A Rubén Bonifaz Nuño, en la víspera de sus 89 años
POCO TRECHO, ENTRE TUS
DICHOS Y TUS HECHOS
A tanto leerte y leerte, me mecí y subí en tus nubes,
querido poeta, amigo de las letras y de la humildad;
a tanto leerte y gozarte, he aprendido, estimado
maestro Rubén
que es muy breve, poco, y nada tenso el trecho entre
tus dichos y tus hechos…
Subí, y baje, me elevé, me elevaste, con tus poemas,
Ínclito poeta de la sencillez barroca y muy pulida;
logré macizos vuelos y sueños de oropel
gracias a tus escritos y altas cimas…
En lo alto de la tarde, el silencio me interroga:
viene el futuro y tropieza con mi pasado,
las profecías se esconden, se agazapan,
no quieren saber nada de la vigilia,
esperan a que caiga la noche y venga el sueño…
Y es en ese sueño, maestro Rubén, que encabalgo
mis sentidos para escuchar tus versos
con la cadencia de tu letanía…
y con ellos me duermo y me acompaño…
Todos los bosques son un
solo árbol,
como dijo Octavio Paz, en su Vaivén;
y yo diría, respecto de tus versos, Rubén,
hablas como un aguacero,
pero la lluvia es de todos,
el agua es la totalidad,
tus versos, amigo,
¡tus versos nos pertenecen!
No hay comentarios:
Publicar un comentario