viernes, 1 de junio de 2012

Un poema de Kike Gómez (Colombia)

(El siguiente poema es el primero de una serie de 7 poemas que he titulado en conjunto "Estancia en el Averno Blanco")

Heme aquí ante tí, impávida parafília,
acariciando el hielo de este recinto
con la extensión fetal de mi desnudez!
te ofrendo mi espalda, no puedo huir,
estoy aquí para tí, temer no tendría caso
si pedí tu ayuda para vaciar mi detrimento...

Entonces bien, sacia tu mecánica vacuidad,
perfora sin prejuicios mi indefensa columna,
es una lástima que me dieses analgésicos...
Hurga en lo más sacro de mis propios huesos,
dolor no tengo, pero extraño sus aullidos,
tan inmóvil e indefenso,¿cómo saber si vivo?

Inmutable sadismo con tu puñal tubular
mi derrier es un lienzo para tu tintura de yodo,
dibuja entonces mis ojos que miran en sentido opuesto...
Madre mía, suelta mis puños que no se quejan,
no veas mi rostro mietras me humillo y entrego,
necesito conocer mi demonio, esto es un pacto en silencio...

No tengas contemplaciones amigo verdugo,
llévate mi médula y comulga con su asesino,
nunca antes el blanco me pareció tan maldito...
Déjame solo con ese lamento que agoniza,
extiende mi piel entumecida sobre el Lago Aorno...
porque junto a la ventana no se posan los pájaros,
en estoico silencio entrevístame con el grisáceo techo...

Kike Gómez
Derechos Reservados...

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