martes, 12 de mayo de 2015

TE EXTRAÑO, PERO SOY..., Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

TE EXTRAÑO, PERO SOY...


Extrañándote. Recordando tus pasos, tu sonrisa, tus besos…
Mirándome la palma de la mano. Volteando al horizonte;
No dejando que los recuerdos me invadan como hormigas:
Veo tu cara en lontananza, miro tu cuerpo en ese espejo:
Es imposible no recordar tus gestos, tus ruidos, tus espasmos;
Miro para otro lado. El futuro no está. No lo alcanzo.
Ni logro vislumbrarlo. Tu recuerdo me atosiga, Me estremece.
Me avasalla. Me espanta. Me cerca. Me aprisiona. Voy y no
deseo ir al cuarto de los recuerdos. Veo tu adiós, melancólico
yo lo veo y no lo creo; repito esa escena. Adiós mujer, adiós:
te vas porque tú quieres; ¿qué te pasa?, ¿qué te angustia?
¿qué fantasmas te persiguen? Miro, muy poco a poco, y veo
las mieles del recuerdo caer a sopetón sobre mi pensamiento,
lo endulzan, lo satisfacen, lo llenan, lo repletan: eructó,
soy feliz, aunque ya no estés: soy feliz con tu recuerdo.
Soy feliz y eso me llena, me complace. Y yo te lo agradezco

en dónde estés y bendiga a aquél que ahora goce de tus caricias.

Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

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