SUEÑOS DEL NIÑO
el pájaro azulejo
y anita fagúndez
no podían morir
se pasaron la infancia del poeta
entre el río y la noche
rimándole los versos
Esos , que la Vida le dejó al desamparo
cuando el niño creía
que el amasijo de selva y río
que llevaba dentro
se desvanecería
en un huerto de frutos
suficiente, para alimentar a Anita fagúndez
y hacerle crecer en el vientre
pájaros azulejos
que aniden el paraíso apureño
donde la amaría hasta envejecer.
MARISA ARAGÓN WILLNER
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