lunes, 22 de octubre de 2012

C O R R I E N T E S


CORRIENTES
Miremos desde lejos; miremos desde fuera;
miremos desde dentro, miremos el entorno:
todo lo que ocurre pasa, pasa, pasa y deja huella,
todo nos marca como reses en corral,
todo,
todo,
todo...


I

Miremos porque sólo mirar promueve nauseas,
miremos, aunque las nauseas, ataquen nuestras
emociones por siempre; llevemos las huellas
del pensar, del decir y del quehacer
hasta sus límites.

Miremos porque sólo observar deja unas marcas
en la memoria fiel para que no olvidemos.
Miremos para saciar la sed de acontecimientos
que guardan nuestros genes; miremos...

Observemos las sensaciones de los sucesos,
observemos hasta sacar la médula a las cosas.

Observemos y hagamos de todo un monumento,
para formar la historia miremos, observemos,
absorbamos...

Ojos para la escalera, ojos para el desierto,
ojos en el infinito, ojos en el horizonte,
ojos en lo inmediato para hacer de todo
un hato...


II

Toquemos, palpemos, sintamos con la piel:
lo que pasa y sucede puede ser trascendente,
y de no tocar, acaso nos arrepentiremos
y el tiempo nunca, nunca, nunca, jamás,
jamás da marcha atrás...

Respiremos, con todo, los sentidos
inunden nuestras pieles;
hagamos de los sentidos una máquina
etérea que atrape los acontecimientos...

Tomemos del oxígeno ambiental
lo bueno y lo malo;
no dejemos que escape
pues acaso mañana no existe,
no existirá, nunca ha existido...

Sólo es tiempo de hoy,
un hoy eterno
que corre, que transcurre,
que no se deja atrapar...

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