BÚSQUEDA DE UN CUERPO
Esta búsqueda atroz, que ya termine;
este mordisco, no, que me desgarra.
Ven. Mi sombra no te hará nunca más daño.
Se ha ido ya, sobre cristales rotos;
se ha ido ya, pero ha dejado las guitarras.
Vuelve. Es un clamor. Regresa.
Un huraño sonido nos espera,
un territorio de aves o de espinas nos acoge.
Es un clamor: regresa.
Idos, mis cirios, campanas tañen tenuemente
su clamido: vuelve.
Ya. Esta búsqueda atroz, que ya termine,
que ya cese este constante deshacerse.
Estoy al borde. Vuelve.
Pájaros: decídmele que vuelva,
que ahora mis manos son helecho
y no, nunca jamás le harán más daño.
Campanas: tenues tañed clamando su regreso.
Pero ya: que esto termine;
este irse apenumbrando entre el olvido,
este yacer entre herrumbrados fierros,
esta batalla atroz por hallarme en tu cuerpo,
que terminen.
—¡Adiós!
MAX ROJAS
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