sábado, 24 de septiembre de 2011
I N F I N I T A
INFINITA
Una luz en el infinito me llama,
implora que le siga.
Asustado no voy,
me detengo,
las manos me sudan,
las piernas me tiemblan,
pero insistente me llama,
en mi fuero interno escucho:
"ven", "ven", "ven"...
Temo darle la espalda;
pero ya no es una luz
ahora es un sonido imperceptible,
me detengo a escuchar,
es una voz,
sí, una voz, insistente voz
que clama a mis oídos...
Ahora me persigue,
sí, sí, sí,
me sigue, paso a paso,
va tras de mí,
vaya yo a dónde vaya...
Quiero tener paciencia
y ya, dejarla atrás.
Acallarla,
taparle de mis oídos,
¿o sólo es de mi cabeza?
¿estaré perdiendo la razón?
¿qué me ocurre?
¿qué me pasa?
¿soy yo?
¿he inventado todo ésto?
¿me torturo?
No lo se. Pero corro,
vuelo, me apresuro;
voy hacia ningún lado...
Tropiezo. Caigo.
Caigo, caigo, caigo:
¿sigo cayendo...?
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