Anoche supe que soy tuya.
Me soñé despierta,
enredada a tu cuerpo.
Te recordé buceando
bajo mis enaguas.
Estabas mojado,
temblando entre mis labios
y yo envolvía tu cintura
con mis alas.
Anoche estuve contigo.
Tú tatuabas mi espalda
con la esponja,
bañabas con espuma
mi voz y mi sonrisa.
Prendías gotas de diamantes
en mis ojos
y yo simplemente,
te amaba.
Anoche me serví una copa
de aquel vino afrutado
y llegué al cielo
mientras te pensaba.
Brindé a tu salud,
mi siempre bien amado.
Y tuve la certeza
que es tuyo,
este perfume embriagador
a cerezas.
ANY CARMONA
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