sábado, 20 de agosto de 2011

CANTOS GUERRERENSES

A machetazos llegamos

caminando aquel sendero;

nos quedamos sin cabeza,

los sesos se nos salieron



Vimos que el río, brinco y brinco,

arrastraba muerto y muerto,

mientras infeliz el monte

lloraba llantos de seda,

de seda que nunca sirve

para cubrir la sesera,

de seda que queda asqueada

si para vestir la invitan;

la carne blanca por fuera,

que guillotinara todas

las cabezas...



la carne

-perfume-

puro,

pero,

por fuera, por fuera,

que llenó el río, brinco y brinco,

de hermanos que se murieron

para dejar mi tristeza

en el monte que lloraba

llantos ácidos de seda.




Del libro A propósito, 1981.

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