plaza y Valdés publicará póstumamente “Turbulencias”.*
MIRO SIN MIRAR
Observo a mi derredor;
no hay enemigo delante,
ni detrás:
es mi conciencia hostíl que me fatiga...
Tomo tu mano,
miro tus piernas
y tengo sed de tí;
soy el perseguido de mi mismo
que no descansa en paz
hasta estar en tu regaso...
Miro, lentamente miro;
observo con detenimiento:
el tiempo vuela,
corre de prisa,
¿alguien lo persigue?
Somos nosotros
que detonamos la paz
del mediodía por el infierno
de los amaneceres.
Me quedo con la noche;
reposo en tu mirada,
tocando tu piel
¡soy eterno!
lunes, 15 de agosto de 2011
LA LLAMA DEL AMOR
domingo, 14 de agosto de 2011
Hartazgo
Harto
lleno de imágenes
quiero conminar a las fuerzas del averno
a la situación política
de un pedazo de geografía
en donde
algún día se encontrará mi patria
sin chovinismos
a mis amigos y conocidos
a mis enemigos y desconocidos
A pactar de Frente
a esta hartanza de imágenes
tardanza de creatividad
a firmar con lo cotidiano
y más envolvente existencia
que posean
Para Negarlo Todo
YA
de un sólo impacto
Invito a todo aquél que tiene a flor de labio una mentira
que tiene a boca de presente
una autonegación
Invito también a quien posee represiones
en todos los órdenes
y a quien carece de perspectiva
ante este engaño
enredo teosófico
metafísica inmovilidad
a que con la rebeldía
que yace acumulada postrada guardada escondida
por segundos
por minutos
por horas
por días
por semanas
por meses
por años
por lustros
por décadas
por siglos
iniciemos un movimiento permanente perpetuo incorruptible
que intente desde ya
desde cada yo
y cada nosotros
conjugar el verbo verbo
el verbo vida
y lo Neguemos Todo
Hartos Llenos
al fin
de imágenes
ya ahora
YA AHORA
YA
YA
YA
ya ahora ya ahora ya ahora ya ahora
Claro que todo ésto
es
fruto de mi hartanza
y su utopismo es hijo
de la tardanza imaginativa
poder creador asesinado
por todo este territorio
que habitamos
sin nombre
sin palabra
sin poder
o fuerza
Perdón
ahora lo entiendo
disculpen
¿en qué estábamos?
lleno de imágenes
quiero conminar a las fuerzas del averno
a la situación política
de un pedazo de geografía
en donde
algún día se encontrará mi patria
sin chovinismos
a mis amigos y conocidos
a mis enemigos y desconocidos
A pactar de Frente
a esta hartanza de imágenes
tardanza de creatividad
a firmar con lo cotidiano
y más envolvente existencia
que posean
Para Negarlo Todo
YA
de un sólo impacto
Invito a todo aquél que tiene a flor de labio una mentira
que tiene a boca de presente
una autonegación
Invito también a quien posee represiones
en todos los órdenes
y a quien carece de perspectiva
ante este engaño
enredo teosófico
metafísica inmovilidad
a que con la rebeldía
que yace acumulada postrada guardada escondida
por segundos
por minutos
por horas
por días
por semanas
por meses
por años
por lustros
por décadas
por siglos
iniciemos un movimiento permanente perpetuo incorruptible
que intente desde ya
desde cada yo
y cada nosotros
conjugar el verbo verbo
el verbo vida
y lo Neguemos Todo
Hartos Llenos
al fin
de imágenes
ya ahora
YA AHORA
YA
YA
YA
ya ahora ya ahora ya ahora ya ahora
Claro que todo ésto
es
fruto de mi hartanza
y su utopismo es hijo
de la tardanza imaginativa
poder creador asesinado
por todo este territorio
que habitamos
sin nombre
sin palabra
sin poder
o fuerza
Perdón
ahora lo entiendo
disculpen
¿en qué estábamos?
sábado, 13 de agosto de 2011
LA LLAMA DEL AMOR
M I S T E R I O
MISTERIO
Nunca sucede nada en nuestra casa.
Todo se encuentra en orden, sosegado,
la piel ya es media piel de aburrimiento,
desplomadas las almas ya no vuelan
y resulta inasible la existencia.
Nunca pasa más nada en esta vida,
sólo la vida pasa; nunca a tiempo
vemos vibrar cometas en los ojos;
ni oímos el el cristal fino del sentimiento;
jamás hacemos caso del secreteo
del viento, potente, lleno de augurios,
ni gozamos su roce en medias caras
llenas de medios besos aplazados.
Jamás nos pasa nada entre las manos
cerradas al misterio que se escapa
junto a la vida misma que nos pasa
como si nada pasa en esta casa.
Primera estancia
Todo cabe en un cuenco de la mano extendida:
hasta el amor que asoma por un suspiro ajeno.
No caben, pero sirven, los mortales aullidos,
el rechinar de dientes, la crispazón de nervios;
el dolor de ausentarse de los brazos queridos
apenas se parece al desierto paisaje o a los
árboles yertos o a los ríos desecados o a los
sombríos batracios entre dos mundos fríos.
Caben, en cambio sí, los besos más sinceros,
los terrores insomnes por aprehender aquello
cuya naturaleza llama a jamás tener jaula;
cabe el misterio mismo vuelto son, metáfora
que grita las voces de la selva, gemidos
erotizados que braman en los montes.
En aquella primera de las albas humanas,
apalabrados ya, supimos que callamos.
Segunda estancia
Zarpazos con la voz, codazos con los ojos,
la ternura no anida cuando faltan palabras.
El tedio llueve a cántaros mientras enmudecen
los filosos cardúmenes de palabras:
No hay con quién hablar, ni a quién
decirle nada sobre el fuego y la lluvia.
El tedio gana todo mientras dos flores,
en silencio, son germinadas por un colibrí.
Tercera estancia
Museo de ruinas son mi estirpe y mi pecho;
legión de sufrimientos, enjambre de desdicha,
la esperanza. Todo el dolor habita el horizonte.
Una corteza cerebral en llamas, Prometeo:
saber cuesta más, mucho más de lo supuesto.
Conocer es desdicha y amargura. La conciencia
danza con un tridente y pincha hasta dañar
la gracia, la sonrisa, la fuerza y el futuro.
Mirar atrás supone no pronunciar los nombres
de los ancestros tenues, fantasmas vacilantes,
que soñaron andar caminos con espinas
y abrojos para sembrar paraísos de herencia.
La verdad sabe a sangre. Tiene cara sin rostro.
Cuarta estancia
Los sueños son regalo de los dioses
que nos sueñan a veces sin cuidado.
Ya no quiero soñar sueños ajenos
porque a tanto soñar los siento propios;
y no quiero que luego me reclamen
que esos sueños soñados no son míos,
cuando a tanto soñarlos ya me viven.
Vivo en los sueños propios aunque
algunos de ellos primero no eran míos.
Habito de puntitas, silencioso,
otros sueños, sueños de otros,
a hurtadillas.
Un dios sueña a otro dios y todos ellos
fueron soñados juntos, por el Dios primero.
SOL EDAD soledad
Con el sol en la cara
descubro ya no estás.
Miro a mi derredor
y ni vestigios de tí.
Salgo de mi claustro personal
para buscarte
pero no estás conmigo...
y se que el sol brillará...
por años y años...
hasta que tú
hasta que yo
hayamos
desaparecido.
descubro ya no estás.
Miro a mi derredor
y ni vestigios de tí.
Salgo de mi claustro personal
para buscarte
pero no estás conmigo...
y se que el sol brillará...
por años y años...
hasta que tú
hasta que yo
hayamos
desaparecido.
miércoles, 10 de agosto de 2011
lunes, 8 de agosto de 2011
E M E R G E N C I A S
Ser poeta no es una ambiciòn mìa,
es mi manera de estar solo.
FERNANDO PESSOA
UNO
Cierren la puerta, corran los pestillos,
que no se transparenten los recuerdos;
apenas llegò arrastràndose la melancolìa
traìa cascabeles en las patas invàlidas
y roncos atardeceres en el pecho.
Cierren la puerta, corran las cortinas,
que no asome el lucero de la dicha pasada;
alguien olvidò un sobre sin destinatario
por la rendija de mi pecho
y ahora gotean mis manos saludos cancelados.
No olviden cerrar las puertas,
pòngale seguro a los suspiros:
no tiene caso recomenzar cenas nunca iniciadas,
ni querer beber de las copas infèrtiles:
aunque llegue la cama con la luna.
Es mejor no asomarse a los espejos,
rematar las puertas de sol,
vender amaneceres al mejor postor
y recomenzar este camino de cencerro sin reses,
de trovador sin canto,
de plañir sin sollozos
que es la vida.
DOS
Tomo un poco de cristalina, lìmpida voz,
del viento tardeado de los àrboles
para, educado, dar gracias al destino;
cuevas son mirador,
làpidas tribuna sempiterna,
àrboles sombra sol
viento pausa certidumbre
duda ensoñaciòn
oscurece:
para antes de dormir:
mirar al Oriente:
maldecirlo todo
antes de entrar a lo impredecible
para siempre.
TRES
Un ocèano interior se vuelve buche de agua;
el oleaje es sonrojo por la inercia perdida;
un alma que nos sueña se embriaga y nos olvida;
pasa el tren de la noche...
¿acaso descarrila?
Escucha bien,
pelele ser:
tràgate, apasionado olvìdate;
un poco de humildad
te volverà al regazo
del paraìso inencontrado.
CUATRO
Acostùmbrate a mirar la noche
porque el olvido es eterno;
serena tu alma en la soledad
porque Dios puede estar en ningùn lado
y entonces, gota a gota,
la mentira y el orgullo de la humanidad
van a chorrear
a crear un ìdolo feroz
como una estalactita
que harà volcanes en el corazòn
e interiores cascadas
hasta anegar la esperanza
y petrificar
todo posible recuerdo.
Acostùmbrate a mirar la noche,
a carecer de horizonte
y a confundir vèrtigos
con amores.
Petrifìcalo todo,
desde cada rincòn de la tarde
para asir la noche
desde el hondo placer
del fango inodoro
de la tristeza.
CINCO
Hace frìo en lo que dices.
Ya no hay eco en tu pecho.
La nada està asomàndose por nuestras azoteas.
Nos ronronea la muerte.
Candados, seguros, botones,
anillos, valen como ceniza
para este humo interior
que es desierto y clamor,
holganza de la compañìa,
temblor por la prisa
e infantil sorpresa,
verde letanìa
por estar cansado
de tanto nacer,
noche y dìa,
como si crecer
fuera lejanìa.
SEIS
La dicha no habla, es muda.
La edad del sol resulta individual;
indivisible es una afirmaciòn,
multiplicables son las negativas:
cuando quieres aprehender al pez
y describirlo:
en tus manos està la red vacìa.
Si cantas por cantar, no tiene caso.
Si te obligas a orar por los amaneceres,
te enseñaràs a vibrar al mediodìa.
Las tardes apenas inician la lecciòn,
cuando improviso: anochece.
Mejor duerme y calla:
la dicha es muda y canta.
La muerte coro y florece.
OCHO
Son silentes los sueños y las pesadillas;
carecen de olor y sabor los buenos recuerdos
y gritas para que te escuchen:
pero aquì no hay nada,
sino desierto.
El cuento ya empezò.
La historia se termina.
La esperanza està flaca,
enferma, en agonìa;
y antes de que te cubras de gloria
exprèsate,
no olvides:
el silencio al final
es la mejor lecciòn
de honor,
color
y hasta sabidurìa.
(DEL LIBRO "VAIVÉN", 1998)
(Cuadernos de Malinalco, No. 35; IMC).
es mi manera de estar solo.
FERNANDO PESSOA
UNO
Cierren la puerta, corran los pestillos,
que no se transparenten los recuerdos;
apenas llegò arrastràndose la melancolìa
traìa cascabeles en las patas invàlidas
y roncos atardeceres en el pecho.
Cierren la puerta, corran las cortinas,
que no asome el lucero de la dicha pasada;
alguien olvidò un sobre sin destinatario
por la rendija de mi pecho
y ahora gotean mis manos saludos cancelados.
No olviden cerrar las puertas,
pòngale seguro a los suspiros:
no tiene caso recomenzar cenas nunca iniciadas,
ni querer beber de las copas infèrtiles:
aunque llegue la cama con la luna.
Es mejor no asomarse a los espejos,
rematar las puertas de sol,
vender amaneceres al mejor postor
y recomenzar este camino de cencerro sin reses,
de trovador sin canto,
de plañir sin sollozos
que es la vida.
DOS
Tomo un poco de cristalina, lìmpida voz,
del viento tardeado de los àrboles
para, educado, dar gracias al destino;
cuevas son mirador,
làpidas tribuna sempiterna,
àrboles sombra sol
viento pausa certidumbre
duda ensoñaciòn
oscurece:
para antes de dormir:
mirar al Oriente:
maldecirlo todo
antes de entrar a lo impredecible
para siempre.
TRES
Un ocèano interior se vuelve buche de agua;
el oleaje es sonrojo por la inercia perdida;
un alma que nos sueña se embriaga y nos olvida;
pasa el tren de la noche...
¿acaso descarrila?
Escucha bien,
pelele ser:
tràgate, apasionado olvìdate;
un poco de humildad
te volverà al regazo
del paraìso inencontrado.
CUATRO
Acostùmbrate a mirar la noche
porque el olvido es eterno;
serena tu alma en la soledad
porque Dios puede estar en ningùn lado
y entonces, gota a gota,
la mentira y el orgullo de la humanidad
van a chorrear
a crear un ìdolo feroz
como una estalactita
que harà volcanes en el corazòn
e interiores cascadas
hasta anegar la esperanza
y petrificar
todo posible recuerdo.
Acostùmbrate a mirar la noche,
a carecer de horizonte
y a confundir vèrtigos
con amores.
Petrifìcalo todo,
desde cada rincòn de la tarde
para asir la noche
desde el hondo placer
del fango inodoro
de la tristeza.
CINCO
Hace frìo en lo que dices.
Ya no hay eco en tu pecho.
La nada està asomàndose por nuestras azoteas.
Nos ronronea la muerte.
Candados, seguros, botones,
anillos, valen como ceniza
para este humo interior
que es desierto y clamor,
holganza de la compañìa,
temblor por la prisa
e infantil sorpresa,
verde letanìa
por estar cansado
de tanto nacer,
noche y dìa,
como si crecer
fuera lejanìa.
SEIS
La dicha no habla, es muda.
La edad del sol resulta individual;
indivisible es una afirmaciòn,
multiplicables son las negativas:
cuando quieres aprehender al pez
y describirlo:
en tus manos està la red vacìa.
Si cantas por cantar, no tiene caso.
Si te obligas a orar por los amaneceres,
te enseñaràs a vibrar al mediodìa.
Las tardes apenas inician la lecciòn,
cuando improviso: anochece.
Mejor duerme y calla:
la dicha es muda y canta.
La muerte coro y florece.
OCHO
Son silentes los sueños y las pesadillas;
carecen de olor y sabor los buenos recuerdos
y gritas para que te escuchen:
pero aquì no hay nada,
sino desierto.
El cuento ya empezò.
La historia se termina.
La esperanza està flaca,
enferma, en agonìa;
y antes de que te cubras de gloria
exprèsate,
no olvides:
el silencio al final
es la mejor lecciòn
de honor,
color
y hasta sabidurìa.
(DEL LIBRO "VAIVÉN", 1998)
(Cuadernos de Malinalco, No. 35; IMC).
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