lunes, 22 de agosto de 2011

HOMENAJE

.Nada es cierto



Ni estos caminos vencidos

de mi boca,

ni el estallido sonámbulo

de tantas casas

siempre arrinconadas

en el viejo delantal de la distancia.



Y tampoco el poema

ni sus espejismos demasiado rotos

contra cada horizonte.



Así mi padre mira

con su último huracán

de soledades,

ahorcado

en estas palabras que comprende a tientas.



No,no hay nada más oscuro

que esta luz

con todas sus entorpecidas alturas

arrodillándome.



Mentira, vos sabés

que todo brilla desnudo

entre la misma sonrisa de sombras de la tarde,

todo,

hasta el silencio más exacto

que tropieza herido con mis versos.



Y tampoco el poema

con su intención de calcinarse

insolente.



Aquí, en los últimos vagones

de este abandono

que no, que nunca me olvida.



Autora: Narcisa Castro

Del libro LA ÚLTIMA HORA DE LA DISTANCIA

Editorial Universidad de Costa Rica



El 19 de agosto en la madrugada ha muerto nuestra amiga y gran poeta costarricense Narcisa Castro, a los 31 años de edad; le sobreviven cuatro poemarios publicados, cientos de poemas inéditos y un niño de siete años. Por eso comparto en un blog este poema. También está entre sus libros LOS CANTOS DE LILITH, sencillamente maravilloso. >Al regresar esta noche de la vela, cinco poetas amigos nos hemos comprometido en publicar su obra inédita fundamental y además en divulgar su obra ya publicada. También el poeta Albán ha compartido un poema que en esa misma fecha ha escrito como homenaje a la amiga. Y que comparto en esta misma instancia, ahora, con todos ustedes.
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NARCISA CASTRO

Pocas muertes serán

tan interminables como la tuya.



Has muerto sentenciada por la vida.

Todo el polvo esperaba que cayera

Tu sombra de poeta sin orillas.



Luchaste contra todas las sentencias:

la del canto hiriendo en tus heridas,

el ser mujer y amar lo inevitable,

y el poema que Dios

escribió en tu dolor eternamente.



Menuda de silencios como el viento,

con un rictus de niña acongojada,

luchando contra las invencibles

lejanías del hombre.



Y al fin llegó la deseada

y temida transparencia,

y te arrastró hasta el fondo de ti misma

con un golpe de muerte sin raíces.



Ahora todo acabó…

Ay, pero todo empieza

en tus altos poemas

que sí serán tu vida,

más allá del dolor

que aquí culmina…



Laureano Albán

19 de agosto 2011



pOR ÚLTIMO, COMPARTO un poema de mi autoría, homanaje que le hice en vida a esta querida amiga, que nos dejó un poco más solos, hace apenas un día.



A UNA MUJER POEMA

A Narcisa Castro

Yo no sé si la amé,

si la dañé crisálida o la inventé belleza”.

Jorge Charpantier



Es difícil que las mareas

te digan en sueños mis palabras,

avatares dormidos,

ciénagas desterradas con destellos.

Es difícil no amar tu nocturnidad,

aún en las orillas de las madrugadas

que imagino y reconstruyo

por tan solo un indicio.

Soy el mismo truhán que te amó en silencio

un treinta y uno de enero

con tu madre a las espaldas,

con los poemas de púlpito

buscando a tientas el oído atento,

menesterosos.

El mismo inventando transparencias

que la piel incita.

Por eso sangrar de sólo un dedo

o de toda el alma

es lo mismo.



Yo te convoco

para que aparezcas, ataviada,

recóndita o frutal.

Soy el más cobarde de todos tus amantes

y por eso dejo a los amigos

que te busquen hasta herirte o coronarte.



Hoy ante el fuego que vestigian

tus ojos

no me atrevo

a promulgar mi sed

de centinela enamorado.



Por eso

te doy mis manos sin espadas,

dóytelas sin venenos, sin pantanos,

con magnolias el cuello te rodeo,

te doy el abrazo suave en la jornada,

el consuelo ante la muerte inhóspita,

y recibo tu voz de fragua

ardiendo en los metales, las almohadas,

hasta doblar la noche, sola,

desde el dolor más hondo que te hizo

humanamente azul y posesiva.



Azul, azul como la punta de toda llama

inmolada en el amor.

Autor Ronald Bonilla

Del libro LA CIEGA CERTEZA

Ediciones Perspectiva Trascendentalista

Círculo de Poetas Costarricenses, 2005



Nota: este poema fue escrito en el 2002, había conocido a Narcisa en un recital el día de la poesía nacional, 31 de enero, cuando había publicado su primer poemario, su madre le acompañaba, era una chica de 20 años. Nos hicimos amigos y fuimos un grupo de poetas a departir en un bar restaurante, ya sin la mamá.- Ella se apegó a mí como a un padre ante tantos buitres viejos y jóvenes que la quisieron conquistar. De ahí nació nuestra amistad, pocos días después su madre murió por la diabetes descuidada. Ella también padecía la diabetes a, o juvenil. Ante esa muerte, me buscó pues se sentía sola y yo la llevé a los talleres del Círculo de Poetas Costarricenses. También hizo gran amistad con Jorge Charpentier, viejo poeta que moriría por esos años, y se emparejó con el poeta costarricense Cristian Alfredo Solera, con quien tuvo a su hijo Cristian y con quien vivió una tórrida relación de amor y desamor, de encuentros y separaciones. Publicó Vestigios del Fuego, poemario en que le ayudó Jorge y también se lo prologó. Luego con los poemas que llevaba a nuestros talleres escribió LA ÚLTIMA HORA DE LA DISTANCIA, publicada en la Editorial de la Universidad de Costa Rica en el 2006, prologado por Cristian Alfredo y Julieta Dobles. También publicó en forma artesanal con nuestras Ediciones Perspectiva Trascendentalista y prologado por Laureano Albán LOS CANTOS DE LILITH, del que dice este fundador del Movimiento, quien al igual que Charpentier, es Premio Magón de Cultura:

“… es un gran libro testimonial del drama ancestral de la mujer como madre y amante, sin superficialismos de género, basado en la mítica figura de la paradójica Lilith, el cual, en mi concepto, la convierten en una de las más grandes poetas que yo haya leido. Tenía muchos parecidos con Eunice: marginada, frágil, bella y acosada por el machismo, y sobre todo genio, mucho genio creativo. No se lo perdonaron y fue ninguneada, como Eunice, por la mediocracia de nuestra literatura”…



Entre sus títulos inéditos están: De fantasmas y otras ausencias, el cual tallerió conmigo en muchas oportunidades, 2004, y para el que le escribí un prólogo que espero se conserve. De dioses y otras equivocaciones, Todavía es el olvido, Borrador de azahares, Las estaciones del amante, y Tormenta donde ya no estarás. Y hoy sabemos de ASMODEO ENTRE LAS FALDAS DE LA NOCHE, del cual compartimos el poema ODA A PROMETEO. Como ven, era una poeta muy prolífica.



Así que mi poema recoge entonces la mención a Vestigios del Fuego y alude a la vida azaroza que había iniciado con nuestro amigo y compañero Cristian A. Solera, y no puedo negar que aunque abrí el paso para este romance, en muchas ocasiones me sentí atraído y estimulado por su bella amistad. En esa época, no conocía a mi Lucía, quien luego fue también su amiga.



Ayer murió en total desamparo en la madrugada en un cuarto de hospital, se la llevó el cáncer incisivo y la quimioterapia que le destruyó el riñon. Fue a acompañar a su madre, a su amigo Jorge, pero no nos dejó. Sigue entre nosotros con sus poemas nostálgicos, tiernos o brutales.



“Creo que su recuerdo de seguro se agigantará con el tiempo, Como en el caso de Bécquer, que murió casi desconocido, y solo unos pocos amigos asistieron a su sepelio. En este caso estoy totalmente seguro que será igual... igual... igual...”- culmina su nota compartida a los amigos el poeta Albán.

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