jueves, 8 de septiembre de 2011

RUECA

Sales como si nada sucediera

cuando amanece



Te escondes tras los destellos

del sol

y en la bruma interna

de tu persona





Arrastras la cobija

y el cuerpo del delito

tu cuerpo



A tanto haberlo habitado

te dices

se ha vuelto sombra raída

luz destroncada

húmeda soledad

viscosa compañía

adjetivo de tercera mano



Transcurre el día

te escurres entre sus horas

y minutos

y segundos

quieres volcarlo todo

para qué

te preguntas

y no tienes respuesta

y te sorprende la noche

más vago

aún más desprendido de todo

que cuando amanece



En la noche te topas contigo

de frente

cara a cara

y te tocas y no te reconoces

adivinas acaso

quién ese ese que te habla

siempre en prima persona



Callas

y no te atreves a salir

cierras puertas ventanas

de las habitaciones

que te conforman



Eres casa vacía

llena de ruidos

y te inventas fantasmas

que moren tus estancias



Te confundes

no sabes bien a bien por qué

pero te sienta

ser ruido o fantasma

ya no tú

casa deshabitada





Todo es irremediable

te anuncias

te repites

das vuelta a la rueca

y la única palabra

fatalidad

acomoda a la vuelta y vuelta

irremediable

te reiteras



La nada está contigo

en noche calurosa

piel a piel

en ese sofocante momento

compartiendo sudores

y delirios



Tu hermana

añorada

inevitable

desde un rincón sonríe





Sabes bien que amanece

y esa rueda

trituradora

de sueños

continúa su vuelta



Otra vez:

sales como si nada sucediera

cuando amanece

te escondes tras los destellos

del sol

y en la bruma intensa

de tu persona





*Del libro Surco de palabras,

1984. Centro Toluqueño de Escritores,

colección becarios.

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