miércoles, 27 de octubre de 2010

P A C Ï F I C A



En la penumbra del amanecer

te imploro;

te añoro con la complacencia de mis ansias,

con el dolor de no tenerte aquí;

y quiero doblegarme a mis impulsos

y te recuerdo plena,

con luz entorno tuyo

rodeada de pájaros y mariposas.


Creo en lo que veo,

considero lo que me da muestras

de existencia

y tiemblo.


Quiero tener a puño

en la garganta

la sensación de paz

si logro amarte;

estacionado estoy

en tus garras

y no deseo volar

ni predicar maldades

sólo tenerte a puños

en mis ojos.


Mujer,

mujer divina,

ven a mí:

dame paz,

desventurada;

dame la paz que no logras

para ti.

Bendíceme con tus ojos.

Ámame con tus manos dulces,

entretenme con tu cuerpo:


quiero amarte por siempre,

enamorada del amor;

loca de celos por la paz

de este mundo

y de los sepulcros

venideros.



Benjamín A. Araujo M.

(derechos reservados)

No hay comentarios:

Publicar un comentario