martes, 3 de junio de 2014

CLAUSURAS INTERIORES, Blanca Sandino (España)

CLAUSURAS INTERIORES


CLAUSURAS INTERIORES

Yo soñaba, despacio, geografías; 
soñaba accidentes, el curso de los ríos, 
acantilados, océanos, caminos, 
y mares, y montañas; y mapas, y fronteras. 
Comprometí, compuse senderos de ti -perfectos-. 


Atrás habían quedado los templos interiores, 
las catacumbas, el pan, el vino, el agua, las especias; 
y del recuerdo, resguardaba mi espalda la última clausura de la luna. 


Todo era mío: te soñaba; y acomodada en el vértigo, 
dibujaba -perfectos- la espina, el pájaro, la rama. 
Te soñaba. Despacio. Con los brazos abiertos como alas; 
y recreándose, mimaba mi voz tu voz en cada sílaba: 


baldío fue acurrucar el alma en la palabra, 
baldío retenerte en el escorzo en vuelo de tu nombre, 
y baldío escribirlo en el agua. 


Baldío; sin riendas, sin dueño: un temblor, 
un reflejo, el grito -murmurado bajito- 
otra vez; otro nombre; y lo supe. 


Mi tren, dragón devorador de inocentes princesas, 
resoplaba en la vía 
-«nunca digas adiós, da mala suerte»- 
y el horizonte tiñéndome los ojos, 
y allí, en el meandro de la memoria donde se ensancha el río, 
el beso de la pluma, 
del tacto, 
del papel, 
y del lápiz con el que escribo esta nota sin un adiós al fondo, 
trastocaba mi tristeza en ternura; 
en tus manos -colibrí o paloma, espina, rama- un poema; 
y en las mías, con un sello, la hoja emborronada, y un destino ilegible;


como resucitar recuerdos tan sólo por el gusto de volver a enterrarlos 
o como haber nacido con la piel vieja ya, y herida de muerte el alma.


Blanca Sandino- España


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