Nunca me derroté frente a tus besos;
nunca me dejé perderme por tus labios,
pero fueron tus ojos irredentos
los que le dieron pauta a estos insomnios
pero morí de amor por tus miradas...
...y así perdí lo invicto
y ahora yazgo derrotado y feliz
¡entre tus brazos!
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