lunes, 7 de septiembre de 2015

MARISMA, Agustín Cadena

Algo mío, nuevo.
MARISMA
Desde la puerta de la cabaña se ve el agua.
A trechos.
Los juncos no dejan ver mucho.
Es una selva de juncos.
Todo está quieto.
El viento está quieto.
Las nubes.
Las aves zancudas paradas en una pata.
Quizá dormidas.
Se oye sólo el zumbido de los insectos.
El respirar del tiempo que duerme.
La idea de volver a verte no dice nada.
Mañana no dice nada.
Ni ayer ni nunca ni siempre.
En algún momento sobrevendrá el atardecer.
Luego la noche, con su angustia.
Esto es cosa del paisaje, no del tiempo.
No es problema del tiempo.
Son sólo modos de extrañarte.

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