LA LUZ, LLEGÓ
LA LUZ
Estábamos a
oscuras, llorando en la penumbra,
pero vino la
luz, arrastrándose apenas,
asomó con un
rictus de recién nacido
y lleno todo
el patio de esperanzas y risas.
Estábamos a
oscuras, mirando hacia la nada,
pero vino la
luz y arrastró la esperanza,
ya nada es
imposible,
ya nada es
oculto e inalcanzable,
ya nada es
muchas dudas
o tropiezos
del alma
mientras haya
un alacrán
que nos pique
el espíritu
y nos levante
del suelo
para reir a
sorbos o acaso a carcajadas.
Estábamos a
oscuras, vacilantes estábamos
pero llegó la
luz y amaneció en el alma.
Estábamos a
oscuras, vacilantes estábamos
pero vino la
paz, con la luz ha llegado
y el espíritu
nuestro reposa en las mañanas.
Estábamos a
oscuras. Éramos la penumbra,
La nada nos
ahogaba. La incertidumbre
estaba entre
nosotros y el mañana
pero llegó la
luz y todo fue posible;
nunca veremos
más los rostros de la nada,
ahora veremos
ya luminosas las caras.
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