viernes, 15 de enero de 2016

EL ÁNGEL DE LA NOCHE, relato de Macarena Huicochea (fotografía Chema Barreiro)


Yo a esta fotografía la titulo " ARREPENTÍOS ".
Mi querida Macarena Huicochea, va mucho mas allá y ha hecho este maravilloso " relato corto " sobre lo que a ella le sugiere esta imagen. No tiene desperdicio. ¡¡ LEANLO !!
Gracias, Maca.
El ángel de la noche
El ángel de la noche es un ángel oscuro, no por el color de su piel ni por su raza, sino por la tristeza que acumula en su alma… sin embargo, ese es su trabajo: recorrer el mundo recogiendo la tristeza ajena y haciéndose cargo de llevarla a cuestas.
Suele señalar al cielo con frecuencia, pero es cierto que a veces no señala hacia lo alto como una esperanza de ayuda o de un final feliz para los hombres, entre nubes y querubines… más bien hay una actitud blasfema, rebelde y retadora con la que incita a los hombres a reclamar a Dios por lo que falta en esta tierra, por los corazones muertos con los que algunos deambulan por el mundo, sin darse cuenta.
Es un ángel cabreado con el abandono en que Dios tiene a los hombres, un ser que fue luz y que hoy refleja la oscuridad del mundo en el que se encuentra preso.
Nadie sabe si es un castigo por algún tipo de soberbia o si, a pesar de sus alas, es él quien se niega a recuperar su lugar entre los de su especie. Si no fuera porque no puede ocultar sus alas, cualquiera creería que es un humano más, de esos que deambulamos por el mundo con la tristeza a cuestas, como una gran joroba y una carga.
Sin embargo (y a pesar suyo), su abrumadora labor no es del todo en vano… pues cuando pasa frente a cosas y personas y se lleva su tristeza… todo parece iluminarse de repente, adquirir su imagen primigenia y es como cuando pasamos en frente de las cosas sin verlas, pero alguien toma una foto y nos la enseña: entonces, ahí, frente a nuestros ojos, lo gris, lo invisible, lo que parecía sin importancia, recobra la capacidad de ser mirado y la magia escondida de la vida más allá de las penas y tristezas.
Por un instante apenas… el ángel y el fotógrafo que capturó su imagen son uno y lo mismo, recordándonos que hay algo más, oculto, invisible, inalcanzable… justo más allá del cielo y del corazón oscurecidos y nublados.

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