Crimen
Salvador ElizondoTe reconocerán los asesinos
cuando cruce tu rostro el umbral del espejo.
Entonces olvidarás las letras de mi nombre.
Sí; la noche es como un mar.
Las palabras que digas
cuando roce tu cuerpo la mano del extraño
se quedarán girando en el florero.
Ten cuidado de llevar los dedos en cruz
cuando ruede tu cuerpo los peldaños.
Al alba, desde el puente, te miraré pasar
y cruzaré las mismas calles que cruzaste
tratando de olvidar.
Los espejos entonces
reflejarán mis ojos como si fueran de otro
y otra vez por la puerta insegura
se meterá en la casa la noche como un mar.
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