viernes, 30 de octubre de 2015

DOS, Miguel Alcantud Cayuela

DOS
En las mágicas horas venideras
regresaré a las eras de tu cintura
para buscar el rosa de tu desnudo
en el mudo equipaje de mi locura.
Nos dejarán las dudas de la mano
cuando el lejano apetito nos convoque
y el delito nos cure en los regazos
y los abrazos consientan que te nombre.
Hombre y llano,
hembra y monte.
En los planos de tu estepa me haré piedra
donde pueda la aurora edificarme
y buscaré en tu carne la paz que me reniega
y te nombra en mis tiempos sin nombrarte.
Hombre y parte,
hembra y todo.
A tu modo será que haremos horas
para romper en bocas los segundos,
para crear los mundos y las cosas
y creer en pasados y en futuros.
Hombre y surco,
hembra y rueda.
A tu vereda acudiré libre y desnudo
para pedirte vestirte de quimera
y conseguirte fruto a fruto, beso a beso;
saborear el gusto de la espera
y hacerme injusto en el reparto,
tenerte tanto como tu entraña quiera
y encerrarte en mi abrazo a cal y canto.
Hombre y tierra,
hembra y cielo.
Hacerme verdadero entre tus labios
a salvo de tinieblas y lamentos,
que sientas que te siento y me envenenas
con tu boca temprana y tu temprano cuerpo
y este deseo inmortal que nacerá mañana
cuando vuelvas a estar entre mis dedos.
Hombre y mar,
hembra y viento.
Autor: Miguel Alcantud Cayuela
Fotografía: de la red
Derechos reservados.

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