jueves, 30 de agosto de 2012

DE PERROS, tres de Gildardo Montoya

A FALTA DE FLORES

¿Cuántos perros habré encontrado muertos,
expulsados en el sueño del camino? A falta
de flores, ofrendo un saxofón en desconcierto,
el que fui y soy: mi ebrio latido timorato.
Yo te pregunto colibrí, ilusión del aire:
¿se escucha 
todavía el latido de mis pasos?


UN PERRO

¿De qué huyes? ¿De mi huida?
Allá, abajo, no temas, sólo juegan
niños en el patio del sol; pero, si lo
prefieres, dibuja la calvicie de un perro,
en la amargura de su esclavitud. Dile
como si fuera viento, como si nada,
que nadie vendrá. 
Beso en desbalago. Silueta equívoca.


TODOS LOS DÍAS

Todos los días el hombre del perro amarillo
camina a mi lado, viene en contrario, pero
transita conmigo. Nos ata el mismo percudido
lazo, sol viejo en la mirada de pocos amigos.

No te despierta, cabrón de marca ni las 
pulgas
saltan, laceran, casi aúllan. Perro amarillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario