Antología personal
Ignacio Trejo Fuentes
Gonzalo Martré es uno de los escritores más originales de México, aunque suele ser excluido de varios círculos debido a su carácter beligerante: no se muerde la lengua para decir verdades de personajes notables (escritores, editores, políticos) lo que, por supuesto, irrita a más de uno. Lo ha hecho desde siempre, en sus trincheras periodísticas y sus libros.
La literatura de este autor (nacido en Meztitlán, Hidalgo, en 1928) ha sido escandalosa por escatológica y pornográfica, aunque eso sí, muy divertida. La antisolemnidad es su sello, y eso perturba a las buenas conciencias. Escribió una novela breve en verdad asquerosa: Coprofernalia. Luego, una de las mejores novelas sobre el Movimiento Estudiantil de 1968: Los símbolos transparentes. Más adelante publicó la trilogía El Chanfalla, que es una exploración vigorosa de las entrañas de la Ciudad de México y su gente; es brillante porque Martré conoce la urbe como pocos y sabe retratar sus rincones y a sus pobladores.
También es autor de novelas policiacas, como Cadáver errante, una sátira de las llamadas narconovelas. Su detective sui generis se llama Jesús Malverde, como el santo sinaloense del que se han apoderado los narcotraficantes como patrono. Las narraciones policiacas de Gonzalo son violentas, pero siempre hilarantes.
Debo decir que Gonzalo Martré escribe ficción científica, literatura gótica y de humor negro, todo —permítaseme insistir— enmarcado en buenas dosis de carcajadas. Y para usar un lugar común diré que es lo que se llama un narrador nato, de mucha fuerza, que va directo a lo que debe decir: no le tiene miedo a las “malas palabras”, al contrario, las utiliza bien y a menudo.
Acaba de aparecer la Antología personal del hidalguense; existen ahí textos de libros como La noche de la séptima llama, Dime con quién andas y te diré quién herpes, La emoción que paraliza el corazón y El retorno de Marilyn Monroe. El autor se guió por el sentido satírico de las piezas, en las que pueden apreciarse las líneas temáticas atrás señaladas: hay historias de vampiros, de alienígenas, de animales prodigiosos; y aclaro, cataratas de escatología, pornografía y mucha mala leche.
Y sí, por este tipo de literatura Martré se ha ganado multitud de animadversiones, las grandes editoriales hacen la señal de la cruz cuando lo ven llegar, y por eso es un outsider con toda la barba. Sólo se le ve serio cuando escribe ensayos sobre ciencia y/o literatura. (La Antología personal incluye un emotivo texto inédito titulado “Cuídamelos, Virgencita”, centrado en el futbol, en especial a la selección mexicana y uno de sus fanáticos).
Gonzalo Martré, Antología personal. Cofradía de Coyotes, México, 2011; 174 pp.
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