CORRIENTES
Miremos desde lejos; miremos
desde fuera;
miremos desde dentro, miremos
el entorno:
todo lo que ocurre pasa, pasa,
pasa y deja huella,
todo nos marca como reses en
corral,
todo,
todo,
todo...
I
Miremos porque sólo mirar
promueve nauseas,
miremos, aunque las nauseas,
ataquen nuestras
emociones por siempre; llevemos
las huellas
del pensar, del decir y del
quehacer
hasta sus límites.
Miremos porque sólo observar
deja unas marcas
en la memoria fiel para que no
olvidemos.
Miremos para saciar la sed de
acontecimientos
que guardan nuestros genes;
miremos...
Observemos las sensaciones de
los sucesos,
observemos hasta sacar la
médula a las cosas.
Observemos y hagamos de todo un
monumento,
para formar la historia
miremos, observemos,
absorbamos...
Ojos para la escalera, ojos
para el desierto,
ojos en el infinito, ojos en el
horizonte,
ojos en lo inmediato para hacer
de todo
un hato...
II
Toquemos, palpemos, sintamos
con la piel:
lo que pasa y sucede puede ser
trascendente,
y de no tocar, acaso nos
arrepentiremos
y el tiempo nunca, nunca,
nunca, jamás,
jamás da marcha atrás...
Respiremos, con todo, los
sentidos
inunden nuestras pieles;
hagamos de los sentidos una
máquina
etérea que atrape los
acontecimientos...
Tomemos del oxígeno ambiental
lo bueno y lo malo;
no dejemos que escape
pues acaso mañana no existe,
no existirá, nunca ha
existido...
Sólo es tiempo de hoy,
un hoy eterno
que corre, que transcurre,
que no se deja atrapar...
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