jueves, 16 de julio de 2015

UNA ESTRÍPER EN FERMONT, Mitchell Sunderland (Associate Press)

La vida de una estríper en el Ártico

julio 15, 2015
Mitchell Sunderland
 
Associate Editor
El sueldo de una semana en un teibol cerca del Ártico. Foto cortesía de Miranda
Cundo una de mis fuentes de la industria porno (llamémosle Miranda) me dijo que había viajado más de diez horas en autobús hacia el norte de Montreal para bailar en un teibol en Fermont, un pueblo minero al norte de Quebec, creí que se había vuelto loca. Después me mandó una foto de lo que gana durante su viaje anual: cerca de cinco mil dólares. Ahí lo entendí todo.
Fermont no es un pueblo ordinario. Debido al clima tan frío, la mayoría de los mineros y sus familias viven una construcción enorme que incluye departamentos, un supermercado, un boliche, escuelas y un bar para divertirse después del trabajo, un lugar para una primera cita y hasta un teibol. Las estrípers como miranda vienen a Fermont a ganarse una fortuna bailando. En realidad, el dinero es de las pocas razones que hay para visitar este pueblo.
A pesar de su horario de baile tan apretado, Miranda me llamó por Skype para contarme cómo es ser estríper en un pueblo tan pequeño, cómo viajar a Fermont y en qué se parecen los mineros y las sexoservidoras.
VICE: ¿Cómo empezaste a trabajar de estríper en un pueblo minero?
Miranda: Vengo desde hace ocho años. Empecé a trabajar como estríper a los 19 años de edad. Escuché que se ganaba bien aquí porque la agencia que se encarga de todo esto manda grupos pequeños de chicas cada semana. Van por nosotras a nuestras casas, nos llevan al pueblo y luego nos llevan de regreso a casa. Cada semana llevan chicas diferentes. Tratan de tener variedad porque hay mucha gente en ese lugar.
¿Cómo te enteraste de la agencia?
Me dijeron otras estrípers. Contacté a la agencia y me aceptaron. Nos va muy bien porque, primero que nada, sólo hay un bar. Cuando las pocas mujeres que viven aquí quieren salir el sábado por la noche, tienen que ir al teibol. No conozco las estadísticas exactas pero me he dado cuenta que aquí hay una mujer por cada ocho hombres y todos trabajan en la industria minera. Todos, desde los mecánicos hasta los soldadores ganan cerca de 45 dólares por hora. Todos tienen mucho dinero y poco qué hacer en su tiempo libre. Y todos vienen aquí a ganar dinero, hasta las estripers.
Fermont, Quebec. Foto vía Wikimedia Commons
¿Hay chicas que se han casado con alguien que conocieron en Fermont? 
Sí, todas se enamoran aquí. En este pueblo hay todo tipo de hombres. Hay chicos de 18 años que ganan 150 mil dólares al año y señores que han trabajado aquí desde la década de los 70. Ya están por jubilarse. Hay de todo.
¿Cómo es el ambiente en el teibol?
De hecho, los hombres aquí son muy educados. En este pueblo sólo hay dos cosas que hacer: ir a trabajar o ir al teibol. Es un manicomio y hay muchos adictos a las drogas y a las apuestas.
¿Dónde duermes cuando vas a trabajar a Fermont?
Hay un hotel que tiene una sección especial para nosotras. A las estrípers nos tratan muy mal cuando llegamos pero es solo cuestión de dejar el ego a un lado. Nos odian. Las pocas mujeres que viven aquí nos ven como una amenaza, como si viniéramos a robar a sus hombres. En ocasiones, la agencia ha enviado chicas que sí son prostitutas, solían trabajar horas extra y coger por dinero. En el hotel, tenemos reglas muy estrictas. Por ejemplo: si salimos de nuestra habitación, no podemos pasar por el lobby y no podemos usar los teléfonos. Podría decirse que tenemos que escondernos cuando no estamos en el teibol.
¿El hotel se ve normal?
Todo aquí es muy kitsch y anticuado porque no casi no ha habido remodelaciones desde la década de los 70. Se quedan tres chicas en cada habitación. La habitación es básica pero cómoda, está bien. No he respirado aire del exterior desde que llegué hace casi un mes.
¿Te estresa estar encerrada tanto tiempo?
Sí, seguro. Cuando tenía 19 y era muy tonta y me metía mucha coca, me quedé empecé a salir con un tipo de aquí. Eso fue hace casi ocho años. Por cierto, él todavía vive aquí. Pero bueno, tenía 19 años, me gustaban los hombres mayores, me quedé a vivir aquí unos cuantos meses y me volví loca.
¿Y es incómodo cuando te lo encuentras?
Todos se conocen aquí, es como ir a la preparatoria. Cuando llegan chicas nuevas, va mucha gente en su primera noche para ver a las recién llegadas. Es como carne fresca. Y al día siguiente, cuando van a trabajar, se la pasan hablando sobre las chicas nuevas. "Hay una que tiene tatuajes, hay otra que... etcétera", y de pronto ya todos saben todo. Todos saben a quién me he cogido aquí. Las 20 o 30 mujeres solteras que viven aquí se pueden coger a quienes quieran, sólo que se van a ganar una pésima reputación.
¿El dinero es lo único que te anima a bailar en un teibol de un pueblo minero?
Sí. Todos los que vienen aquí, ya sean estrípers o mineros, vienen por una sola razón. El pueblo no es un lugar divertido, al menos no para vivir. Vienes aquí por el dinero. Es en lo único que piensan las personas que vienen a trabajar aquí.
Sigue a Mitchell Sunderland en Twitter.

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