SI ALGUIEN PREGUNTA POR MÍ, Levy Benlabrat (Israel)

SI ALGUIEN PREGUNTA POR MÍ

Si alguien pregunta por mí díganle que me fui a buscarte en las redes de tus ojos

con cien poemas remotos y mil banderas blancas entregadas al copio de los sueños,

díganle que me fui arrogante al mágico extravío de un amor sigiloso y acechado

enredado como ovillos de lanas de colores para deshilarte de la hora eterna de tu silencio

y brotar del espeso vuelo de tu sombra con la vegetal paciencia de un amante embrujado.

Díganle que me fui porque necesitaba llegar a ti y a las cumbres de tu lejanía,

a todas esas puertas rosadas de tus montes sin nunca detenerme en tus nubes de ceguera.

En mis manos de aire me llevé una paloma de amor y sueño y el amor de su secreto,

una paloma blanca que desconoce el origen de su mensaje y el sonido de sus alas,

si alguien pregunta por mí díganle que me fui a buscarte en los bosques de tu oro

para encontrar tu tierra y sus ríos apagados entre las cernidas huellas de tus campanas,

díganle que me fui con mi locura para buscar los círculos magos de tu sombra,

que salí de madrugada para un viaje de misterio con la poesía de las estrellas,

una poesía eterna bramando hasta el alma los vientos inventados de tus leyendas.

Si alguien pregunta por mí díganle que me fui con un monólogo de diamantes,

una letanía lenta repitiendo sin fin el gesto suspendido de nuestro último beso,

todo lo real que nunca ha sido como una llama roja en el suave viento de tus orillas,

una flor que florece entre tus pechos con el eterno silencio de tu cuerpo seducido,

un corte llanto de soledad y tristesa con la sedosa caricia de tu agua y la saliva de tu beso.

Si alguien pregunta por mí díganle que ya no existo en esta tierra, que me convertí

En una loca fábula de polvo y ceniza , un paisaje de sol dispuesto en ásperos cielos.

Si alguien pregunta por mí díganle que me fui a tenerte para nunca perderte ,

díganle que me fui a aprisionar la arena de tus playas y los misterios de tus orillas,

díganle que me fui a galopar con tu sangre en busca de tu refugio de flores azoradas, 

díganle que huí para siempre para alejarme de las llamas del silencio irracundo,

todos los confines que deambulan por tu camino y el vasto imperio de tus ruinas,

díganle que me fui a romper la noche para girar como astros en la armonía de tu aire,

para gritar tu nombre con el hábito del poema y su afán fluyente de lluvia y nostalgia.

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