POESÍA PERMUTANTE: FRANCIS BACON, DE LOS ESTUDIOS.
21 sep 2015
«Usar demasiado tiempo en los estudios es pereza…» Nos adelanta Francis Bacon en el texto que presentamos a continuación. La más reciente entrega de Poesía Permutante, en la que Mario Bojórquez nos comparte su traducción del ensayo: De los estudios, escrito por Francis Bacon (1561–1626). Ensayista, filósofo, hombre de ciencia y político británico (además de un influyente humanista, impulsor del empirismo, fue canciller y abogado general de Inglaterra).
De los estudios
Los estudios sirven para deleite, para ornamento y para habilidad. Para deleite, en la privacidad del retiro; para ornamento, en el discurso; y para habilidad, en el juicio y disposición de los asuntos. Los hombres con experiencia, pueden ejecutar sus acciones y quizá juzgar los detalles uno por uno; pero los conceptos generales, los planes y programas, se resuelven de mejor manera si son aprendidos. Usar demasiado tiempo en los estudios es pereza; usarlos demasiado para ornamento, es afectación; hacer un juicio totalmente según sus reglas, es el humor del erudito. Ellos perfeccionan la naturaleza y son perfeccionados por la experiencia, las habilidades naturales son como las plantas, deben ser podadas por el estudio; y los estudios que toman direcciones demasiado generales, deben ser limitados por la experiencia. Los hombres prácticos desprecian los estudios, los hombres simples los admiran, y los hombres sabios los usan; ya que ellos enseñan, no su propio empleo; si no que esta es una sabiduría que está más allá de ellos, y por encima de ellos, ganada por la observación. Hay que leer pero no para contradecir y refutar; ni para creer y dar por sentado; ni para encontrar conversación y discurso; si no para pesar y considerar. Algunos libros deben ser probados, otros deben ser tragados, y unos pocos deben ser masticados y digeridos; es decir, algunos libros deben ser leídos sólo en partes; otros deben ser leídos, pero no cuidadosamente; y unos cuantos deberán ser leídos totalmente con diligencia y atención. Algunos libros también pueden ser leídos por comentarios y extractos hechos por otros; pero esto sería sólo en los argumentos menos importantes, y en el tipo más miserable de los libros, además aquellos que son destilados se parecen a las aguas destiladas, es decir insípidas. La lectura hace al hombre completo; la conversación listo; y la escritura exacto. Por lo tanto, si un hombre escribe poco, tendrá necesidad de una gran memoria; si consulta poco, tendrá necesidad de mantener su ingenio presente: y si lee poco, tendrá necesidad de ser astuto, para que parezca saber lo que no sabe. Las historias hacen a los hombres sabios; los poetas, los hacen ingeniosos; las matemáticas, sutiles; la filosofía natural, profundos; graves, la moral; la lógica y la retórica, capaces de competir. Abeunt studia in mores [Los estudios terminan en las costumbres]. Aun más, no hay ninguna dilación o impedimento en el ingenio, pero puede ser forjado por estudios más aptos; así como con las enfermedades del cuerpo que pueden tener ejercicios más apropiados. Los bolos son buenos para el mal de piedra y los riñones; aspirar fuertemente, para los pulmones y el pecho; un paseo apacible para el estómago; la equitación para la cabeza; y otros por el estilo. Si el ingenio de un hombre divagara, déjele estudiar matemáticas; ya que en las demostraciones si su ingenio se distrajera aunque sea un poco, habría de empezar de nuevo. Si no es apto para distinguir o encontrar diferencias, déjele estudiar a los Escolásticos; ya que ellos son cymini sectores [los que parten cabellos en cuatro]. Si no es bueno para discutir sobre algunos asuntos, y enunciar una cosa a fin de demostrar e ilustrar a otros, déjele estudiar los casos de los abogados. Entonces para cada defecto de la mente se puede tener una receta especial.
Francis Bacon (1561–1626). Essays, Civil and Moral.
The Harvard Classics. 1909–14
Versión al español, Mario Bojórquez
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