MIRADAS
Hasta el día de hoy, podremos ser
tranquilos;
pero mañana
ya no habrá más espera
deberemos
caminar, para ver lo que pasa:
habremos, ese
día, de mirar hacia arriba,
hacia abajo y
para todos lados
sin encontrar
la estrecha vereda
que nos
muestre la salida.
Ya con la
mirada puesta en la salida
vendrán los
chillidos, el chirriar de dientes
y la
estrechez de pensamiento: sólo,
muy solo por
estar ahí te miraré de nuevo
y podré
decirte todo lo que te amo.
Más aún te
diré cuánto te amé
durante la
ausencia y cómo sufrí
por tu
desaparición de mis brazos.
Fueron noches
sin luna, sin descanso;
tormentas en
silencio, lluvias secas,
conjunción de
vientos sin impacto.
Fue tétrico
el verme así, triste y solo
pero con la
certidumbre de que te vería
algún día,
sin duda; pero no obstante:
miré tus
brazos durante tu ausencia,
vi y sentí
tus labios, y tus ojos, tus brazos,
tu cadera, tu
espalda, tu mirada:
¡¡¡Ayyyy tu
mirada!!!
Esa mirada
tan llena de peces y colores,
esa mágica
alfombra para mis desvaríos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario