EL LENGUAJE DE LA MONTAÑA
Desde el silencio…
Donde el instante se posa en cada cuerpo desnudo,
con la intención de insertarse a lo eterno.
Donde el instante se posa en cada cuerpo desnudo,
con la intención de insertarse a lo eterno.
Y he allí, la ligadura.
La que empuña sin sutilezas el momento audaz,
y la que opaca aquella incertidumbre
de vivir para luego morir.
La que empuña sin sutilezas el momento audaz,
y la que opaca aquella incertidumbre
de vivir para luego morir.
O en su intencionalidad…
Concluir, para luego transformarse
y ser parte del cosmos
o del no se qué.
Concluir, para luego transformarse
y ser parte del cosmos
o del no se qué.
Y se ven fortalecidos.
Como reiniciándose al proceso continuo de la soledad
mientras escalan al lenguaje montañés.
Como reiniciándose al proceso continuo de la soledad
mientras escalan al lenguaje montañés.
Soledad que duele, que vence y exige sintetizar el destino,
para luego expirar por el aire mundano.
para luego expirar por el aire mundano.
Y se entrelazan,
como si disfrutasen un momento sencillo
entre gestos sin gestos, y sobre la piel que se impregna
de sombras, bajo las sombras.
como si disfrutasen un momento sencillo
entre gestos sin gestos, y sobre la piel que se impregna
de sombras, bajo las sombras.
Y callan,
para no decir nada.
para no decir nada.
¡Ay de aquella locura potencial!
Mientras los latidos péndula sin cesar,
la noche cae detrás, para convertirlos en estrellas del mañana.
la noche cae detrás, para convertirlos en estrellas del mañana.
Autor: Fabián Irusta (argentina) D/Reservados
Fotografía: Mickey Chuang
Fotografía: Mickey Chuang
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