miércoles, 16 de diciembre de 2015

POESÍA DE JUAN BAÑUELOS (1932)

POESÍA
De
JUAN BAÑUELOS (1932)

DONDE SÓLO SE HABLA DE AMOR

A los hombres, a las mujeres
que aguardan vivir sin soledad,
al espeso camaleón callado como el agua,
al aire arisco (es el aire un pájaro atrapado),
a los que duermen mientras sostengo mi vigilia,
a la mujer sentada en la plaza vendiendo su silencio.
En fin, diciendo ciertas cosas reales
en una lengua unánime, amorosa;
a los niños que sueñan en las frutas
y a los que cantan canciones sin palabras en las noches
compartiendo la muerte con la muerte,
los invito a la vida
como un muchacho que ofrece una manzana,
me doy fuego
para que pasen bien estos días de invierno.
Porque una mujer se acuesta a mi lado
y amo al mundo



HOJAMARGA


Hija del campo 
y de la luz/ 
vientre de piedra 
sollamada/ 
nunca 
se elevó 
tan bajo 
tu hambre/ 
tu sombra sin 
su cuerpo/ 
la impostura/ 
la ceniza 
de tus trojes 
quemadas/ 
el látigo/los nadies 
de la sed... 
-qué sé yo qué!- 

Y a punto 
de salpicar 
está 
la sangre estando 
fraternal 
estaba 
y doliente 
dolida 

La muerte 
entona 
entonces 
zancudona 
mente 
una canción 
de cuna 
a donde el sol 
camina 

Perdida 
a lo lejos 
no puedo asir tu mano seca 
como un río 
Sé que vives: ven 
- no sé dónde - sé 
que vives / van 
a acudir / 
vendrán 
todos tus hijos: las mujeres 
y los hombres murciélago / 
los cigarra 
y los hormigas/ 
también 
los pobladores de las Siete 
Cuevas/ 
son los hombres de 
maíz 
con su rostro de limo 

Dime 
qué ves/vuelve 
la cara/ 
gira/ 
danza 
alrededor 
de nuestro Árbol 
de la Vida 

Sordomuda 
(no se dice tu nombre 
se respira) 

Habla 
me 
aunque es de noche 
no tardes en llegar 
oh Patria amarga: 
Acompaña 
me 
Acompaña 
nos 
aunque es de noche 

En tierra de acahuales 
andamos andando 
Bailemos 
Bailemos 




MUTACIONES

Un Coyote Emplumado es más
que un lobo sin manada

es menos
que un árbol sin raíces

es más
que el aire sin ninguna fronda

menos que esa puerta que
la cierra el viento
es más que un río arrastrando
troncos y animales

menos
que un ciervo yugulado en la espesura

es más
que cualquier fruta 
que no la come
el hambre
si la ve

También
es una tinaja sin grito
peregrinando
entre el cabello doloroso
de la hoguera

***

NORTE OESTE ESTE SUR
Nómada de la Aurora Boreal
con su carne vidriada
aúlla sobre un pantano hirviendo

Es la primera piedra parlante
'llegué hace un rato
ya que soy la última araña de granizo'

Es el único entumecimiento
después del frenesí errabundo

el primer Sol de Huesos dejando tan nunca fluir
el río de agua quemada que roe
la eternidad en un grano de arena

Mira su reflejo en la corriente

difícil saber dónde nace el ojo de agua

dónde se dio el primo gesto del río
gota a gota de todo lo que existe 
cuándo
el coyote aún sin plumas casi encía de piedra

aulló a la Vía Láctea

cuándo extendió sus alas con un peso de nubes 
con el paso de una sombra de eclipse
con su lasca hojosa enorme
y el oleaje de serpiente en la hierba

En danza 
da el cielo
lo bonito
para mostrar el mundo
dice el Balam que lee
las estelas

la luz
una vez se va
y una vez vuelve
una vez se queda y una piensa
y una vez descansa
y una vez su fuerza hace que se quede
dentro de su casa
para que la busquen


Donde pisa la luz
quedan los surcos
Espera que llegue el agua
hasta la piedra /
que sabe toda la verdad

Norte
Sur
Poniente 
Oriente

cuatro veces la nube camina
cuatro rumbos

Montañoso
no envejece

Insondable
no
no duerme:

El Coyote Emplumado
está vivo
late su corazón
en mi palabra.



Profecía inmediata


Me salgo de esta hoja.
No sirve ya el papel.
No sirve el llanto.

Vengo de dar un doble puñetazo
en la mesa del hambre y de la usura.
Vengo de atar el miedo a un rayo desbocado,
de recoger la nieve que desciende,
de convertirse mi alma en una seca piel.
Vengo de dibujar el blanco
de una bala en mi frente,
de llevar la mañana a los ojos nublados,
de sacar a la calle al luto y a la fiebre.

No sirve ya el papel.
No sirve el llanto.
Escribo en las paredes.



Parque zoológico


La sombra de un pájaro
me advierte del tiempo fugitivo.
La lluvia moja el silencio de las piedras
y cada choza de la colina bala
entre los álamos. Alguien tose
y toma la receta de las cinco.
El restallar de la ropa que lavan
en las orillas del Sabinal,
muere con el crepúsculo,
en la poza del Cura oscuramente juegan
los niños con las niñas,
y los árboles amarillos y los monos
y el chillido del águila
y el gruñido del puma
detienen mi corazón cercado de luto.

La sombra del pájaro se inclina.
Y mientras una ola sonora de marimbas
me arrastra, viene la zozobra
entre campanas del Angelus,
vienen cuatro albañiles borrachos
mecidos por el viento
(el viento de Tuxtla es un viento compadre:
nos cuenta al oído lo que dice el pueblo).
Qué cortejo devotamente ajado,
el cielo es una boa en la copa de un árbol
y cuatro hombres avanzan.

La niña ahogada sueña con la ardilla.


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