Aprovecho la hora del almuerzo para hacer un examen de conciencia ¿Cuántos brazos me quedan por abrir? ¿Cuántos pétalos negros por cerrar? ¡A lo mejor soy un sobreviviente!
El receptor de radio me recuerda mis deberes, las clases, los poemas con una voz que parece venir desde lo más profundo del sepulcro.
El corazón no sabe que pensar.
Hago como que miro los espejos un cliente estornuda a su mujer otro enciende un cigarro otro lee Las últimas noticias.
¡Qué podemos hacer, árbol sin hojas, fuera de dar la última mirada en dirección del paraíso perdido!
Responde sol oscuro ilumina un instante
aunque después te apagues para siempre. |
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