MEMORIAS
Benjamín A. Araujo M.
Yo estaba a unos pasos de tu mano.
Subí la escalera muy de prisa.
Tus pasos me siguieron, poco a poco.
Me detuve y te ví: ví tus ojazos,
sólo fue por un momento,
me detuve: contuve la respiración:
te dí un beso y huí, no supe ni a
dónde iba, pero me alejé...
Al otro día algo parecido.
Tú subías la escalera, tropecé:
logré verte las piernas muy
redondas y tocaba mi vista
hasta tus pliegues más
íntimos, me levanté: ví
tu furiosa mirada que ya
todo lo sabía; pero sólo
te dí, primero, la mano
y luego otro beso, ya no
corrí, me detuve a verte
poco a poco, paso a paso
hasta recorrer con mi mirada
tu cuerpo entero; tu asentías
con tu parálisis, inmovilidad
que te acusaba: ese día fuimos
a un hotel, y luego a otro y a
otro al paso de los meses.
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