¿Y el amor a dónde nos lleva? Una mirada a la poesía de Raquel Rueda Bohórquez
Por: GUADARRAMA Rivera, Yabel René.
¿Y el amor a dónde nos lleva? Al sosiego, al anhelo, a la felicidad, a la desesperanza. Con él viene el riesgo del dolor y el desamor. Ambos, amor y desamor, conducen al ser humano a decir “estoy vivo porque siento, porque sufro, porque gozo.”
Para entender ese sentimiento que a diario agobia al género humano, nada mejor que la palabra en forma de metáfora a través de la pluma de Raquel Rueda Bohórquez, cuya poesía tiene en su composición una dosis de esperanza y melancolía, de erotismo y sensualidad, de seriedad y sarcasmo:
Creo que todo poeta trae un sueño bajo la bragueta/ Pero también las poetas tenemos otro/ Bajo las tetas[...]/ Que no promulgue como un macho/ Cuántas mujeres se cogió/ Sino que abrace a la que tiene al lado/ Y camine con ella de la mano/ Sintiendo que el deseo muere/ Pero que podemos alimentarlo con detalles...
He de confesar que en un principio su poesía me intrigaba, me intrigaba la pasión y entrega con la que hasta la fecha escribe, pero también quería saber por qué se escondía tras un seudónimo tan extravagante como el de “Sheila Smith Anderson”, por fortuna acató el consejo del buen amigo Benjamín Araujo Mondragón y, rectificó el camino dando a conocer a Raquel Rueda Bohórquez, la poeta colombiana que tímidamente a través de la red de poesía COESPO, hizo saber al lector lo que para ella significaban las emociones, preocupaciones, anhelos y sensaciones:
¿Has escuchado el diálogo de una flor y un ave?/ Si esperas a tu propio silencio comprenderás lo que se dicen/ Inclusive la luz tiene una fuerte voz/ Pero debes callar la tuya, para que la puedas percibir…
Con el paso del tiempo, ante cada nueva lectura, he seguido descubriendo que la faceta como escritora de Rueda Bohórquez es múltiple; a veces extravagante, en otras irreverente, a menudo tierna, pero también, contestataria.
En cada verso sustenta el ansia de amar y ser amada. Por eso se revela ante el lector, rompe la coraza que la envuelve para desafiar a la sociedad, no importa lo que los demás digan.
La poesía de Sheila, es decir de Raquel, parafraseando a Octavio Paz, es un lenguaje que nos permite ahondar en la esencia del ensueño, de tal modo que sus versos han nacido para perdurar en el tiempo. Por lo que leer los versos de Rueda Bohórquez, resulta placentero para el espíritu.
No existe la muerte, creo que es real/ Ni existe la vida, son tan solo estados/ Donde el pensamiento va y viene/ Parece un niño dormido que abre los ojos/ Y el universo es el sueño más enorme de todos,/ Una película inventada por el Creador/ Para que admiremos su gracia/ Y la protejamos de nosotros mismos…
Sin pecar de complaciente y a fuerza de ser sincero, tiene oficio y alma de poeta. En ella las palabras de su paisano Gabriel García Márquez se hacen sentencia cuando dice: El poeta tiene un deber: escribir bien y en ese deber está incluido su ética y su estética literaria.
Así pues, en la poesía de esta poeta colombiana se entretejen los recuerdos en torno a la vida cotidiana; en su obra el paisaje, la luna, la naturaleza toda se retrata en una acuarela de palabras que llevan implícito un toque campirano.
Colombia, la patria del poeta José Asunción Silva, es también la patria de Rueda Bohórquez, quien es sus versos desnuda a la tierra de la cumbia ante los ojos de todos, invitándonos a conocer el pueblo de su niñez y sus ancestros.
Raquel ha elegido el camino de las letras; trazar versos para ella es un ejercicio cotidiano, es su vocación y es lo que da sentido a su vida. Escribir para ella no es un oficio para decir cosas bonitas, ni un esnobismo para llenarse los bolsillos de dinero, esta consiente de que esta sociedad del consumismo no respeta la condición del poeta, sabe que ganar dinero es lo que menos logrará si pretende hacer de la palabra una mercancía más del mercado de lo vano, con la que se adula a la academia.
¿Y el amor a dónde nos lleva? Para entender ese sentimiento que a diario agobia al género humano, nada mejor que la palabra en forma de metáfora a través de la pluma de Raquel Rueda Bohórquez.
Capulhuac de Mirafuentes, México 9 de septiembre de 2014.
Anexo: El siguiente poema, Raquel Rueda Bohórquez, lo dedicó al poeta capulhuaquense Josué Mirlo.
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