Nací con la consigna vital en la frente,
tuve modo de emplearla pero fallé
de repente, era una manera de estar
de ser y de comprender; pero nunca,
jamás, nunca, nunca logré penetrar
en la meta que tenía enfrente,
ante mis ojos, sin conocer por qué,
ni para qué, fallé y la falla ahora
está clavada de por vida en mi frente.
UNO
De niño subí a verlo todo, la curiosidad
no tenía limite. Tuve por años edad
para aprehender y aprender,
pero los tropiezos también
me enseñarían, aunque eso nunca
iba yo a conocerlo sino después
ya con los años encima. Supe entonces
por qué mi abuelo decía en todo momento:
"si los viejos pudieran, si los jóvenes supieran..."
DOS
Pasado el tiempo creció en mi corazón el amor,
una hormona normal para multiplicar la vida.
Sólo con soledad pude aprender y aprehender
a vivir conmigo y con los demás...
Pude deleitarme con el gozo del sexo
y las mieles del amor, o el placer;
en veces invertido, en otras
inexistente....
TRES
Llegó la edad madura y pude reposarlo todo,
pero la muerte tocaba a la puerta. Tocaba
y tocaba; y yo no le abrí, nunca le abrí
pero ¡tiró la puerta!
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