miércoles, 22 de abril de 2015

ORATE PENITENTE, Sergio Omar Otero

 
Orate penitente

Del desconcierto, rescato un perro en sepia.
Le cuento cuatro cuentos cortos y aburridos,
suspiro al desfilar un arcángel desamparado.
Desde un velocípedo, pedaleando contra reloj,
alguien me mira vociferando una advertencia:
Obedece a la raza de los dioses existenciales!!
Corre, vuela y trepa mendrugos de espejismos!!
Con una cortesía sin pantalones doy las gracias
zarandeando el látigo del saber cómo sobrevivir.
No atañe que sean manías de un orate penitente,
ya los antiguos mayas corrían sangre bajo el sol
y se tatuaban por dentro con mezcal y san isidros.
Agarrotado por la fragancia del candombe, bailo
en el silencio insaciable de una ninfa camarada.
Nos confesamos  a un dios que no nos perdona,
pidiendo según el evangelio de la copa de leche.
He reservado un terreno en el hogar de ancianos,
con horizonte al abismo insondable de tus piernas,
Ya no hay tiempo para regresar. Finaliza la ronda.
Deja oculto el mapa para llegar a la mujer extraña,
ya encontraré la  autopista para ser un triunfador.
Ayer, el oráculo de los tres lunares me lo garantizó.

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