lunes, 5 de diciembre de 2011

PESADILLA AUTOCRÍTICA



Fue una escena espantosa, más que un sueño: una pesadilla.

Me encontré, muy de pronto: ¡rodeado de mí mismo!

Enclaustrado en mi persona, que era un implacable juez,

de toga y birrete; rodeado de infinidad de "yos",

todos, de toga y birrete...



Jueces todos de mi persona; ¡jueces de mí mismo!

Molestos porque, yo era yo, molestos

por mi persona: ¡¡¡enjuiciadores!!!



Críticos más acervos, no había tenido yo;

mis "yos" jueces, mis "yos" de mi mismo,

entablando mis personas, enclaustrando mi ser

en una jaula de culpas y de faltas,

de fallas y de ausencias,

de crímenes inmensos contra mi persona

y contra mi seres más queridos...



Fuí saliendo de esa nebulosa de pesadilla,

enmedio de un sudor intenso.

Pero la sensación fue ingrata,

sensación incómoda,

muy incómoda.



¿Por qué ocurrió? No lo se,

a ciencia cierta. Pero, creo

adivinar que detrás de esos

sinsabores, están mis pobres

alcances. Mis metas no logradas;

mis ansias insatisfechas...



Eso creo. Pero me prometo:

¡portareme mejor

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