Les comparto una historia entrelazada con Héctor Sumano Magadán, Luis Eduardo Aute, Benjamin Araujo, Joe Mrg y su servidora. Dice Benjamín Araujo "una causalidad es una cita postergada", ahí está cumplida Mtro. Benjamín.
TEJIENDO PALABRAS
Ma. del Carmen Martínez Sandoval
Entre Aute* y las hojas murmurantes
El relato, como género literario, es amable con mi interior; me permite recuperar parte de mi despistada memoria. En esta amabilidad, hacía tiempo que había escrito una serie de narraciones eróticas encaminadas al placer que proporciona rememorar a través del ejercicio de la escritura.
Por esas casualidades de la vida conocí a Héctor Sumano Magadán, responsable de la colección Hoja Murmurante en la editorial Tinta de Alcatraz, a quien agradezco que mis relatos cobraran vida pública en forma de plaqueta.
Permitirme la publicación, me llevó a trabajar los textos y entregárselos en tiempo y forma. Al término de su compilación, me encontré con que no tenía título para ellos.
Ocupada como estaba en este asunto del título, uno de los amigos me sugirió el título de una canción de Luis Eduardo Aute: Mojándolo Todo. Mientras observaba los escritos en la pantalla de la computadora, los acordes de guitarra acompañaban ésa voz aguda declamando: …tendida como alas abiertas, /dispuestas al vuelo/ me incitas, me invitas a viajar./ Mojándolo Todo
De principio a fin, y repetidas veces, escuché atenta la melodía y los versos: me invitas a viajar por lácteas vías/ y negros agujeros levemente desvelados,/ por tu mano que juega por pudores y sudores enjugando/ entre pétalos de carne…
No había más qué decidir, Mojándolo Todo definía el cuerpo a las narraciones. Asumir el título susurró a mis oídos la posibilidad de que Aute conociera la travesura erótica con su título.
Dice Benjamín Araujo* que toda casualidad es una cita postergada, por lo que el universo me alcanzó. Así, pasó un año de la presentación de este primer hijo literario y en el mismo mes, noviembre, Querétaro organizó un encuentro de trovadores. Entre los invitados al concierto fue considerado Luis Eduardo Aute. La noticia me llenó de conmoción adolescente, tendría la oportunidad de compartirle la historia entrelazada con su composición.
El día del evento llegó. Aute estaba contemplado para tocar en la madrugada del domingo, por lo que tuvimos que esperar la hora, su llegada y sólo verlo pasar frente a nosotros; imposible hablar con él.
Sin embargo la cita estaba otorgada por el universo. Uno de los staf, amablemente me recibió tres ejemplares de Mojándolo todo con el fin de hacérselos llegar. En uno de ellos escribí unas palabras para Aute e intencionalmente dejé los datos necesarios con la esperanza de encontrar un desenlace a este encuentro diferido.
La respuesta llegó quince días después. A las 5.35 am el celular sonó con notificación de un correo electrónico. Extrañada por la hora y con un seudónimo ajeno a mis contactos, revisé su contenido que decía así; “Querida amiga Carmen, / Acabo de leer tu “Mojándolo Todo” y te puedes imaginar la enorme satisfacción que he sentido a leer esos preciosos y precisos relatos empapados de ardorosas humedades…He sentido un inconfesable placer al leerlos y mucho más por el “homenaje” que me regalas. Muchas gracias, querida amiga./ Lluvia de besos/ Luis Eduardo.
Recordar lo vivido, me llena nuevamente de emoción. Ésas casualidades, maestro Benjamín Araujo, sí son una cita postergada y a mí, el cosmos me la procuró.
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