SONETO WATTEAU
Manón, la erbúrnea frente,
la de cabello empolvado
y vestidura crujiente,
¡tus ojos me han cautivado!
Eco de mi amor ardiente,
el clavicordio ha cantado
la serenata doliente
y el rondel enamorado...
¡Ven! el amor que aletea
lanza su flecha dorada
y en el mar que azul ondea,
surge ya la empavesada
galera flordelisada
¡que conduce a la Citerea!
- El florilegio, 1898
fuente de todos mis ideales!
¡Jardín que un raro kaleidoscopio
borda en mi mente con sus cristales!
Tus teogonías me han exaltado
y amo ferviente tus glorias todas;
¡yo soy el siervo de tu Mikado!
¡Yo soy el bonzo de tos pagodas!
Por ti mi dicha renace ahora
y en mi alma escéptica se derrama
como los rayos de un sol de aurora
sobre la nieve del Fusiyama.
Tú eres el opio que narcotiza,
y al ver que aduermes todas mis penas
mi sangre --roja sacerdotisa--
tus alabanzas canta en mis venas.
¡Canta! En sus causes corre y se estrella
mi tumultuosa sangre de Oriente,
y ése es el canto de tu epopeya,
mágico Imperio del Sol Naciente.
En tu arte mágico --raro edificio--
viven los monstruos, surgen las flores,
es el poema del Artificio
en la Obertura de los colores.
¡Rían los blancos con risa vana!
Que al fin contemplas indiferente
desde los cielos de tu Nirvana
a las Naciones de Occidente.
Distingue mi alma cuando en ti sueña
--cuando sombrío y aterrador--
la inmóvil sombra de la cigüeña
sobre un sepulcro de emperador.
Templos grandiosos y seculares
y en su pesado silencio ignoto,
Budhas que duermen en los altares
entre las áureas flores de loto.
De tus princesas y tus señores
pasa el cortejo dorado y rico,
y en ese canto de mil colores
es una estrofa cada abanico.
Se van abriendo si reverbera
el sol y lanza sus tibias olas
los parasoles, cual Primavera
de crisantemas y de amapolas.
Amo tus ríos y tus lagunas,
tus ciervos blancos y tus faisanes
y el ampo triste con que tus lunas
bañan la cumbre de tus volcanes.
Amo tu extraña mitología,
los raros monstruos, las claras flores
que hay en tus biombos de seda umbría
y en el esmalte de tus tibores.
¡Japón! Tus ritos me han exaltado
y amo ferviente tus glorias todas;
¡yo soy el ciervo de tu Mikado!
¡Yo soy el bonzo de tus pagodas!
Y así quisiera mi ser que te ama,
mi loco espíritu que te adora,
ser ese astro de viva llama
que tierno besa y ardiente dora
¡la blanca nieve del Fusiyama!
- El florilegio, 1898
que al fulgor de nocturno lampadario
o a la pálida luz de las auroras
desgranas de tus culpas el rosario...
--¡Yo quisiera llorar como tu lloras!
Porque la fe en mi pecho solitario
se extinguió como el turbio lampadario
entre la luz roja de las auroras,
y mi vida es un fúnebre rosario
más triste que las lágrimas que lloras.
Casto amador de pálida hermosura
o torpe amante de sensual impura
que vas --novio feliz o amante ciego--
llena el alma de amor o de amargura...
--¡Yo quisiera abrasarme con tu fuego!
Porque no me seduce la hermosura,
ni el casto amor, ni la pasión impura;
porque en mi corazón dormido y ciego,
ha caído un gran soplo de amargura,
que también pudo ser lluvia de fuego.
¡Oh Guerrero de lírica memoria
que, al asir el laurel de la victoria,
caíste herido con el pecho abierto
para vivir la vida de la Gloria!
--¡Yo quisiera morir como tú has muerto!
Porque al templo sin luz de mi memoria,
sus escudos triunfales la victoria
no ha llegado a colgar, porque no ha abierto
el relámpago de oro de la Gloria
mi corazón obscurecido y muerto.
Fraile, amante, guerrero, yo quisiera
saber qué obscuro advenimiento espera
el amor infinito de mi alma,
si de mi vida en la tediosa calma
no hay un Dios, ni un amor, ni una bandera.
- El florilegio, 1898
casi oro, casi ámbar,
casi luz...
- Un día... Poemas sintéticos, 1919
tocan alarma
en sus trompetas de barro.
- Un día... Poemas sintéticos, 1919
por el gallinero demócrata
pasas como procesión...
- Un día... Poemas sintéticos, 1919
a tumbos, como carro de mudanzas,
va por la senda la tortuga.
- Un día... Poemas sintéticos, 1919
nunca vi tantas hojas en sus árboles
verdes, en primavera.
- Un día... Poemas sintéticos, 1919
por la senda en penumbra
saltan los sapos.
- Un día... Poemas sintéticos, 1919
ensaya en la sombra el murciélago
para luego volar de día...?
- Un día... Poemas sintéticos, 1919
nocturna mariposa,
las hojas secas de tus alas.
- Un día... Poemas sintéticos, 1919
¿Navidad en verano?
- Un día... Poemas sintéticos, 1919
delira por la única estrella
el cántico del ruiseñor.
- Un día... Poemas sintéticos, 1919
la nube es una concha;
la luna es una perla...
- Un día... Poemas sintéticos, 1919
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