HAY MUCHOS POETAS Y POCA POESÍA: JUAN BAÑUELOS
16 dic 2015
Presentamos la entrevista realizada por el poeta y periodista, Moisés Ramos Rodriguez, a Juan Bañuelos (1932). Poeta y ensayista mexicano. Autor de libros de poesía como Espejo humeante (1969), Donde muere la lluvia(1992) y, A paso de hierba (2005), entre otros. Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, Premio Nacional Carlos Pellicer y Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe.
Pedro Ángel Palou García, actual secretario de Cultura del gobierno del estado de Puebla, presentó a Juan Bañuelos en días pasados en la Universidad de las Américas. “Es un poeta social”, aseguró el escritor, pero “en el mejor sentido del término: su poesía es argumentativa, declarativa, que puede partir de la denuncia pero no se queda en la denuncia. Es atemporal”.
Palou García también dijo de Bañuelos: “Poseedor de una voz única” la suya tiene “múltiples voces en ella”; “escribe desde la vida sin ser vitalista” y su poesía “es de una fuerza extraordinaria”.
Y más: Bañuelos “escribe mañana para que lo lean hoy y lo recuerden ayer”. Calificó: “oficio absurdo el del poeta: escribir para los sordos”. E insistió sobre la poesía del chiapaneco: está ahí “para armar amores y levantar pueblos”.
El propio Juan Bañuelos, participante en las jornadas de “Poesía e identidad” organizadas por el Departamento de Filosofía y Letras de la UDLA, afirmó: “Ahora los escritores nos tratamos con mucho cariño, pero de manera crítica; y cuando hay algo positivo, lo sabemos apreciar” en clara referencia a la presentación que de él había hecho Palou García.
Bañuelos insistió en que “es necesario hacer que renazca el humanismo”, y después habló de lo que significa “ser y palabra” para los tojolabales, herederos de los mayas: al igual que para los guaraníes de Brasil, y para los chinos, para esos chiapanecos ser y palabra, ser y lenguaje, siempre es lo mismo.
Y afirmó: “Nosotros somos alma y sonido en pie, somos, somos un acto pulsante”. Y más: “Un poeta es aquel que habla, pero que habla con el corazón. Hoy el mundo necesita del poeta”.
Y al referirse a la guerra, esta vez de Israel contra Palestina, recordó: “Jamás tantos muertos rodearon la casa de los muertos”.
E insistió: “La poesía es un acontecimiento público, y en ella resuena el mito y la historia…” y si la poesía es memoria (y los es) “la memoria es el escudo de nuestra identidad”. “La poesía expresa la memoria colectiva”.
Y en tiempos de globalización, Bañuelos recordó: “Todos creen que la poesía, que la literatura no vale porque no se puede vender, pesar, comprar” pero “la literatura nos va a hacer recordar nuestra identidad, nos hará recobrar el poder de la imaginación”.
Entrevistado antes de la presentación de su libro El traje que vestí mañana en la UDLA, el poeta habló de su poesía, de La Espiga Amotinada y de otros temas, pero minutos después, al leer su poesía, en un poema que hasta entonces era inédito dijo: “Ustedes me perdonen. Sólo tengo la memoria. Sólo eso”.
La espiga acomodada
—De la época de La Espiga Amotinada, de hace más de 30 años que recibió el primer Premio Nacional de Poesía Aguascalientes hasta hoy que presenta el libro que recopila buena parte de su poesía ¿cómo percibe ésta?
—Creo que cuando apareció La Espiga Amotinada fue un momento crucial en la vida nacional, social, económica y literaria también, porque estábamos en un momento donde la poesía que se hacía era “fina y sutil” de acuerdo con la consolidación del nacionalismo de la Revolución Mexicana.
“Pero luego vinieron cambios terribles. Nosotros no nos presentamos como militantes de ningún partido, simplemente estábamos viendo la realidad del país; veíamos que, junto con esa consolidación nacional que presumían los gobiernos de entonces, venía el surgimiento paralelo de los trabajadores.
”En los años sesenta nos encontramos con la Revolución Cubana; se vienen grandes movimientos sociales, tanto mundialmente, internacionalmente, como en México. Vemos cómo a los trabajadores, a los ferrocarrileros, a los maestros, a los médicos (1965), se les responde con represiones, y que ese periodo de represiones va a terminar en el año de 1968 con la matanza de Tlatelolco.
”De tal manera que todo eso es material para los escritores, para los cuentistas, los novelistas; y algunos ya han escrito novelas y cuentos sobre esto, y en la poesía también se escribió, pero no tanto, no lo suficiente, acerca de este cambio, porque la poesía es un poquito más lenta, pero es la que va calando más profundamente.
”La Espiga Amotinada se desintegró porque cada quien quería seguir su camino. Después de 1965, cuando publicamos La espiga amotinada y Ocupación de la palabra, despareció el grupo y ahora es ‘La espiga acomodada’, pues algunos se acomodaron en el gobierno, otros terminaron dizque comunistas, pero cuando vino la cosa de Chiapas, traicionaron su trayectoria. Ya la historia nos pondrá a cada uno en nuestro lugar”.
—Tiene usted razón: Shelley, Oliva, Zepeda, Labastida, cada uno toma su propio camino y usted llega al año 2000 con este libro, El traje que vestí mañana (Plaza y Janés) premiado el año pasado…
—Sí, pero antes mi poesía había sido premio nacional de poesía, fue el primer Premio de Nacional de Poesía Aguascalientes; luego obtuvo el Premio Chiapas, ha tenido el Premio Palermo. En fin. No me puedo quejar de eso, porque son premios que yo no los he buscado: han llegado porque los jurados han visto la densidad y el peso que tienen los mismos poemas.
“Cuando uno publica un libro ya no le pertenece a uno, de tal manera que ya se defiende solo”.
No me preguntes cómo pasa el tiempo
—De este libro, El traje que vestí mañana (una recopilación), a cuando recibió el Premio Aguascalientes, hace más de 30 años ¿encuentra diferencias sustanciales en su poesía?
—Bueno, esencialmente, con los tres últimos títulos que forman esta reunión de poesía… porque son libros de una experiencia que ya tenía años notando en Chiapas…la falta de respeto a los derechos humanos, los 500 años de los indígenas, y que no nos dábamos cuenta… y de pronto, en 1994 viene esta insurrección militar pero que, hemos visto ya en estos ocho años que tiene el movimiento, que no es exactamente una insurrección militar, sino de una gran cultura de más de dos mil años, como es la cultura maya, que pide su lugar, como en su momento lo pidieron las culturas egipcias, china, la hindú, las culturas del mundo que tienen un peso muy grande como civilización.
“Mi poesía cambió después de que fui invitado a formar parte de la Comisión Nacional de Intermediación (Conai) por la paz en Chiapas. Mi poesía tuvo que ver la realidad y convertí en un neoarraigo mi estancia en Chiapas, viendo que estábamos ciegos al no darnos cuenta de la realidad que pasaba con la gente de nuestra tierra, Chiapas”.
—¿Entonces la suya se convirtió en una “poesía social” como la que pretendía…?
—No, no, no. Yo no creo… Toda poesía es social… Es decir, aún el poema más lírico, el poema que escribe un señor que está muy enamorado de una señora pero que la señora es de la alta sociedad, y esas cosas, aún ese poema, por muy lírico que sea, siempre tendrá un contenido de tipo social. La poesía tiene que darse así,
“Yo no escribo con temas que se me dan. Los temas vienen en busca de la poesía y yo respondo a esa búsqueda. Los poetas que escriben con temas ya dados (poesía erótica, poesía amorosa, poesía social) no llegan más allá de ciertos escarceos por la sencilla razón de que la poesía o se da o no se da”.
—Al menos en el Distrito Federal, está de moda ser poeta. ¿Qué tanto beneficiará esto o no a la poesía? ¿Qué tanto ayuda el que haya una autopromoción de estos llamados poetas?
—Lo que pasa es que hay muchos poetas y poca poesía. ¿Por qué? No está mal que haya muchos poetas. Hay una búsqueda, y en esa búsqueda quieren hallar, a nivel individual, a nivel de los pequeños traumas o grandes traumas, a través de los traumas que tienen, y no se dan cuenta de que el trauma corresponde a toda una comunidad, a toda una sociedad que está bastante golpeada, bastante vilipendiada, por lo que estos poetas no encuentran cuáles son las contradicciones y cómo pueden abordar, a través de la poesía, todo esto.
“Sin embargo, lo importante es saber cuáles son las características de este cambio de la poesía que se da en este parteaguas de 1994, porque no sólo hubo un cambio político y económico o social, sino también en la cultura nos damos cuenta de que estamos mancos, que no estamos completos, que hemos vivido con la mitad de nuestra entidad, la de la cultura occidental, y que nos hacía falta la otra mitad de nuestra entidad, que es la poesía de los pueblos originarios de este país”.
[Originalmente publicada el 15 de abril de 2002]
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