México de mis recuerdos.
Regreso
De pronto reapareciste de la nada...
justo cuando estaba mas solo que nunca.
Así, de repente, llegaste con ese bebe en brazos.
tu mirada antes ingenua ahora resaltaba
la maravillosa experiencia de la maternidad
y te observé mas hermosa, mas mujer...
llegaste a mi y orgullosa me mostraste
al crío de no mas de siete meses, diciendo:
- "Mira Migue" (Miguel) ¿no es precioso?
el infante muy cerca de mi, de tes morena,
abrió sus grandiosos ojos negros, me miró
con intensidad (o eso creí) a la vez que con
una de sus manitas acariciaba mi cara...
Mi tosco rostro, moreno también, se quedo
sin habla y al momento se enterneció.
quede conmovido, atónito.
De nuevo mire esa cara
infantil tan idéntica,
tan exacta a mi, en los recuerdos de la infancia.
Todo mi ser se estremeció.
comprendí de golpe el significado
de la continuidad humana,
de la perpetuación de la especie...
Y me sentí con ganas de vivir por esa
criatura contra viento y marea,
no obstante, fiel a mi personalidad hosca
y de pocas palabras le dije:
-esta mono el chámaco, a ver Teresa ¡presta acá!
El niño cambió de manos y el gallardo mancebo
se adelantó hacia la hacienda, seguida de
una feliz mujer, contenta de regresar al nido.
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