FERNANDO DE VILLENA. ESCRITOR
"Hay escritores que no han leído ni cien libros"
El profesor granadino de Literatura ha presentado esta semana '127 libros para una vida', su personalísimo canon literario y las "memorias de un lector apasionado"
BELÉN RICO GRANADA | ACTUALIZADO 21.09.2014 - 05:00
-'127 libros para una vida', ¿es el canon de Fernando de Villena en vez del de Harold Bloom? ¿Qué diferencia esta obra de otras que seleccionan un conjunto de títulos imprescindibles?
-Sí, se trata de mi propio canon, algo extenso, pero es que la historia de la literatura es muy grande y fascinante y está llena de obras magníficas, muchas de ellas casi desconocidas para el lector de hoy. Este canon mío se diferencia de otros porque yo, lejos del tono profesoral y para darle más amenidad, lo he convertido en las memorias de un lector apasionado.
-¿Qué criterios ha seguido para elegir estas 127 obras y no otras?
-Mis gratos recuerdos de estas lecturas. Son 127 libros que me han dejado huella y creo que se la dejarán a cualquiera que los lea con atención.
-¿Lo ha escrito el Fernando Villena escritor, lector o son indisolubles?
-Hay autores que, sin haber leído más de cien libros, ya se atreven a salir al panorama literario. Horacio recomendaba diez años de silencio y preparación antes de hacerlo. Este libro mío es el fruto de mi experiencia de lector y de escritor después de casi sesenta años de vida.
-¿Y el libro se dirige a un lector especializado en crítica literaria, un lector cualquiera o un escritor?
-El libro no está dirigido específicamente a escritores, sino a todos los desorientados lectores que en esta sociedad de consumo no saben cómo acertar a la hora de adquirir un libro. Esos 127 títulos ayudarán a cualquiera a tener una visión profunda de la existencia y del mundo en el que se mueven.
-¿Por qué ese número, 127, y no una cifra más redonda?
-Pensé que fuesen sólo cien, pero luego fui recordando y añadiendo otros imprescindibles, y hubiera seguido si no me lo hubiese reclamado ya el editor.
-En el libro selecciona obras de todo género pero, ¿por qué tan pocos clásicos contemporáneos?
-Cansinos Asséns, en el arranque de nuestra Guerra Civil, dijo que la Literatura había muerto. Exageraba, pero lo cierto es que la gran Literatura se ha refugiado ya lejos de Europa y de EEUU, en Sudamérica y en algunos países del tercer mundo.
-Como lector, recomienda ir sobre seguro o arriesgarse con libros desconocidos porque el título, la portada o la sinopsis llaman la atención. ¿Los cánones literarios privan del placer del hallazgo o la sorpresa?
-Los buenos libros nos dirigen hacia otros buenos libros. Hay que buscar la sorpresa, pero las portadas, las sinopsis e incluso las críticas mercenarias de los suplementos culturales de hoy suelen ser engañosas. El título sí es importante y, sobre todo, recomiendo leer las tres o cuatro primeras páginas pues quien acierta en lo poco, acertará también en lo mucho.
-Se corre el peligro de que queden fuera del canon los libros en otras lenguas más minoritarias o los híbridos de géneros...
-De ninguna manera. En mi libro, por ejemplo, está recogido Ausías March, que escribió en valenciano y fue un poeta excelente.
-El libro es una especie de guía de lectura. ¿Cómo son las reseñas de esos libros?
-Son impresiones de lectura que a la vez me llevan a reflexionar sobre otras muchas cosas y otros muchos libros.
-¿Recomienda sólo títulos o también ediciones?
-Hablo a veces de las ediciones que yo he manejado, pero sólo recomiendo unas determinadas cuando considero que la traducción es la mejor.
-Además de los clásicos, qué "rarezas" incluye el libro que puedan sorprender al lector.
-Hay aquí muchos libros de autores magníficos que nunca han figurado en las Historias de la Literatura porque los críticos suelen reproducir unos lo escrito por otros y no se atreven a buscar por sí mismo títulos y autores extraordinarios como Duque de Estrada, Olga Janina o Vicente Salas Viú.
-Y si tiene que elegir tres que el lector de estas líneas que todavía no los haya disfrutado tiene que salir corriendo a comprarse a una librerías, ¿cuáles son?
-Ya que he citado a esos tres raros, ahí van los títulos de sus obras: Comentarios del desengaño de sí mismo, Memorias de una cosaca y Momentos decisivos de la música.
-Sí, se trata de mi propio canon, algo extenso, pero es que la historia de la literatura es muy grande y fascinante y está llena de obras magníficas, muchas de ellas casi desconocidas para el lector de hoy. Este canon mío se diferencia de otros porque yo, lejos del tono profesoral y para darle más amenidad, lo he convertido en las memorias de un lector apasionado.
-¿Qué criterios ha seguido para elegir estas 127 obras y no otras?
-Mis gratos recuerdos de estas lecturas. Son 127 libros que me han dejado huella y creo que se la dejarán a cualquiera que los lea con atención.
-¿Lo ha escrito el Fernando Villena escritor, lector o son indisolubles?
-Hay autores que, sin haber leído más de cien libros, ya se atreven a salir al panorama literario. Horacio recomendaba diez años de silencio y preparación antes de hacerlo. Este libro mío es el fruto de mi experiencia de lector y de escritor después de casi sesenta años de vida.
-¿Y el libro se dirige a un lector especializado en crítica literaria, un lector cualquiera o un escritor?
-El libro no está dirigido específicamente a escritores, sino a todos los desorientados lectores que en esta sociedad de consumo no saben cómo acertar a la hora de adquirir un libro. Esos 127 títulos ayudarán a cualquiera a tener una visión profunda de la existencia y del mundo en el que se mueven.
-¿Por qué ese número, 127, y no una cifra más redonda?
-Pensé que fuesen sólo cien, pero luego fui recordando y añadiendo otros imprescindibles, y hubiera seguido si no me lo hubiese reclamado ya el editor.
-En el libro selecciona obras de todo género pero, ¿por qué tan pocos clásicos contemporáneos?
-Cansinos Asséns, en el arranque de nuestra Guerra Civil, dijo que la Literatura había muerto. Exageraba, pero lo cierto es que la gran Literatura se ha refugiado ya lejos de Europa y de EEUU, en Sudamérica y en algunos países del tercer mundo.
-Como lector, recomienda ir sobre seguro o arriesgarse con libros desconocidos porque el título, la portada o la sinopsis llaman la atención. ¿Los cánones literarios privan del placer del hallazgo o la sorpresa?
-Los buenos libros nos dirigen hacia otros buenos libros. Hay que buscar la sorpresa, pero las portadas, las sinopsis e incluso las críticas mercenarias de los suplementos culturales de hoy suelen ser engañosas. El título sí es importante y, sobre todo, recomiendo leer las tres o cuatro primeras páginas pues quien acierta en lo poco, acertará también en lo mucho.
-Se corre el peligro de que queden fuera del canon los libros en otras lenguas más minoritarias o los híbridos de géneros...
-De ninguna manera. En mi libro, por ejemplo, está recogido Ausías March, que escribió en valenciano y fue un poeta excelente.
-El libro es una especie de guía de lectura. ¿Cómo son las reseñas de esos libros?
-Son impresiones de lectura que a la vez me llevan a reflexionar sobre otras muchas cosas y otros muchos libros.
-¿Recomienda sólo títulos o también ediciones?
-Hablo a veces de las ediciones que yo he manejado, pero sólo recomiendo unas determinadas cuando considero que la traducción es la mejor.
-Además de los clásicos, qué "rarezas" incluye el libro que puedan sorprender al lector.
-Hay aquí muchos libros de autores magníficos que nunca han figurado en las Historias de la Literatura porque los críticos suelen reproducir unos lo escrito por otros y no se atreven a buscar por sí mismo títulos y autores extraordinarios como Duque de Estrada, Olga Janina o Vicente Salas Viú.
-Y si tiene que elegir tres que el lector de estas líneas que todavía no los haya disfrutado tiene que salir corriendo a comprarse a una librerías, ¿cuáles son?
-Ya que he citado a esos tres raros, ahí van los títulos de sus obras: Comentarios del desengaño de sí mismo, Memorias de una cosaca y Momentos decisivos de la música.
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