viernes, 2 de agosto de 2013

SOBRADO, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

SOBRADO

Después que te conocí,
todas las cosas me sobran:…
Francisco de Quevedo
Desde que te conocí, todas las cosas me sobran
me sobra el día por ser día
y mañana por mañana.
Me sobra el frío de tu cara
me sobra si te sonrojas
pero no me sobras tú
porque tú a mí me haces falta.

Desde que te conocí, todas las cosas me sobran
me sobra la noche si es noche
y me sobra el despertar
si no estás tú a mi lado.
Pero no me sobra el gozo
de contigo desayunar;
de poder contar las horas
para contigo estar.

Desde que te conocí, todas las cosas me sobran
me sobra vivir de malas
y me sobra caminar,
me sobra a mi descansar,
y me sobra mal andar
pero no me sobras tú
pues eres mi amanecer
eres el sol que me alumbra
y la luna de mi ser.

Desde que te conocí, todas las cosas me sobran
me sobra la luna llena
si a mi lado tú no estás.
Me sobra sentir las risas
y me sobra hasta el llorar
pero no me sobras tú
me hace falta tu mirar
ver cómo caminas: gozo;
ver cómo respiras, amo;
ver cómo me besas, gozo;
ver cómo me amas, amo.

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