lunes, 6 de junio de 2016

"SUERTE DE RABIA" DE REFUGIO PEREIDA, José Falconi Oliva

“Suerte de rabia” de Refugio Pereida

José Falconi

Dividido en diez capítulos y en 74 parágrafos este libro, “Suerte de rabia”, de la poeta Refugio Pereida se construye como un periplo emocional, pero también conceptual, en que el lenguaje subjetivo, particular; es decir, poético, transmuta la realidad objetiva en una continuidad de decires en que ese ya dicho lenguaje poético hecho a base de metáforas, metonimias, analogías, sincronías, tropos, arritmias y cesuras se enaltece porque logra un corpus literario en el que sentido, intencionalidad y técnica se amalgaman en versos continuados, a veces versículos, de impecable factura.

En este libro, la poeta Refugio Pereida crea realidades poéticas tan íntimamente relacionadas entre sí que no podemos diferenciar la existencia emocional y conceptual (y la técnica empleada para escandirlas) de unas y de otras, pues nada puede considerarse en aislamiento; la tragedia o la rabia de la vida humana (“el pecado mayor del hombre es haber nacido”, ya lo dijeron los clásicos) es tan universal que da un sentido de totalidad a este testimonio lírico y, en cierto sentido épico, “aporreado por la soledad”.

Sin embargo, hay una razón exacta para amar la vida: perseguir -ya que somos seres cosmogónicos- el canto de la Vía Láctea. Entre versos a veces tan desolados de este intenso y conmovedor poema, hay, porque la existencia humana es así de contradictoria, una búsqueda casi alquímica de lo que Jaime Sabines llamó “el polvo de oro de la vida”: “…ve tras los rayos del sol / cuando los devores tendrás un astro para ti sola”.

Al leer “Suerte de rabia” me figuro a su autora, la poeta Refugio Pereida, sentada en medio de un paisaje en que predomina el polvo; el polvo primigenio, e inopinadamente de sus manos, que son de cal pero que también son el instrumento irrenunciable de sus palabras, surge el comunicado de los nómadas; es decir, la maravilla de sus imágenes que viajan, enérgicas y vitales, a través de nuestras retinas a nuestras mentes.

“Suerte de rabia” es un libro emparentado con “Patología del ser” de Ramón Martínez Ocaranza. En estos dos brillantes logros de la transmutación poética de la realidad real, la experiencia humana se define como patológica pues ambos libros ponen en entredicho, y poéticamente trascienden, la visión conformista de la dicha realidad y la perpetuación de las costumbres sociales establecidas, mañosamente presentadas como “valores”, por los oficiales y oficiosos vigilantes de la salud mental, sicólogos y siquiatras represivos y al servicio del status quo. Recordemos que el pintor y escultor alemán, nacionalizado francés, Max Ernst afirmaba que “la identidad será convulsa o no será”. La poeta Refugio Pereida nos advierte: “Esta es la patología que me caracteriza, / arte propio de la generación del fracaso”.

José Falconi promoviendo Suerte de rabia, poemario de Refugio Pereira
Y si bien hemos citado a un artista dadaísta y surrealista, Max Ernst, no me parece que el libro de Refugio Pereida pertenezca a estos linajes. Aquí estamos ante un poema de gran aliento que se acerca más al creacionismo propuesto por Vicente Huidobro y espléndidamente logrado en Altazor. En la propuesta creacionista hay una mayor vigilancia de la voluntad del poeta sobre el corpus metafórico del lenguaje imaginativo, de tal forma que el poeta no se fía ni de la escritura automática ni de los azares aleatorios. En “Suerte de rabia” Refugio Pereida asume, como Huidobro, el derecho a crear una realidad poética paralela a la realidad real; asume el derecho, y lo hace con plena lucidez poética, de convertir nuestra dura realidad en “un sicario mal pagado y resentido” o de ver, ¿quién se lo impide?, “un barco corsario en la azotea”. Imaginerías poéticas, alegorías, puras realidades mentales tan eficaces que afectan de inmediato nuestra percepción, que le ofrecen a nuestra mente un sitio dónde aposentarse para detenernos a experimentar ese extraño acaecer que la poesía nos ofrece: la contemplación activa de las cosas del mundo.

En los parágrafos poéticos que van del numeral 39 al 47 se realiza una sucesión de declaraciones líricas, haciendo, para todo efecto práctico, uso de la anáfora si bien no todos estos parágrafos comiencen con la palabra dice (se usa también: presume, dicen y digo) que vienen de fantasmagóricos personajes tal vez poseídos por el delirio que la inoculación del virus de la rabia les provoca. Una rabia consustancial a la existencia humana pues, como lo dice Rubén Darío en Lo fatal, “no hay mayor pesadumbre que la vida consciente”.

El pensamiento poético de Refugio Pereida, expresado en significativas figuras de dicción, impacta la conciencia afectiva de nosotros, sus lectores. Ese pensamiento-dicción se particulariza, se individualiza en texturas sonoras y emotivas tan propias que se vuelve un rezo a Santa Quiteria, Virgen de los Mordidos, conjuro de todos los desterrados hijos de Eva, nosotros, simples mortales tan ajenos a los poderosos dueños del mundo que no son más que deshumanizados fantoches afiebrados, narcotizados por su avaricia a los que la poeta define como “triunfadores colgados de sus gritos”, haciendo uso de una fina ironía.

La escritora de “Suerte de rabia” ha alcanzado un verdadero metalenguaje y ha firmado un pacto con la poesía: escribir versos cargados de dolor, sensualidad y belleza; es decir, de sabiduría sensible y plástica basada en la experiencia vuelta vibración, canto metafórico.

Después de leer este conmovedor libro de tan contundente armonía: ritmo (melopea), visualización dinámica (fanopea) y lenguaje estético (logopea), quisiera preguntarle a la poeta Refugio Pereida: “¿Quién sembró la angustia en las llanuras de tus ojos?”

Pereida, Refugio, Suerte de rabia, Toluca, FOEM, colecc. El corazón y los confines, 2015, 111 pp

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