LUNA, LUNA, LUNA
Luna hechicera,
cuánto te quiero
eres el optimismo en noches
de desvelo;
y la posibilidad de renacer
con tu espíritu
siempre redondo...
Quiero tenerte aquí
en mi cara,
en mi casa,
en el cuenco de mi mano,
para dar gracias a Dios,
día con día,
por tenerte ante mí,
noche tras noche...
Tú estás aquí
aunque no te vea:
siempre, siempre, siempre,
incubando la paz en nuestros espíritus
y aprobando el amor
a los ancestros;
y a los hijos;
el amor, la fraternidad,
que es posible siempre
siguendo el tema tuyo
de cada noche,
dulce luna...
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