lunes, 27 de abril de 2015

LA LETRA CONTRA EL SILENCIO, David Cortés Cabán (Revista Isla Negra)

La letra contra el silencio

Porttada con logoDAVID CORTÉS CABÁN « Puerto Rico es el país hispanohablante que más ha cambiado de identidad en los últimos 50 años […] No solo los nombres de los actores han cambiado de forma drástica (de Prudencio y Sebastiana, a Jan Anthony y Taishany)».
Escribo en puertorriqueño cuando digo que entre
nosotros no se maneja la lengua con comodidad,
con soltura, con la naturalidad y el empeño de
aquél para quien la lengua no es motivo de tensión,
pero sí el aparato que transmite su vibración íntima:
la espiritual, la ideal, la material.
Luis Rafael Sánchez  
El poeta y crítico Juan Manuel Rivera se ha retirado definitivamente de Nueva York, se ha retirado de las ciudades. Huyendo del mundanal ruido se ha ido a pasar sus años en Corozal, un pueblito céntrico y acogedor de la Isla. Allí, alejado de todo y de todos, de espaldas a la princesita del elogio y el reconocimiento, se afana en trazar nuestra dolorosa realidad. Allí echa a correr su conciencia sobre las cosas que lo mortifican: una realidad que pasa sobre el alma dejando una profunda huella que parece dilatarse en el tiempo como si nada ocurriera. Allí, en aquel paraje rodeado de árboles ha puesto su casa; su castillo hecho de libros y espacios luminosos, no para los que tienen ojos, sino para los que ven con el espíritu. En ese espacio, en una mesita que llevó de uno de los anticuarios pocos concurridos de Manhattan, ha escrito el poeta La letra muda, réquiem por una biblioteca (mediaIsla, 2014)título insinuante y sugestivo que tiene como centro la condición cultural y lingüística en que vive actualmente Puerto Rico. La portada de un rojo escarlata, realizada por el pintor Rafael Rivera Rosa, muestra una imagen surrealista de seres despojados, al parecer, de todo sentido humano: rostros absorbidos por la mudez de un imaginario que parece fijar la ceguera de una fauna alucinante fundida en la claridad que filtra los colores del cuadro. Más que una pintura, una gran queja social cuyo sentido trasciende el nombre que dolorosamente el autor ha puesto a esta obra: Legislando en Puerto Rico (o en el infierno).
En el texto que hace de introducción a La letra muda, (“Buenos días, Noche”) se subrayan dos aspectos importantes para avisar al lector de: (1) cuál es la función de un verdadero ensayista (1) y (2) el modo en que se ideó el formato de este libro. Oigamos la voz del autor:
Un ensayista es un provocador, alguien que invita a pensar o a repensar asuntos o situaciones sin que tenga por fuerza que poseer las credenciales del científico o las del investigador en ley. (…) El ensayista es un intuitivo, un poeta a su modo, un manejador de formas…
La letra contra el. Juan Manuel RiveraMás barroco que clásico, he optado por un modelo expositivo / argumentativo en el cual los círculos o apuestas subtemáticas, en lugar de estar ordenados en forma pura, independientes unos de otros, entran, salen y regresan estableciendo conexiones vitales entre sí, sin anquilosarse. (…) Entonces, en lugar de un relato linear o de ciclos totalmente autónomos, a mi ensayo ha de vérsele como una mínima rayuela de argumentación, sin un Cielo de tiza previsible.
Y contra el diseño tradicional, uno más ágil y dinámico:
Del diseño gráfico plano que concebí al inicio (1. Idioma y literatura; II. Idioma y sistema educativo; III. Idioma y sistema colonial) he pasado al diseño dinámico hecho de partes móviles que se influyen mutuamente, se ligan y desligan sin cesar.
Juan Manuel Rivera se aleja de la ensayística tradicional (relato lineal de temas revestidos de bibliografías y estadísticas que, en este caso, no aportarían más de lo que por experiencia el propio autor conoce) creando un modelo de estructuras que se superponen y giran sobre un mismo centro, exponiendo así un concepto más ágil y provocativo de los temas sin importar el ángulo del que se miren. Sus pensamientos no están lejanos de aquella advertencia profética que hiciera en su tiempo nuestro René Marqués: “Mientras Puerto Rico siga siendo, como lo es,[1] una colonia de una potencia de habla distinta a la suya, el dilema del idioma no podrá jamás tener una solución definitiva”.[2]
Pero empecemos por definir el sentido de esa H que nos guiará a través de estos ensayos. Dejemos de lado la conocida (des)valoración que le ha dado el diccionario de la RAE y veámosla como una referencia de nuestra realidad. Como una voz callada que frecuenta la memoria y susurra nuestra patética condición. Una H que parece muda pero otorga más de lo que calla. Una que intenta decirnos a los de mi generación, y a las generaciones de los puertorriqueños que vendrán, que nuestra lengua materna anda mal, muy mal. Que hay que dar vueltas al problema de lo que hacemos y decimos, y de lo que leemos y escribimos para ajustar cuentas con lo que somos poniendo en alto lo que nos sostiene: nuestra cultura, nuestra identidad, nuestra lengua; algo así como volver a habitar el idioma que nos vive viviéndolo en su plenitud.
La letra muda abre con una interesante exposición que ilustra el drama de nuestra realidad: una familia de clase media alta puertorriqueña se halla reunida compartiendo experiencias y quehaceres hogareños. Cuatro generaciones (bisabuelos, abuelos, nietos y biznietos) coronadas por la fuerza de la sangre que las une, conversan en un idioma impregnado de diferentes matices lingüísticos. Cercanas, bajo el mismo techo que las cobija, no han advertido aún que son almas distantes en el plano del lenguaje y de las realidades de la vida. Perdidos simbólicamente en otro espacio, los biznietos son ya un vivo ejemplo de otros valores culturales que se imponen erosionando su identidad puertorriqueña y sus relaciones culturales con el país que los vio nacer.
Juan Manuel Rivera ha querido hacer un gran mosaico de lo que es el Puerto Rico de hoy en el contexto del lenguaje, la escritura, la identidad y la educación: el rol de la enseñanza en las escuelas públicas del país frente a la proliferación de institutos y escuelas privadas cuyos proyectos educativos y elitistas inculcan valores ajenos a la realidad sociocultural y lingüística del estudiantado puertorriqueño. Es decir, una política educativa que subestima y encubre el desinterés de lo nuestro. Se expone en La letra muda todo lo que necesita de un saneamiento general para poder llevar a cabo un verdadero proyecto de nación fundado en nuestros propios intereses y no en los ajenos: una enseñanza que fortalezca nuestra lengua, nuestra cultura e identidad a la luz de lo que somos y amamos y conocemos.
Estos ensayos responden a una realidad concreta y a la visión de un escritor que no se resigna a ver las cosas atadas al yugo de la indiferencia. Yo, en el fuego de la patria que arrebata el espíritu, he echado a volar mi corazón juntamente con lo que dicen estas páginas. He rodado las cortinas de humo que impiden la luz para que la fe abra camino al “País que vendrá”, como ha señalado tan justamente el poeta Pedro López Adorno al reseñar el libro. A través de la H que guía estos textos siento que hay que recuperar lo perdido, no lo anecdótico y frívolo sino el sentimiento nacional, la esencia de lo que somos en el espejo de nuestra puertorriqueñidad. Por eso, fiel a la intención de lo que aquí se proyecta, he decidido avivar el interés de los que lean estas páginas transcribiendo algunos pensamientos de una verdad demasiado real para ignorarla. Hago resaltar aquí los siguientes pasajes del libro:
  • Puerto Rico es el país hispanohablante que más ha cambiado de identidad en los últimos 50 años. Quiero decir, cuyas apariencias se han trastocado con mayor violencia en las pasadas décadas. No solo los nombres de los actores han cambiado de forma drástica (de Prudencio y Sebastiana, a Jan Anthony y Taishany). También han cambiado las gesticulaciones, las formas del trato, la hospitalidad que se ha perdido, el aprecio del mundo, el sentido de pertenencia, el vínculo con la música tradicional, le lengua y la mentalidad.
  • Para bien (y para mal) nuestro destino histórico ha sido dibujado a grandes trazos por el patrón migratorio.
  • En el mundo actual el neoliberalismo impera todavía. Impera la forma depredadora de la globalización en la que los invencibles gigantes de la economía de mercado sacan del medio a su odiosa competencia mediante ofertas hostiles de compra a las que la prensa inocentona llama ‘fusiones’. No son meras fusiones. Son monopolios y oligopolios manganzones que van acaparándolo todo.
  • Con el reinado del neoliberalismo, la distancia entre ricos y pobres se ha hecho abismal en la colonia, y la multiplicación de aquéllos ha traído como consecuencia el abandono de la escuela pública (antes honrada y elogiada por sus frutos, y ahora vilipendiada y convertida en purgatorio para los hijos de los pobres).
  • El neoliberalismo es el más feroz enemigo del sueño / realidad de la igualdad democrática, un ideal siempre en riesgo de ser puesto en peligro de extinción.
  • La conciencia de clase que emerge de la mayoría de las instituciones educativas forjadas para impulsar el clasismo es con harta frecuencia predecible: sin que lo expresen de manera explícita, esas instituciones están hechas para defender el statu quo y los valores adscritos al llamado ‘modo de vida americano’ (el capitalismo).
  • Los puertorriqueños no somos el único caso de país victimizado por el robo de identidad cultural, pero el caso nuestro brilla por el betún de sus tinieblas. El órgano apropiado de las Naciones Unidas (la UNESCO) debería pronunciarse de forma oficial sobre este asunto, ya que son millones de personas en el Planeta las que padecen alguna modalidad de privación cultural o de agresión en contra de su sagrado código.
  • Una desaparición parecida a la de la canción de cuna es la de los refranes. Como la inmensa mayoría de los refranes tiene como trasfondo mental un mundo agrario, y como el mundo agrario desapareció hace más de seis décadas en Puerto Rico, los refranes ya son casi lengua muerta.
  • La auto-desvalorización que sufren muchos humanos no es deporte original y espontáneo. Es conducta programada, aprendida y asumida como costumbre mala por las víctimas de un sistema de sumas y restas que escamotea lo propio y promueve lo ajeno que venga asociado a jerarquías de éxito material y poder, pero sin ojos para lo humano.
  • Para hablar tonterías, la libertad es aquí libertinaje.
  • Escoger no saber, para no contaminarse de compromiso para con su país, es cobardía.
  • No se puede valorar como es debido lo que se desconoce.
  • EEUU merece lo mejor, pero no a costa de otros pueblos.
  • Para el ojo racista del sajón vegetal y muriente, entre un puertorriqueño y cualquier otro inmigrante no hay la menor diferencia.
  • El alma es el lenguaje.
  • Ordenar o aprobar la celebración de una semana de la Cultura Puertorriqueña en Puerto Rico, es tratar a los puertorriqueños como extranjeros en su propio suelo.
  • (…) una democracia será siempre una túnica ceremonial que llevan por encima de sus armaduras de acero las dictaduras de los grandes intereses.
  • La armadura de acero, el gobierno invisible o poder de verdad se llama Shell, Microsoft, Standard Oil, Standard and Poor’s, General Motor, Ford, Toyota, Apple, Claro, Bank of America, Exxon, Associated Press, Fox, Walmart, CNN, Westinghouse, General Electric, Monsanto, Bayer, Samsung, IBM, Google…
  • La neutralidad implica en hartas ocasiones algo fatal: la carencia moral para tomar decisiones cruciales, la ausencia de un mundo afectivo al cual aferrarse o al cual rendir honor, o la falta de compromiso con los sentimientos propios.
  • Es obvio que los designios políticos pasan en incontables ocasiones, primero y antes que nada, por el horóscopo económico que los pueblos tienen a la vista.
  • El modo con que un creador hunde su persona poética en un tema es determinante.
  • Esos mega-millonarios engreídos que año tras año aparecen retratados en Forbes no merecen otra publicidad que el repudio unánime por su latrocinio.
  • Hay que hablar sin tapujos, aunque todo el mundo sabe qué le espera al que nombra la soga en casa de la viuda.
  • (…) los criterios del arte están gobernados (todavía) por la ley de la oferta y la demanda.
  • Lo crucial es aprender a leer el significado de nuestras propias vibraciones, y rendirle a éstas el homenaje de nuestra más profunda entrega.
  • Todas las explicaciones son buenas cuando las asiste un grado apreciable de autenticidad o franqueza.
  • Desde Antonio de Nebrija, un dinosaurio de las futuras ideologías de la dominación, lo sabemos: el idioma y la política suelen ir siempre juntos. La lengua, decía aquel sabio hecho para la Conquista, es siempre compañera del Imperio.
  • La educación humanista está en franco desacuerdo con visiones militaristas o enfoques teocratizantes en relación a la enseñanza.
  • La muerte de la curiosidad intelectual es una tragedia.
  • El futuro no admite diseño ni pronóstico cuadrados porque está hecho de fragmentos de pasado y de presente demasiado dúctiles. El futuro es cosa viva que se escapa siempre por los intersticios del azar o choque de fuerzas; visibles unas, invisibles e indetectables las otras.
  • Lector y escritor forman una sociedad o relación de mutuas correspondencias indispensables. Si no hay lectores, no hay literatura escrita.
  • El subdesarrollo impuesto, que nos deja sin economía nacional floreciente, es una fábrica de producir emigrantes en masa.
  • Un país sin lectores sería un desierto.
  • La pedagogía colonial es en esencia anti-puertorriqueña.
  • El idioma es parte de un gran TODO que se estremece.
  • Nuestra herencia africana es tan importante como nuestra herencia taína; y ésta, a su vez, es tan meritoria como nuestro legado canario-andaluz. Pero ninguna de las tres herencias representa, de forma separada, nuestra identidad colectiva.
  • Vivimos una situación límite. Pero no puedo dejar de expresar mi fe como una paradoja: en circunstancias adversas, es que muchas veces se produce la más fervorosa cultura de resistencia.
  • Hay que ser buen actor para sentirse igual de cómodo con galanuras de paria que con harapos de rey.
  • Lo de adentro no es lo único que vale, ni lo de afuera es lo mejor siempre.
  • A los puertorriqueños nos falta llegar al reconocimiento de la plenitud de nuestro dilema.
  • ¿Cuál es la contribución del neoliberalismo a la cultura?
  • La inmensa mayoría de los humanos vivimos (nos dejamos vivir, diría Borges) sin examinar nunca el entramado que, en buena medida, nos mueve.
  • Una trulla de ilustrados posmodernos ya nos habló hace rato de la estadidad radical como estrategia para subvertir desde adentro… ¿qué?
  • Unos más que otros, todos somos rehenes en cierto modo del tejido social dentro del cual vivimos.
  • Lo paradójico del momento que vive Puerto Rico es que mientras se observa una marcada tendencia a la asimilación lingüística entre los sectores sociales isleños más próximos al Primer Mundo, el País está (en la práctica política) cada vez más lejos de la integración como estado de los EEUU.
  • La imagen temporera de un país vive más que en ningún otro arte en el espejo de papel que crean sus novelistas y poetas.
  • Escribir no es una actividad frívola. Escribir es escribirse, instalarse en un fragmento de la conciencia ancha de la tribu.
  • Hay olvidos insulsos, pero hay también negligencias en las que le va la vida a alguien o a nosotros mismos.
  • A quien el idioma ya nos eligió (el español a unos, y el inglés a otros), no tenemos problemas de identidad mayor; o los tenemos, pero anestesiados.
  • El hincapié de la sociedad no puede ponerse en la magia, tiene que estar puesto en la ciencia de la transformación, en un modelo de la sociedad capaz de generar su propia utopía real.
  • Mientras no nos pongamos de pie, seguiremos creyéndonos pingüinos.
  • En cualquier nación sometida a condiciones similares a la nuestra cualquier ser humano está tentado a desnacionalizarse. Sin embargo, nuestra resistencia cultural no ha decaído, y eso es un milagro que debemos celebrar.
  • Conciencia y lenguaje son fenómenos separables solo a riesgo del doble asesinato.
  • La sinceridad tiene no pocos méritos; entre ellos, la confianza con que el ser humano dibuja la redondez de su personalidad, su íntima voz.
  • Las apariencias mienten, pero solo quienes viven de éstas se engañan para siempre.
  • Es un desperdicio irresponsable de talento no construir la casa propia cuando se tienen las destrezas y los materiales a la mano.
  • Ya es hora de dejar de conformarnos con ser ecos apolillados del gran texto imperial.
  • La educación, si es educación de verdad, tiene que hacer su aportación esmerada a la liberación mental de alumnos y maestros. De lo contrario es anti-educación, enajenación, idiotización masiva; y / o también: elitismo, clasismo y racismo sin encubrir o mal encubiertos.
  • Las clases dominantes de las colonias son clases dominadas en la cadena de mando de los poderes imperiales globales.
  • Puerto Rico tendrá que hacer por cuenta propia, sin el auxilio de sus elites extranjerizantes, su liberación.
  • Autocrítica: los independentistas también somos clasistas (y racistas), con el agravante de que, creyéndonos en infinidad de casos a salvo de ese mal, desarrollamos mecanismos de defensa tan formidables que terminamos creyendo que no tenemos siquiera que discutir la existencia de estas barbaridades en nuestra sociedad.
  • Si usted es persona de izquierda, séalo de verdad. No se mienta a sí mismo.
  • La realidad nos pone constantemente a prueba.
  • En la escuela se ensaya la sociedad que ha de venir. Esa raíz es el laboratorio del mañana.
  • En la historia ha habido tantos buenos autores de ficción reaccionarios como progresistas.
  • La persona que hace abstracción del entorno social en el que vive (o del que huye), pudiera llegar a ser un mago de la literatura fantástica.
  • Avergüenza el despedazamiento sufrido no por el lenguaje exterior, sino por la conciencia que a falta de disciplina flaquea y se engatusa.
  • No es de valientes dejarse arrebatar un código sagrado sin dar la pelea hasta la última mujer o el último hombre.
  • No hay parámetros infalibles para el éxito aunque apostamos siempre a la voluntad de talento fraguada y fundida por el rigor y la disciplina.
  • Ser un renegado o un revolucionario, de por sí, no predispone a nadie a ser buen o mal escritor.
  • Un cuerpo burocratizado, en el peor sentido del término, frustra y degrada las funciones para las que fue creado.
  • Somos el único país del mundo donde la patria de la emigración es más grande que la patria de origen, y sus ciudades mayores o gigantescas guaguas aéreas viven en el espacio, sin coordinar sus quehaceres con la NASA.
  • Hacer de una debilidad una fuerza es parte del saber de los que luchan.
  • El Congreso de los EEUU es el dueño de nuestra libertad jurídica. Wall Street es el dueño de nuestra libertad económica.
  • La lengua o las lenguas de un país es (son) demasiado seria(s). Y, un escritor más que nadie, tiene que asumir responsabilidades ante ese hilo conductor y co-productor de la conciencia individual y colectiva que es el idioma.
  • Reconocer y valorar lo nuestro es un acto de justicia poética, cultural, pedagógica.
  • Una literatura es una tradición.
  • En un mundo en perpetuo movimiento, todo es siempre parecido y siempre distinto.
  • Sin una pasión ineluctable por expresar un mundo amasado con sensibilidad no puede haber obra de arte o instante eterno en ningún idioma.
  • Lo que no podemos hacer es inventar el caos con el propósito de enderezar la madeja, o pensar que al hacerlo se está descubriendo un nuevo mundo.
  • Nuestra conquista ha de ser muy imaginativa y valiente o no será nada.
  • El corazón de nuestra reconquista ha de manar del idioma español, como lengua vehicular y destino integral de un universo caribeño, latinoamericano e hispano.
  • El humor madurado a fuego lento conduce a la sonrisa profunda.
  • Somos un pueblo que desconoce sus fuerzas, una nación que tiene que reencontrarse en su cultura, a partir de su hilo de voz, deshecho en parte. El reto es colectivo e incluye a amigos y a enemigos. La solidaridad del mundo será pronto un tesoro.
  • Muchas de las “verdades” que sabemos las sabemos por el gran rumor de la tradición que apenas cuestionamos.
  • El escritor comprometido con sus sentimientos y su herramienta de expresión debe perderse, buscándose en su autenticidad.
  • Los maestros son el eje central sobre el cual descansa el equilibrio del desarrollo de cualquier sociedad.
  • No ocultamos, sino que con orgullo proclamamos que un sólido plan soberano de educación es la roca sobre la cual se ha de levantar el modelo de país que vendrá.
  • Es necesario romper con las cadenas del colonialismo para poder pensar y actuar como nación y no como propiedad territorial de otro.
  • Natural es que se cometan errores, pero una barbaridad es justificarlos para seguir cometiéndolos.
  • Los perfectos no han hecho ni harán nunca nada. Son seres etéreos que viven en dimensiones áureas, desconocidas. Solo los imperfectos sentimos en carne propia la necesidad de adelantar y crecer, de experimentar, descubrir e inventar soluciones temporeras que otros después mejorarán.
  • Atracción y repulsión son fuerzas universales que modelan conductas e identidades acertadas / legítimas o engañosas y morbosas por ser ajenas al alma.
  • No es una reacción normal de una cultura o cualquier cuerpo sano resignarse a morir.
  • Hay que saber pelear, sin negar la salsa de las contradicciones que nos hacen y deshacen en eterna danza.
  • Ser maestro no es cualquier zanganada. Solo alguien que no siente respeto por sí mismo pudiera pensar así.
  • Las mejores obras literarias siempre son productos de grandes crisis.
  • El reclamo de nuestra soberanía no puede esperar más y, mientras tanto, tenemos que encaminarnos a la forja de alianzas de solidaridad con países hermanos dispuestos ─de forma recíproca─ a darnos la mano en esta etapa tan desoladora, en lo que el tiempo de nuestra aurora llega, porque llega.
  • La hora es muy propicia para enfrentarnos al fructífero reto que amenaza con dejarnos mudos.
  • Hay que arar en el mar, aunque al hacerlo nos juguemos la última luna de miel con el Establishment.
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DAVID CORTÉS CABÁN (Arecibo, Puerto Rico, 1952). Fue profesor adjunto del Hostos Community College (CUNY). Su libro más reciente se titula Islas (2011)
[1] El subrayado es mío.
[2] “El problema del idioma en Puerto Rico”, en Ensayos (1953-1971), 2da. ed., Barcelona, Editorial Antillana, 1972, p. 147.

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