Cuantas veces anduve
con los dedos del hambre...
...de puntillas...
reconocí en tus centros
el banquete
volé
palmípeda ave del deseo callado
me posé sobre el nido de tu sueño
y en tu onírica cara...
...me veía...
Cuantas veces anduve
con los huesos del tedio...
...de rodillas...
recosté
la retórica
difunto círculo que domina
para acallar las voces...
...la voz del hambre...
no bastan los fusiles
los decretos sellados
o la mentira güera
de un barato producto
Para volver silencio la poesía
faltaría que la muerte se muriera
que la sed
vomite de humedad
o que tu nombre
calle
y abandonde
estas llanuras...
A propósito, 1981.
Universidad Autónoma del Estado de México.
pp. 19.
Primera edición.
Colección XXV Aniversario.
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