martes, 4 de octubre de 2016

#AY, Julio Cortázar



Amargo precio del poema,
las nueve sílabas del verso;
una de más o una de menos
lo alzan al aire o lo condenan.
Somos el ajedrez de un río,
el naipe siempre entre dos lumbres;
caen las caras y las cruces
a cada curva del camino.
Cae en el verso la palabra,
en el recuerdo llueve el llanto,
cae la noche, cae el pájaro,
todo es caída amortiguada.
¡Oh libertad de no ser libre,
golpe de dados que desata
la sigilosa telaraña
de encrucijadas y deslindes!
Como a tu boca la manzana,
como mis manos a tus senos,
irá la mariposa al fuego
para danzar su última danza.
Julio Cortázar, Salvo el crepúsculo.

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