miércoles, 5 de septiembre de 2012

EROS...IONES, de Héctor Cediel



Con toda la poesía de los versos de tu cuerpo
Del fuego y la brisa de un acto de amor
Inventé la magia y la demencia de estos versos
Para la mujer que un día pintó de rojo mis ilusiones
El arte liberó de su cuerpo estas imágenes
Cuando puso sobre mis manos para que no escapara
La estrella que tenía presa por una punta
Escucho gritos de la sed interna de tu carne
Vivo el dolor de los labios ardidos de las pudorosas piedras
El hambre de piel, de hombre, de ensueños
Hambre de compartir el pan y el mismo abrigo
Hambre de un abrazo fuerte y de una caricia
Hambre de sentirse viva la mujer-hembra que habitas
La que desea cobijarse sin temor en un mar de luceros
Dejemos en manos del oráculo la imaginación
Los versos de esta misiva íntima de amor-recuerdos
Secretos entrañables que siempre serán nuestros
Así naveguen a la deriva o a merced de los suspiros
Sé que no te sueño. Te siento tibia y húmeda
Sé que soy inexperto para pintar lo bello con versos
Eros…iones
Sensaciones y caricias se deshacen cual espumas del mar
Deslizo desde el primer beso: salaz e impúdico
El trompetazo auroro de una caricia obscena
Mientras te desnudo con mis mejores mimos
Mis labios se humillan para despertarte desde los pies
Y te cierran los ojos con su invasor rumor al oído
Me embriago de cuello, de madera, de orejas
De aromas marinos, de realidades voluptuosas
De sensuales espejismos, sombras y ecos
Me aferro a tus cabellos para cabalgar desnudo
Gracias a la sucia sabiduría de mi lengua
Galopo desbocado sobre la llanura noctambula
Se tiende sin tiempo el piélago de las lobregueces
A escuchar el reflujo de la comunión de los cuerpos
Sensuales, atrevidos, puros, pasionales…
Hasta encontrar a la muerte en la desenfrenada lujuria
II
¡Tengo sed! ¡Sed de oasis! ¡Sed de lascivia y erotismo!
El único abrevadero que mi ansía pasión descubre
Son tus áridos pezones, ocultos como tus deseos
Entre prendas íntimas, paráfrasis de fuente y placeres
Igual a los guerreros hastiados de luchar en vano
Nos liberamos de las armaduras y prevenciones
Para curarnos las heridas del alma y de la carne
Acaricio con besos los dorados ruborizados de tu piel
Y la hojarasca tersa del carmín satín profano
Los espacios anudados con olor a virgen impura
Hasta encontrar sosiego en las grutas del costal de pecados
Me aferro a las llamas cual naufrago herido de amor
Beso tus muslos como descubriendo vida con pasión
Roja y negra como el flagelo del silicio fálico
Que te transporta hasta el dintel del portal de la muerte
Hasta que llora de alegría el coral del infierno
III
¡No nos importa el tatuaje de las huellas de los recuerdos!
Con la sensual dipsomanía del libidinoso sibarita
Mis labios se embriagan en la caracola de la cava
Donde madura el mosto del pecado y lo esencial de la vida
Me embrujo con las profecías del cimarronero púbico
Deslizando fascinadores besos sobre los poros de tu piel
Te desnudo para que emerjas cual Diosa de las Caricias
Del fuego húmedo, ígneo y frio del temeroso cuerpo
Mientras nos llueve una constelación de estrellas ardidas
Que se estremecen de frenesí en el Olimpo de sueños
Son mis besos incontinentes, más que mis libidinosas manos
Los que con sabiduría, despojan de los velos a tus temores
Estrangulan a la virtud que te castra, que te atemoriza
Mientras el lenguaje íntimo del alma te seduce con versos
Hechizando los iris de nuestras miradas con el encandilamiento
Y con demencia a nuestros cuerpos enamorados con susurros
IV
Me encanta vivir el ritual del deshojarnos
Arrancarnos con amorosa pasión nuestras prendas
Sin borrascas, ni prisas y en un silencio profundo
Ver brotar la música de esta ceremonia intima
Besas mis tetillas… y mi piel con la imaginación de tu lengua
Introduces con cautela tu mano hasta el alma de la caverna
Hasta palpar la hambruna y los deseos de la bestia
Ya no soy el respetuoso liberto, ni dueño de mis actos
Recibes al oído los besos que ansiabas en silencio
Besas mi cuerpo como si fuese un divino costal de pecados
¡Soy la sombra monolítica del sol que adoras e idolatras!
Desde la frente hasta los pies, vas y regresas…
Nos besamos las nalgas y nuestros sexos
Descubrimos espacios y sensaciones temblorosas
Con las yemas afiebradas de nuestros atrevidos dedos
Te introduzco un grito de placer descarrilado
Siento el recorrido de tu lengua por mis partes nobles
Va quedando mi voluntad esparcida como una sombra
Cual hojarasca veranera del Edén impúdico
¡Nunca comprenderemos los lenguajes:
De las pieles ni de las vaginas!
Me encanta que suene la cama, que gimas o me arañes
Que expreses con palabras soeces tu amor y tu dulzura
Mientras te devoras con besos los placeres del amor prohibido
Te oprimo la boca contra la raíz de mis sensaciones
Y tus labios conocen con regusto, el sabor íntimo del milagro
V
Primero estas tu… quiero que alcances y goces
De las estrellas con las puntas de tus dedos
Le acaricio el rosado a la rosa de tus ensueños
Hasta que brotan lágrimas del delirio de la fuente
Se rebosa la cuenca de mi mano con tus orgasmos
¡Bárbaro! Uno tras otro se repiten los latidos
Después del quinto pierdo la cuenta de tus erupciones
Todo se humedece a medida que los llueves:
Es como si el cochón, el tapete y las cijas
Hubiesen dormido a la intemperie
El amor es rocío, además de canto y baño de luna.
VI
Tus orgasmos son profundos, abundantes, deliciosos
Como los de una rinoceronte, una yegua o una ballena
Te volteo para gozarme sobre el anverso de tu cuerpo
Para que revivas la deliciosa tormenta de orgasmos eléctricos
Me ensueño con el paisaje de tus posaderas
Jugosas y abundantes como sandias melocotoneras
Talladas por el agua, el viento y por el tiempo
O un par de hermosos senos esculpidos por los besos
De un sol y de una luna, ebrios como los deseos marineros
Cuando les abren en la soledad sus venas
A placeres sin puerto… ni destino… ni tatuaje alguno
VII
Le mido los decibeles a tus sensaciones con una pluma
Luego con ósculos, la punta de la lengua
Y las yemas de mis sentidos exploradores
Pongo a prueba de fuego tu dócil desnudez
Con el entumecido gemido de un cubo de hielo
Satisfaciendo con las manos la sed de tu cuerpo
Intento imaginar la altura de tu vuelo
Puedes navegar como una nave a la deriva por el espacio
O descubriendo y embriagándote de aromas sensuales
A medida que la noche se convierte en un pequeño océano
Gracias a la irreverente zalamería del cariño
Y de la demencia de los versos que van brotando
Como erupciones íntimas del sentimiento
Mientras se deslizan los besos cual reptiles
Por los arenales del paisaje árido y ardido
Que descubren absortos nuestros asombrados ojos
VIII
Te penetro como el martillo a las entrañas de la tierra
Poco a poco taladro hasta soltar las amarras
De los labios donde la vida y la muerte se besan
Pierde el ábaco la memoria y la noción del tiempo
Hasta que brota el semen a borbotones
Como un alarido de vida, del trompetazo, del manantial
Te tragas hasta el último cristal del Príapo
Salino como el sabor de tus axilas o de tu vagina
Solo nos separa la sangre que suda nuestra fatiga
Solo pienso en llenarte de fantasías alucinantes
En satisfacerte con un quásar de sensaciones
Como el amoroso daño que hace la pasión de los amantes
Mientras descubro placeres por las fases de tu cuerpo
Atrapado por la insaciable sed del deseo
IX
Con la lascivia del reproductor muerdo tu piel
Me aferro a la crin del placer galopero
Para susurrarte con amor palabras sucias
Evitando así que se espanten las mariposas
Del ensueño y la magia amorosa
Te poseo con la fuerza roja del macho-bestia
Podrías llamarme hombre-toro, el hombre-caballo
El yunque, el padrote o el viril martillo
Mientras la melancolía de la melodía de un jazz
Le lleva el ritmo a las alas de nuestros ensueños
Las sombras danzan y se proyectan
Cuando les damos la espalda a la tierra y a las estrellas
Me hechizo con las figuras que inventamos
Cuando nos embriagamos con las fantasmas del aquelarre
X
Quiero introducirme bajo la badana sensual de tu cuerpo
Con las tentaciones de la piel de fuego del pecado
Y aferrarme con sevicia a tu satánica desnudez
Hasta sentir y vivir la demencia de la serpiente
Siento como el sudor desnudo te embriaga y posee
Eres un delicioso manantial surgente de lo prohibido
Tiemblas cual luciérnaga por los fosforescentes besos
Eres incapaz de decirle basta al fluir de tus ansiedades
Eres rio de agua viva, de fuego, de frescor ardido
Quebrada, cascada, marejada, rio y mar
Superamos los límites del clímax antes de hacerte lluvia
Agotamos la imaginación y la demencia gracias al croar
Ronco y sensual de los pétalos violados de la rosa
Hacia tanto que mis sentidos no se desbocaban
Como una estampida de potros salvajes
Con las manos crispadas hurgabas el viento
Para que llovieran estrellas y tragártelas cual manzanas…
¡Al fin nos abrigó el cansancio
Con un leve y hondo olvido!
XI
Regresamos a nuestra realidad de la utopía
Después de embriagarnos con mieles y perfumes
Limpié del pubis los escombros orgiásticos
Nos servimos un par de buenos tragos
Y encendí un cigarro marihuana
Para rumiar en silencio las imágenes ebrias
Nos sentamos tártricamente, uno al frente del otro
A contemplar sin lascivia la piel de nuestros sentimientos
Acaricie con levedad los botones de tus sensuales senos
Disfrutamos de las sombras de las proyecciones profanas
Colocas mis piernas sobre tus juerguistas hombros
Para reanimar boca a boca al falo con voluptuosos besos
Que se ha tendido como un licencioso negro a la sombra
A dormir la voluptuosa parranda, como todo crápula
No se cuanto pudo sobrevivir de nosotros
O si aún hay algo por descubrir en nuestra piel
Cruzamos el tiempo cual punta de fuego de una saeta
Nos dimos y lo tomamos todo, sin excusas, ni justificaciones
Vivimos el ritual erótico cual amantes libertinos
Saciamos la sed y la hambruna en el mismo vaso
Compartimos el abrigo y el sosiego del libidinoso oasis
Hasta borrar las nostalgias enceguecedoras y los desencantos
XII
Nada justifica el habernos perdido de sensaciones voluptuosas
Ni de sentir la lujuria como un cachondo candelabro ebrio
Como los muslos erguidos y erectos por el espasmo
Con la locura del manicomio libidinoso más demente
Nadamos desnudos en la vagina de la oscuridad
Disfrutamos del coral y de las algas de la mar
En las grutas del bosque púbico del confesionario
A pesar de su nauseabundo olor a madriguera
Florece el pistilo de la flor entre los muslos
No es fácil aceptar los colores de las pasiones
Ni la demencia de la sangre cuando se afiebra y bulle
Le dimos lo más hermoso de nuestras vidas a la vida
Pudimos arrancarle el corazón y las pupilas a los ojos del pez
XIII
Vuela. Ahora que te atreviste a hacerlo… ¡vuela!
Vuela. Jamás dejes de hacerlo, así abras los ojos…
Y el vértigo te incite a recular… sin sortear los obstáculos
Recuerda que los pájaros cuando saltan al vacío
¡jamás se estrellan contra el suelo!
Vuela como las mujeres que encienden
Uno a uno los faroles de los soles noctámbulos
Vuela como el pájaro que crearon las manos
Vuela como los temores que derribamos
Para engendrar sombras eróticas y hermosas
Gocemos del ensueño de la fatiga
Disfrutemos la fuerza y la ternura del abrazo
Dejemos que nuestros abdómenes sientan la brisa
La arena y el lejano murmullo de la tempestad
Contemplemos el brillo de los luceros sobre nosotros
XIV
Mastúrbame para regalarte una mascarilla de amor
Para que tu sonrisa y tu piel se saturen de primavera
Bébete hasta la espuma del temblor seminal
Mosto de amor y vida. Canto de mar y laguna
Una cascada brota del resplandor de la chispa
De un diamante ardido en noche de luna llena
¡Bárbaro! ¡Amaneció!
Perdimos la noción del tiempo
Entre la calidez de la chimenea y de las piernas
La noche se despertó con la bragueta abierta
Escuchamos el trinar de los arboles
Y sentimos al frío como el rocío del amor
Alucinaron poro a poro nuestros cuerpos por placer
Como los penitentes peregrinos después del flagelo
Fue demencial el bañarnos en las sensaciones de los orgasmos
Gracias a imágenes sentimentales y mágicas de los duendes
Que llenaron con estrellas los bolsillos de nuestras vidas
XV
Se desmayaron las luces con los eructos y notas del piano
Una inmensa eyaculación poseyó a las noctambulas hembras
Hablamos el mismo canto de amor de aroma extraño
Pero las circunstancias nos desnudaron a los dos
Gracias a la soberbia curiosidad de nuestras manos
Que se deslizaron buscando un trago del sativo orgasmo
Saciamos el ardoroso deseo hasta el hastío
No hubo límites, ni fronteras, ni arbitro y todo valía
Luego nos devoramos el mar y el tiempo a nuestra manera
Entre las excitantes penetraciones del radiante instante
Creo que mojamos hasta nuestros corazones
Con as simientes lágrimas de nuestra ansiedad
Y con la morbosidad de los lengüetazos de fuego
Le abrimos la prisión al sensual pájaro casero
XVI
Jamás imaginé que fuese dulce el daño de tus abrazos
Ni que el amor creciera en forma de cúpulas de fuego
Cuando me acarició la ingle con palabras de amor-ígneo
No sé qué más inventarte. Te lo has llevado todo
Le entregué al sexo-ensueño hasta el alma
Nada guarde para mañana. Puede que no exista otro mañana
Sé que podrías eyacular hasta la sin saciedad
Durante el resto de tu vida y las siguientes
Hasta crear con la savia de tus venas abiertas
Un nuevo mar: Profundo y misterioso
Capaz de hechizar y devorarse el canto de los poetas
XVII
Nunca imaginé tantos silencios en tu cuerpo
Ni se por cuánto tiempo desees pernoctar en mi corazón
Estoy hastiado de pensar en comienzos
De ver vagar a mis sentimientos rebuscando un nido
Solo tengo una cantidad de sueños en las manos
Para soportar al invierno y hacerlo primavera
Solo basta que se enamoren nuestros hijos
Para que aprendan a ser indulgentes o permisivos
El daño que pudiéramos hacernos: ya está hecho
El tiempo es irreversible, como una metáfora del viento
Sería estúpido voltear a mirar la clepsidra
Me embriaga este apasionador aroma agrio a lujuria
A sexo-exceso, a semen, a fermento de placer…
A sabanas almidonadas por el sudor del amor…
Mas nunca le permitiré a las malditas y demoniacas manos
Manos de sal. Arremeter con odio placer a los engendros
Ni que marchiten sin misericordia más flores
Vivimos otra hermosa fiesta de pólvora en nuestras vidas
¡Colosal! Un instante lleno de pirotecnias y gritos de libertad
De antorchas espantando mitos, sombras de miedos
Y fantasmas ahuyentados a patadas…
Tu cuerpo tendido, ahora luce cual naturaleza muerta…
XVIII
Mis labios aún pronuncian tu nombre
Con sabor a miel y a vellos
Llevan el regusto de tu piel sobre ellos
Después del acierto de los besos de la rosa
He resucitado gracias a esas chispas de esperanzas
Al hablar con la vida y con el amor mientras te amaba
Revivió todo lo que en mi agonizaba
No sé qué opinen los ojos de la noche
O si debo aprender a olvidar y a entregar el alma
Este poema quedó escrito sobre nuestras pieles
Con la voz del silencio de los labios del amor
Como el canto alegre y dulce que desde ahora
Navegará a la deriva dentro de su botella
así no escuche los latidos de los sueños
Nos desnudamos de las máscaras y de los miedos
Mientras el corazón caía adormilado
Nos impusimos una frágil corona de hielo
A sabiendas que nos despertaría el deshielo y los trinos
De un sentimiento avinagrado y cansado
Para vivir por siempre este ahora reverdecerá la vida
Así estés ausente y me alague la muerte con su presencia
XIX
Viví como un profeta nuestro sentimiento
Hasta escribir este testamento nimio
Desde lo más profundo de mi exilio ermitaño
No sé si tu sentimiento sea golondrino
O si debo celebrar con carnaval mi muerte
He regresado a la caverna
A rumear los huesos del frio
Aquí germinara la rosa de los deseos
Para que otros la despedacen con indolencia
Sé que lo apostamos todo a cambio de nada
Confiamos en las bondades del azar
Y en la sabiduría de los grandes silencios
Estoy casi seguro que no fue un sueño, mi amor
Estoy seguro que no fue un sueño
Estoy seguro que no fue
Estoy seguro
No fue un sueño…
Simplemente se dio un hermoso sueño…
Sucede cuando se abrazan dos soles solitarios
Y buscan con desesperación el abrigo de la sombra
Desperté con tu nombre tatuado sobre mi corazón
Sabes que existirás siempre desnuda en mis recuerdos
Sé que vamos amarnos en silencio y hasta siempre
Viviendo y disfrutando de todas las estaciones
¡Te amo! No sé por qué lo digo
Si prometimos amarnos sin promesas
Curiosa y caprichosa es la vida con los amantes
No deseo que lo nuestro sea otra triste canción
Que vague sin esperanza cual estrella fugaz
Cuando se extravía rayando el paisaje de las constelaciones
Ni que sea una imagen más de nuestra triste historia
Indigesta de frenesí y de chocolates
No te imagino como mariposa negra de amuleto
ni como una gallinaza saboreándose
En la tragedia con la carroña… cual mujer murte
Eres la dueña del sol que llevas en las manos
Siempre apuestas en el juego de los opuestos
Todo al amor o al desamor, al rojo o al verde…
XX
Dejemos que brote la flor de la bruma
Dejemos que el amor arrulle tus sueños
Con el arrurú de los versos que sedan
Para que puedas abrazarte a la magia de las noches
Y dormir desnuda sin temerle a las espinas
Con la demencia del fuego de los amantes
que desaparecen caminando sobre el mar
o se los devora la bruma cuando hace tristeza
voy a salir a enfrentar al helor con tu recuerdo
Voy a ver con más amor a la realidad
Voy a abandonar la angustia de la desilusión absoluta
Para quitarte ese velo de nostalgia y la tristeza a mi vida
Evitemos encandilarnos con los oropeles mundanos
Para acariciar por más tiempo la desnudez de los deseos…
Dejemos que fluya la era y el destino
Llenemos con anhelos y fortuna la mano de Venus
Permitámosle al sol de los enamorados broncearnos
Si hay un epilogo: Vistámoslo de rojo
Para que los labios liben sensualidad del recuerdo
Y en sus páginas encuentren frescos a los deseos
Quiero embriagarme de sol
Por ti cambiaria otra vez el paraíso
A pesar de sentir lo que siento cuando te abrazo
Deseo saciar hasta hartar la avidez del apetito
Para poder gozarme sin cadenas contigo
El demencial ensueño del crepúsculo de los amantes
Tarde gris, paramosa y triste
Tarde para leños y brandy
Tarde para revivir una y otra vez esta historia
Romántica como un bossa nova
O los sonidos de un bosque, de una tempestad, de la lluvia….
O como el sabor del último beso de la primavera
Ahora siento fría y triste la piel de este día
Antes de ese adiós que se perderá en el viento
Espero volver a bañarme contigo en el mismo sueño
Héctor Cediel “El perro vagabundo”
hectorcediel@gmail.com
Septiembre 2012
Poema escrito como prosa poética en Noviembre de 1997

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