ELLA, LA LOCA Y YO
Para
mi la narrativa es el arte primordial de los humanos, es una actividad íntima y
esencial. Para ser, tenemos que narrarnos. Nuestra identidad reside en la
memoria, en el relato de nuestra vida, por eso es que todos somos novelistas,
autores de una única novela que nos lleva toda nuestra existencia y en la que
tenemos el papel de protagonistas.
Escribir
muchas veces te salva la vida, cuando todo lo demás falla, cuando la realidad
se pudre, cuando tu esencia naufraga, siempre puedes recurrir al mundo
narrativo.
Estoy
viviendo un tiempo raro y de muchas maneras nuevo. Tengo la sensación de estar
atrapada en algo que determina y rige mi vida. Otras veces siento estar afuera,
no pertenecer a nada. El mundo se me presenta como un acertijo, como un enigma.
Es menos frecuente que se me presente de
frente, digamos, mirándome a la cara, en algunos casos me sorprende, me
intriga, y me pregunto: ¿qué estoy haciendo yo aquí?
Es en este lugar donde la encuentro a ella, a
la soñadora, construyéndose un mundo alternativo, comportándose libre, siendo
una romántica ciega porque quiere creer en su ceguera ya que no tiene en la
realidad, de la que es muy consciente, nada que la agarre. Prefiere entonces,
vivir su mundo.
Admiro
la fuerza de su deseo, esperando que de
algún modo, la intensidad de su sentimiento produzca algún resultado, algo que,
en algún momento de la vida, hacemos todos los humanos, evitar la realidad y
sus límites.
Quizás sea ella la escritora y por eso a veces
no pueda yo entender lo que escribo. Debe ser la valiente y yo la cobardona que
le duele el estómago cuando la situación se pone difícil. Debe ser la fuerte, yo la que tanto ha
sufrido y a la que tanto han golpeado, pero reconozco que ella me dio empuje
para no perder la fe, para pensar, esto no durará toda la vida. Y entonces oigo
su voz que dice: Aguanta corazón, solo eso, aguanta.
Ella
es ese otro yo que se fue desde tan temprano, algo de ella debe vivir en mí,
quizás mi parte buena sea ella que siempre ha estado conmigo, por algo
compartimos juntas un vientre. Habrá algo indefinido siempre entre nosotras,
como si la esencia de las cosas nos diera fuerzas y a la vez nos debilitara.
En
fin, no podría existir sin mi hermana, ese otro ser que pudiera haber sido yo misma,
pero que es lo suficientemente diferente como para permitir mi existencia.
Hoy
me parece ver todo desde la perspectiva del tiempo, y encuentro profunda y
sensatas explicaciones. O tal vez no veo nada y es solo mi mente que se
esfuerza por llenar de causas y efectos todos los misterios que han aparecido
en mi vida.
Soy
una loca, la locura es vivir en el vacío de los demás, por eso soy una loca,
tengo mucho de ello, y ambas, la loca y la cuerda convivimos amigablemente
visitando todos los mundos, los posibles y los imposibles, los imaginarios y
los verdaderos. Soy tan paradójica, que al lado del talento más sublime, existe
la debilidad más tonta
A
veces salgo de mis propios escritos y en mis innumerables insomnios empiezo a
disgustarme conmigo misma y me convenzo, cada vez más que no me queda más que
seguir viviendo esta maravillosa locura acompañada de ella, de la loca y de mi
misma.
Maigualida
Pérez González
Escrito
el 16 de Octubre de 2007, día de mi cumpleaños, para mi hermana gemela en una
noche de locura y soledad
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