Cinco poetas novísimos de Morelos
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Comienzo
Tania Jasso
Tania Jasso. Escritora, poeta y editora. Textos suyos aparecen en revistas y periódicos nacionales, así como en distintos medios digitales. Es autora de los libros Caminar sin sombra (Editorial Eternos Malabares, 1998), Tragaluz del tiempo (Letras del Molino, 1999) y Merodeos (inédito).
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Des-aparición
Ilse Priego
I
No existe tu ausencia.
En cada respiro está tu pecho hundido en el mío. En cada paso están tus labios en mi cuello. En cada mirar está tu sonrisa en la mía. Espectro de la noche, cuya sombra aterriza en mi cuerpo. Fragmentos de sueños que se revelan en la piel que besaste, y se muestran como estigmas. Acaricio la fe que perdí hace años, siglos. Exhalo el dolor que provocan las heridas ahora ya cerradas. Respiro tu vaho mientras cabalgamos en el desierto. Observo nuestros cuerpos emanando colores. Tus ojos cerrados son la evidencia de que el paraíso existe. Llamas que corren desde el corazón y nos queman. Tu pecho, hundido en el mío, arde.
II
Aquí está tu ausencia.
En cada respiro está mi pecho invadido de hastío. En cada paso están tus labios asfixiando mi cuello. En cada mirar está tu lejanía de mi vida. Espectro del averno, cuya sombra aterriza en mi alma. Fragmentos de sueños rotos astillan la piel que besaste, y se muestran como estigmas. Abandono la fe que acaricié por siglos. Inhalo el dolor que provocan las heridas abiertas. Vomito tu veneno, y sola me marcho al desierto. Observo nuestros fantasmas emanando dolores. Tus ojos cerrados son la evidencia de que el infierno existe. Llamas que corren desde el corazón y me queman. Tu pecho, alejado del mío, muere. |
Ilse Priego. Estudiante de 8vo. semestre en Letras Hispánicas en la UAEM. Imparte talleres de creación literaria desde 2011. Trabaja actualmente en su tesis, cuyo tema es la representación de la violencia en la poesía chilena de segunda mitad de siglo XX.
Aspectos de la ciudad de Cuernavaca, Morelos Fuente: Flickr |
Senda de grava negra
Francisco Ríos
Francisco Ríos
En la senda de grava negra y caliente
no he marcado ninguna huella
ahora que la marcha requiere de un descanso
pregunto por aquel camino a mis espaldas
doy la media vuelta y reposo
manos en la cintura
vislumbro el inicio la partida
y en el instante se desvanece la remota imagen
la huella que nunca tuvo auge
no he marcado ninguna huella
ahora que la marcha requiere de un descanso
pregunto por aquel camino a mis espaldas
doy la media vuelta y reposo
manos en la cintura
vislumbro el inicio la partida
y en el instante se desvanece la remota imagen
la huella que nunca tuvo auge
alzo la voz sosegadamente
un eco sugiere que soy el único hombre
entre los roquedales y el verdor espeso
la calma es dorada compañía
la luz se filtra entre los árboles
y es extraño no tener otros hombros
y un oído a quien brindarle la liviana risa
alguna mirada sonriente
donde vertiera el extinto caudal de mis penas
un eco sugiere que soy el único hombre
entre los roquedales y el verdor espeso
la calma es dorada compañía
la luz se filtra entre los árboles
y es extraño no tener otros hombros
y un oído a quien brindarle la liviana risa
alguna mirada sonriente
donde vertiera el extinto caudal de mis penas
no sé si me duele no poder contar las huellas
que fingió inscribir el terreno
que observo mientras el eco suena
los negros guijarros están silenciosos
sólo el sol infunde vida
en sus diminutas figuras luctuosas
seguiré caminando sigo caminando
y el ligero ruido bajo mis pies
ilumina mi corazón
y el comienzo de la noche
que fingió inscribir el terreno
que observo mientras el eco suena
los negros guijarros están silenciosos
sólo el sol infunde vida
en sus diminutas figuras luctuosas
seguiré caminando sigo caminando
y el ligero ruido bajo mis pies
ilumina mi corazón
y el comienzo de la noche
Francisco Ríos. Nacido en 1988. Cursó por cuatro años el Taller de Letras de la UAEM, impartido por el escritor Luis Francisco Acosta. Profesor adjunto por un año del mismo taller. Jurado en los Juegos Florales de Guerrero 2013. Ha participado en los dos encuentros nacionales de Talento Artístico Estudiantil de las I.E.S., modalidad literatura. Alumno en FFyL de la UNAM.
Estrella
Omar Paolo
Omar Paolo
¿Por qué, por qué razón suprema has captado ahora mi atención en ella?
No encuentro nada más que el Designio de tu Suprema maldad
Encubierta de Bondad, Hijo de la mentira y del imposible.
No encuentro nada más que el Designio de tu Suprema maldad
Encubierta de Bondad, Hijo de la mentira y del imposible.
Es traerla como una arista de luz que se hiciera aguda al fondo del pozo
Y en la proximidad a punto de tocarla, mostrarme la burla en cruz, nuevamente.
Y en la proximidad a punto de tocarla, mostrarme la burla en cruz, nuevamente.
No puedo, ni quiero amarte, mucho menos en una falsa promesa,
Pides demasiado a este pecho, cuyo corazón late por la Tierra.
Pides demasiado a este pecho, cuyo corazón late por la Tierra.
Ella se muestra en la mansión de agua, cuando sabes que rata es el sigilo.
Se sabe núbil, con el encanto de la riqueza y del lujo, perverso,
Que es el mismo de tu señal envenenada.
Se sabe núbil, con el encanto de la riqueza y del lujo, perverso,
Que es el mismo de tu señal envenenada.
*
Narra la leyenda que la mujer al fondo del océano aquel, habita, lamentándose:
De ti, de mí, de todos, en gozo espléndido que tú le inculcaras.
De ti, de mí, de todos, en gozo espléndido que tú le inculcaras.
La mujer de nieve, bajo la noche de luna preñada, observó en las vasijas:
Al verter de una a otra al fondo una araña-cangrejo, atenazando sus manos, ha.
Leviatán inescrutable y vigoroso, enredado las formas de languidez, ha.
De la Tierra una rata, portando una tea, detiene a tiempo la escena...
No es necesario devorarla de inmediato, por su Creador deberá responder.
Pretendió Aquél una trampa a esta alma nocturna imponer, así que ya al fondo.
Al verter de una a otra al fondo una araña-cangrejo, atenazando sus manos, ha.
Leviatán inescrutable y vigoroso, enredado las formas de languidez, ha.
De la Tierra una rata, portando una tea, detiene a tiempo la escena...
No es necesario devorarla de inmediato, por su Creador deberá responder.
Pretendió Aquél una trampa a esta alma nocturna imponer, así que ya al fondo.
*
Al fondo en crucifijo anclado su cuerpo han clavado los piratas, allá en mar, en mar, en mar, en mar espiral su cuerpo de mujer estrella. ¡Ahí está, tú, tu última prueba de lo imposible, señor de promesas! ¡Ahí, para hacer compañía con su lamento, en disonancia las sirenas!
¡Tu pretensión ahora es mía, nuestra
al otro lado, en el revés!
al otro lado, en el revés!
Su lengua ha cambiado, escucha...
Su sombra correr sobre el mar, observa...
Su piel acariciarte...
Su lascivia negar tus órdenes...
Su sombra correr sobre el mar, observa...
Su piel acariciarte...
Su lascivia negar tus órdenes...
Ella será libre ahora, y poseerá los cuerpos que desee.
Venerar de tal manera la verdadera Realeza del Orbe.
Venerar de tal manera la verdadera Realeza del Orbe.
Habías conocido su nombre, en falso bautizo.
Hemos cumplido el pacto eterno entre
Tu propósito y el Mío.
Hemos cumplido el pacto eterno entre
Tu propósito y el Mío.
Omar Paolo. Egresado de la Facultad de Humanidades por la Facultad de Letras, ha colaborado en suplementos culturales y gacetas universitarias. Lector de su obra en el Periplo de Homero y El v El Verbo Oscuro. Autor del libro de relatos Permanente Mente Ausente y en vías de publicar otro libro de relatos de su autoría, al igual que una novela.
Reconstrucción
Claudia Magdalena Sánchez Cadena
Claudia Magdalena Sánchez Cadena
Esta es tu primera lluvia;
llueven pájaros azules sobre la tierra,
caen cosas cuyos nombres desconozco,
extractos de otros tiempos y fantasmas
de arena, de aire, de hueso.
llueven pájaros azules sobre la tierra,
caen cosas cuyos nombres desconozco,
extractos de otros tiempos y fantasmas
de arena, de aire, de hueso.
Aquí sólo queda la resaca de esa lluvia
y un añil en el fondo de los dedos,
el vaso seco, la oquedad de la memoria.
y un añil en el fondo de los dedos,
el vaso seco, la oquedad de la memoria.
Y regreso al principio de las palabras,
donde algo muere en el fondo de piedra
y los objetos rondan los recuerdos.
donde algo muere en el fondo de piedra
y los objetos rondan los recuerdos.
Claudia Magdalena Sánchez Cadena. Originaria del estado de Morelos. Estudió Letras Hispánicas en la Facultad de Humanidades de la UAEM. Ha publicado en pequeñas revistas locales y participado en diversas lecturas en Morelos, Oaxaca y en el Distrito Federal.
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